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B.B. King, otro recital en San Sebastián

El gigante del blues regresó como el gran protagonista de la apertura de la 46 edición del Festival

EFE

B.B. King es parte de la historia del Festival de Jazz de San Sebastián. El gigante del blues regresó como el gran protagonista de la apertura de la 46 edición, con energía reposada de viejo maestro. Es lógica la devoción de un público entregado.

La lluvia, intermitente durante el día, amagó con aparecer en esta Jazz Band Ball inaugural, que arrancaban a las ocho de la tarde los noruegos Elephant9 y la Tucson Jazz Institute Ellington Band con actuaciones simultáneas en dos de los espacios de las terrazas del Kursaal.

Es la sexta visita del guitarrista al Heineken Jazzaldia, aunque esta es la primera vez que ha pisado el Escenario Verde de la playa de La Zurriola, un reto para quien en 2000 se convirtió en el músico que más entradas había vendido hasta ese momento en el espacio de referencia del Festival, la plaza de la Trinidad, donde logró reunir a 3.600 personas.

B.B. King concedió todo el recital sentado y sin moverse de su silla Esta noche, once años después de aquella 35 edición, el rey del blues ha multiplicado con creces esa cifra en el único concierto de su tour europeo en el que no ha hecho falta pasar por taquilla.

B.B. King tiene casi 86 años y la agilidad disminuida, pero sin moverse de la silla, dejó claro muy pronto que lo suyo no iba a ser una presencia ausente, que estaba allí para contar muchas cosas y oír también al público. Y en camisa, que no tocaba pajarita ni chaquetas tornasoladas.

En la arena de la playa y en las terrazas del Kursaal le han escuchado gentes de todas las edades, desde quienes tuvieron la oportunidad de verle cuando compartía el cartel del Jazzaldia con Miles Davis, allá por el 84 y el 90, a los que se han acercado a la música mucho más tarde.

Unos han recordado y otros han descubierto esos temas que B.B. King ha llevado por escenarios de todo el mundo y que ahora recupera para esta gira, canciones como I need you so, When love comes to toown y la vieja Rock me baby, que ha estirado para regocijo de los fans y además con su ayuda.

También le han echado una buena mano sus seguidores para You are my sunshine, que ha dedicado a la audiencia femenina y que ha animado a corear prácticamente de principio a fin, forma sabia también de dosificar fuerzas, que luego iba a entregarse de nuevo con The thrill is gone.

Incondicionales y no, han sabido agradecer al guitarrista el obsequio de un 'show' donde se les ha dado cabida. Él también ha dicho gracias más de una vez y les ha despedido lanzado a las primeras filas lo que parecían varios colgantes dorados para el cuello.

Había hecho otro tanto al inicio de su actuación, antes de rasgar el primer acorde y después de la presentación un tanto dilatada de los músicos de su banda. Han sido dos horas escasas de concierto, de las que el 'blues boy' ha protagonizado 75 minutos, con su guitarra, su voz, sus años y su sonrisa.

Tras B.B. King llegaban el californiano Aloe Blacc y el noruego Eivind Aarset Sonic Codex Quartet. Pasada la medianoche, Staff Benda Bilili, un grupo de músicos discapacitados congoleños. Mañana más. Prometedora jornada con Abdullah Ibrahim y las trompetas de Dave Douglas, Enrico Rava y Avishai Cohen.

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