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‘Ballast’ aprovecha el último cartucho de la Berlinale

SIMÓN MAZAS

Es una de esas piezas duras de celuloide narcótico. Colocan pero con contraindicaciones. Son sabias pero aburren. La protagonista, Tarra Riggs, sabe a Oso y la cinta, del estadounidense Lance Hammer, huele a sorpresa de última hora. Una viuda con un hijo drogadicto convive con el hermano gemelo de su marido muerto. Pero el naturalismo crudo se abre en tan enrevesada premisa hasta alumbrar humanidad. Era la única a concurso en el último día competitivo, flanqueada por el polaco Andrzej Wajda y Las hermanas Bolena, es decir, Scarlett Johansson y Natalie Portman.

Katyn -candidata al Oscar por Polonia- narra la matanza de 22.000 soldados por el ejército ruso en 1940, pero Wajda va más allá del tapiz histórico. Él es, gracias a cintas como Cenizas y diamantes, la voz más brillante con la que cuenta un país tan rico en historias. 'El principal recuerdo que tengo de la muerte de mi padre es el comportamiento de mi madre, reacia a aceptar que jamás volvería de la guerra', explicó en Berlín. Tras la desolación de Katyn, fue inevitable que el ‘culebrónico' lío de faldas de Enrique VIII resultara tan banal como entretenido.

Además, se entregaron los premios de la crítica internacional Fipresci, que recayeron en Lake Tahoe (del director Fernando Eimbcke) a la Mejor Película de competición, Mermaid (de Anna Melikian) a la Mejor Película de panorama y Brides of Allah (de Natalie Assouline) a la Mejor Película de forum.

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