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Ben Affleck: "Todo lo que hace EEUU no es pernicioso"

El actor y director cuenta en 'Argo' cómo la CIA sacó de Irán, durante la crisis de los rehenes, a seis ciudadanos estadounidenses haciéndoles pasar por el equipo de una película de ciencia-ficción. La

BEGOÑA PIÑA

El  4 de noviembre de 1979, con un nuevo gobierno nacido tras la revolución iraní, un grupo de militares entró en la embajada de Estados Unidos en Teherán y tomó más de sesenta rehenes, diplomáticos y ciudadanos norteamericanos. En mitad del caos, seis de ellos escaparon y se refugiaron en la embajada de Canadá. Un agente de la CIA, Tony Méndez, consiguió sacarles con vida del país gracias a un plan inaudito. El mérito públicamente se lo llevó Canadá y se mantuvo así durante décadas, hasta que Clinton desclasificó los documentos relacionados con aquella operación. Ahora, el actor y director Ben Affleck cuenta la historia real en esta película, que lleva el mismo título que el de una falsa producción que consiguió salvar la vida a aquellas seis personas. Affleck es también, junto a George Clooney, productor del filme, que se estrenará el 26 de octubre.

'Cuando hice la película esperaba que el régimen iraní cambiara, pero desgraciadamente está igual que entonces. Luego se produjeron los acontecimientos de la Primavera Árabe y las tragedias posteriores, que son deplorables y horribles', dijo Ben Affleck, quien aseguró que este trabajo era un 'homenaje a los diplomáticos, que a veces se ponen en peligro. Ahora tenemos trágicamente un ejemplo de ello. Así que creo que son personas que merecen esta clase de homenaje,  porque el suyo es un trabajo peligroso que implica muchos sacrificios, a veces el último sacrificio'.

En aquel episodio, los diplomáticos canadienses se jugaron la vida, y ello aporta drama al filme, pero en este también hay pequeñas dosis de comedia, que nace de lo absurdo del plan que se organizó. La misión consistía en hacer pasar a los seis estadounidenses por canadienses miembros del equipo de rodaje de una película de ciencia-ficción. En la trama urdida por Méndez, este grupo estaba  en Irán buscando localizaciones para la película Argo. El maquillador John Chambers, ganador de un Oscar, amigo del agente de la CIA, fue quien organizó todo el plan en Hollywood y quien encontró la manera de montar una producción real para una película que jamás se rodaría. El director Ben Affleck es el protagonista, John Goodman es el maquillador y Alan Arkin interpreta al productor que colaboró con ellos.

Los periodistas de la primera proyección  en el festival aplaudieron mucho la película, que recibió también algún abucheo y un sonoro 'americanada'. Calificativo que se sugirió posteriormente y al que el director, que siempre ha mostrado un espíritu muy crítico con la política internacional de su país, contestó: 'Es verdad que EEUU se implicó en los temas de Irán, pero todo lo que hace EEUU no es pernicioso. Que alguien se juegue el tipo por otras personas demuestra mucha humanidad y heroísmo. Por eso me gusta Renoir, por el humanismo que hay en sus películas'.

Ben Affleck, que ha querido seguir el ritmo narrativo y de realización de El ala oeste de la Casa Blanca en todas las escenas que se desarrollan en las dependencias políticas y de seguridad de EEUU, se luce más como director en las secuencias que suceden en Irán.

'Me hubiera encantado rodar en Irán, la película hubiera sido más realista -confesó Ben Affleck-. Intenté enviar a un cámara y ponerme en contacto con gente allí que pudiera rodar un poco de metraje para nosotros, pero no me apoyó nadie. Los del Departamento de Estado pensaban que era muy mala idea. Los realizadores iraníes con los que hablé me dijeron que me olvidara, que ahora no iba a poder hacerlo. Es una de las cosas que realmente lamento, porque los iraníes son personas que se emocionan con la cultura occidental y la contemplan más favorablemente que otros países del Este'.

Argo finaliza con unas palabras del que fuera presidente de Estados Unidos durante la crisis de los rehenes, Carter, quien reconoce que si hubiera podido aprovechar el mérito de aquella misión en lugar de tener que callar y dárselo a los canadienses, el resultados de las elecciones tal vez hubiera sido otro. Si Irán hubiera conocido la participación de EEUU, hubiera ejecutado inmediatamente a los rehenes. Reagan ganó las elecciones.

'Entrevistamos a Carter, su voz aparece al final de la película', explica Ben Affleck, quien concluye. 'Jomeini estaba tan enfadado con Carter que no soltó a los rehenes, solo lo hizo cuando entró Ronald Reagan en el gobierno. Carter no se aprovechó de la situación, evidentemente'.

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