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“Bicicletas vs. coches”:
la revolución urbana pendiente

Fredrick Gertten apuesta en su nueva película documental por el uso de las bicicletas, frente a la todopoderosa industria automovilística, para crear ciudades sostenibles. Cada año mueren 7 millones de personas en el mundo por la contaminación del aire

Una instante del documental 'Bicicletas vs. coches'.

BEGOÑA PIÑA

Madrid.- En 2012 había mil millones de coches en el mundo. Las previsiones para 2035 hablan de más de 2.000 millones. Más autopistas, más accidentes de tráfico, mucho más tiempo perdido en atascos y, lo peor de todo, un crecimiento de los índices de emisiones contaminantes insoportable —cada año 7 millones de personas mueren por la contaminación del aire—. Mejorar el transporte público y habilitar las ciudades para la circulación en bicicleta es una respuesta apropiada al problema, tal y como demuestra el periodista y director sueco Fredrik Gertten en su nueva película Bicicletas vs. coches.

“Que los coches asuman el coste que están creando para la sociedad”, dice uno de los protagonistas de esta película, un trabajo rodado en diferentes ciudades del mundo —desde Sao Paulo y Los Ángeles, pasando por Toronto y Bogotá, hasta Copenhague y Amsterdam— y en el que hay testimonios de varios activistas, expertos en urbanismo y profesores que trabajan por conseguir ciudades sostenibles. Un objetivo que, desgraciadamente, choca, una vez más, con la codicia de la ultra poderosa industria automovilística. Otra vez, David contra Goliat.

La operación Carmageddon

Dinero contra sentido común. La lógica es aplastante y está de parte de los defensores de las bicicletas y la mayor evidencia que muestra esta película sobre ello surge de los datos obtenidos tras el cierre temporal de la autopista 405 de Los Ángeles, una de las vías de mayor tráfico del mundo.

Llamaron a la operación Carmageddon. Se vaticinaron colosales atascos, personas atrapadas durante horas y horas dentro de los coches. Los informativos alertaron día y noche y aconsejaron sin descanso que se evitara la zona durante esas 80 horas. Ante la imagen de colapso total que iba calando en la población, lo que pasó, sin embargo, fue que ese fin de semana la calidad del aire mejoró nada menos que un 85% y la contaminación se redujo un 25%.

Las leyes medioambientales

Los números hablan por sí solos. Desgraciadamente, estas no son las únicas cifras que se manejan en esta ecuación. Las interminables filas de ceros que aparecen en los resultados de beneficios de la industria del automóvil y de las compañías petroleras —tercer grupo de presión que más invierte en EE.UU.— explican muy bien muchas cosas, incluida las elevadísimas sumas de dinero que se destinan a comprar las voluntades de políticos e instituciones para tirar por tierra las leyes medioambientales que intentan aflorar. En 2013, BMW —que proporciona coches gratis a los políticos alemanes— donó 930.000 dólares y Angela Merkel bloqueó una ley europea sobre emisiones.

La industria del automóvil es uno de los mayores inversores de publicidad del planeta. En los anuncios de coches cabe, por supuesto, cualquiera. Hay vehículos diseñados específicamente para familias, pero los hay para amantes de la carretera y también para solteros o… En 2013 se vendieron 82,8 millones de coches en el mundo. Por cierto, que de esa cifra solo el 1% eran coches eléctricos.

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Una instante del documental 'Bicicletas vs. coches'.

Un personaje grotesco

“La venta de coches va a ser un buen negocio los próximos diez años”, reconoce Joel Ewanick, jefe de marketing de Hyundai, un personaje que, aunque resulta absolutamente grotesco en medio de esta película, es también un espejo en el que pueden reconocerse millones de personas en el planeta. “¿Qué si quiero un aire más limpio para mis hijos? Por supuesto. Creo que todos lo queremos. Todos estamos librando una guerra contra el petróleo”, dice, para añadir inmediatamente: “No vendería mi coche y soy tan ecologista como el que más”.

Otros expertos tienen, afortunadamente, mucha mayor conciencia del daño medioambiental que está produciendo el incremento del tráfico en el mundo. Aline Cavalcante de Sao Paulo y Don Koepel de Los Ángeles son dos de ellos y dos de los protagonistas de la película, que muestra sus acciones en ambas ciudades.

DE LOS ÁNGELES A COPENHAGUE

Bicicletas vs coches es un documento muy interesante que deja sin argumentos a los defensores del coche, de las ciudades para los coches y no para las personas, y que ofrece datos muy a tener en cuenta.

. En Los Ángeles en 1900 todo el mundo iba en bicicleta, hoy es la capital mundial del coche. Hoy solo un 0,8% de los angelinos va en bicicleta.

. General Motors se apoderó allí del transporte público y lo eliminó. En 1945 empezaron a desmantelar la red de tranvías, que desapareció completamente en 1960. Fue reemplazada por autopistas.

. En general, los americanos pasan en el coche 55 días laborables al año y destinan el 25 % de sus ingresos al transporte. 

. Allí, la industria del automóvil supone entre 14 y 16 millones de dólares al año. El mercado chino pronto alcanzará los 30 millones.

. En Sao Paulo viven 20 millones de personas y hay 7 millones de coches matriculados. Se tarda una media de tres horas en ir al trabajo.

. Allí, hay un ciclista atropellado a la semana. Existe el compromiso de construir 400 kilómetros de carril bici.

. En Copenhague, en 1937 había una bicicleta por cada tres personas. Hoy hay 1.000 kilómetros de carril bici y 4 de cada 5 personas tienen bicicleta. El 40% de la población va a trabajar en bicicleta. Hay más gente en bici en Copenhague que en todo EE.UU.

. Copenhague y Amsterdam son, por votación, las capitales del mundo de la bicicleta. Ninguna de ellas tiene industria nacional del automóvil.

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