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Un Bloomsday a la española

El curioso homenaje de escritores españoles a James Joyce

PAULA CORROTO

Cuando Leopold Bloom comenzó su paseo por Dublín aquel 16 de junio nunca pensó que llegaría tan lejos. Posiblemente sin saberlo, su creador, el escritor James Joyce (1888-1941) escenificó en Ulises (1922) el símbolo del hombre moderno. 'Es el hombre sin atributos del siglo XX, que nos remonta al Quijote. Y ese hombre sigue existiendo', sostiene el escritor Enrique Vila-Matas. Leopold Bloom todavía no ha muerto.

La importancia de este personaje ha hecho que cada 16 de junio se celebre en la capital irlandesa el Bloomsday, un día dedicado a la lectura de pasajes de Ulises. Precisamente, hoy también participarán en este homenaje los escritores españoles Enrique Vila-Matas, Jordi Soler, Antonio Soler y el editor Malcolm Otero Barral (Barril & Barral), que desde 2008 conforman, además, la Orden de Finnegans. 'Pero no es en honor a Finnegans wake, sino a un pub que se llama Finnegans, que fue donde se creó la orden', aclara con sorna Otero.

Vila-Matas: 'Con Kafka y Proust, Joyce es el gran genio del siglo XX'

Este pequeño contubernio, del que también forma parte Eduardo Lago, tiene varias reglas, como la de acudir cada año a la cita. Sin embargo, la más importante es la creación de un libro al año en el que evoquen el espíritu literario del autor de Dublineses. En esta ocasión se trata de una recopilación de relatos de cada miembro de la banda titulado La Orden del Finnegans (Ediciones Alfabia), que los escritores aprovecharon para presentar ayer en la sede del Instituto Cervantes de Dublín. En los cuentos hay toda una declaración de amor a Joyce como la que hace Vila-Matas en su relato: 'La realidad es cada vez más el caos. Describir este caos es acercarse cada vez más a la realidad', escribe.

Para estos enamorados de la prosa de Ulises es el momento de reivindicar al irlandés como creador. Y es necesario ir más allá del tópico de su complejidad. 'Ulises se puede leer perfectamente, pero se ha creado ese tópico. El que es ilegible es Finnegan's Wake, pero ahí está su gracia', afirma Vila-Matas. Jordi Soler, está de acuerdo: 'Es cierto es complejo, pero hay pasajes que entran como la mantequilla'.

'Sin él Faulkner no habría sido transgresor de los límites'

A Joyce, por tanto, hay que entrarle sin miedo. Para Malcolm Otero es la mejor manera de descubrir un mundo 'que sigue plenamente vigente y que resulta impactante'. Estos escritores creen que del irlandés 'queda vivo todo'. Desde 'sus juegos lingüísticos, al hecho de que todo pase en un día, y las ambigüedades morales', replica Otero, quien, no obstante, reconoce que no son del todo buenos tiempos para leer a este autor: 'La gente ahora lee mucha novela policíaca y se les hace cuesta arriba este autor'.

La literatura española le debe también mucho a este escritor. Esta imaginaria Orden estima que sin él 'Faulkner no se habría convertido en ese escritor transgresor de los límites' (literarios y morales) que fue en los años treinta. Y, sin el norteamericano, Juan Benet tampoco sería quién es. 'O tampoco el Luis Martín Santos, de Tiempo de Silencio. La literatura que se hizo entre los sesenta y los setenta viene de Joyce', asegura Antonio Soler.

¿Y ahora qué nos queda de este escritor? Vila-Matas ya le hizo su propio homenaje en Dublinesca (Seix Barral), donde trata a Joyce como un clásico y resalta de él su humor y su irreverencia, dos características que siguen presentes en nuestra literatura. 'Quizá si algo hemos perdido es el respeto, la ceremonia que hay en Ulises', apostilla Malcolm Otero. Antonio Soler se muestra más crítico: 'Quizá una mirada al irlandés serviría para que los que dicen que hacen vanguardia se dieran cuenta de que Joyce ya hizo todo aquello hace muchos años'.

Hoy la Orden celebra su Bloomsday en el Templebar de Dublín. 'Yo ya estoy enganchado a esto desde hace dos años y no me lo pienso perder. Junto a Kafka y Proust, Joyce es el gran genio del siglo XX', confirma Vila-Matas.

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