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Cara a cara con el asesino 

'La mirada del otro' es una ficción teatral sobre las conversaciones entre los arrepentidos de ETA y los familiares de las víctimas. Hasta el 11 de abril, en la sala Cuarta Pared.

Un ensayo de la obra.

ALFONSO ÁLVAREZ-DARDET

MADRID.- ¿Serías capaz de perdonar al asesino de tu padre? La pregunta, por retorcida que parezca, tiene difícil respuesta. No todos sentimos igual, cada uno gestiona sus emociones como puede. En 2011, algunos disidentes de la banda terrorista ETA comenzaron a reunirse con los familiares de sus víctimas. “Hay una cárcel en Álava que se llama Nanclares de la Oca donde llevaron a presos que renunciaron a ETA. Eran un grupo pequeño, unos treinta. Escribieron una carta a la Asociación de Víctimas diciendo que tenían disponibilidad para encontrarse con los parientes de las personas que mataron. A partir de ahí se pusieron en contacto con ellos y se produjeron algunas entrevistas.”, explica Chani Martín, director de La mirada del otro, obra de teatro que se basa en estas conversaciones reales para crear un reunión ficticia entre un arrepentido y la hija de la persona que mató. La función se estrena hoy en la sala Cuarta Pared, dentro del marco Surge Madrid, y estará hasta el próximo 11 de abril.

La obra forma parte de una trilogía que comenzó en 2011 con un proceso de investigación. “Nuestra manera de proceder es estableciendo un trabajo periodístico previo. Llevamos cuatro años con la anterior pieza, Proyecto 43-2 (nombre también de la compañía) y con La mirada del otro desde octubre de 2014. Hemos conocido a la mayoría de personas que han participado en los encuentros”, relata María San Miguel, impulsora del proyecto, actriz y creadora del texto junto a Martín.

Proyecto 43-2, la primera de la trilogía, habla sobre el proceso de paz que todavía hoy continúa y de la convivencia en el País Vasco. La obra cuenta la historia de cinco personajes que han vivido el conflicto, cada uno desde un punto de vista diferente. El grupo se reúne con motivo del aniversario de la muerte del padre de dos de ellos. “Pretendemos relatar lo que ha pasado en la sociedad, aquello que no se conoce, lo que viviría cualquier vasco en cualquier pueblo”, asegura la dramaturga. Sobre la tercera parte de la historia adelanta: “Vamos a hablar del arraigo y el desarraigo a la tierra. Creemos que es uno de los temas más importantes. El sentido de pertenencia me interesa mucho por lo que tiene que ver con la identidad.”

Proyecto 43-2 habla sobre el proceso de paz en Euskadi que hoy continúa y de la convivencia en el País Vasco, a través de cinco personajes que han vivido el conflicto

Para documentarse han viajado a Euskadi y han hablado con algunos familiares de víctimas y sus verdugos, así como con los encargados de mediar entre ambos. “No ha sido duro, todo lo contrario, ha sido maravillosa la experiencia, de las mejores que he tenido en mi vida”, cuenta San Miguel y añade: “Son historias duras, pero personas con una evolución moral y capacidad humana, desde mi punto de vista, superior a las demás. Poder escucharlos a todos, sus testimonios, ha sido una suerte y un privilegio.”

En la función, los dos dramaturgos han tratado de responder a las preguntas que cualquiera ser haría, entre ellas, por qué alguien decidiría unirse a una banda terrorista, empuñar un arma y acabar con una vida. “Una de las respuestas que hemos tenido de un arrepentido es esta: yo lo hice con 20 años, hoy tengo 50, ¿tú con esa edad eras la misma persona? ¿Has cambiado? Yo también. Lo hice porque en el pueblo donde crecí ser abertzale era como ser en tu pueblo heavy metal.”

“Yo he hecho cosas de las que me arrepiento, no tantas, pero no sé que hubiera pasado si hubiera nacido en aquel ambiente. Podría haber ocurrido cualquier cosa.”, explica Martín. Aunque pueda parecer que se use el contexto para justificarse no es así. “También reconocen que es una decisión personal, y que puedes estar rodeado de muchas circunstancias, pero que al final eres tú el que decide hacerlo”, añade el actor Pablo Rodríguez. Su personaje es Aithor, un ex terrorista que lleva 14 años en la cárcel por delitos de sangre y que todavía tiene que cumplir otros seis para estar en libertad.

“Te llevas muchas sorpresas cuando hablas con la gente implicada en el proceso. Creo que tenemos mucho desconocimiento, realmente lo que te sorprende es que son personas como nosotros. Podríamos ser tú o yo que en un momento de nuestras vidas hemos cometido una cosa de magnitud grande de la que te arrepientes”, opina el intérprete sobre su experiencia con los disidentes de ETA.

Al elenco se suma Ruth Cabezas. Su personaje es Marta, mediadora en el encuentro entre el terrorista y la hija de la víctima. “Me impresionó el hijo de una víctima de ETA que nos contó su experiencia desde que ocurrió el asesinato de un familiar hasta que se encontró con el preso disidente. Una persona comete una atrocidad tan grande, y aun así estamos dispuestos a ponernos enfrente para solucionarlo. Es bonito.” ¿Merecen algunas personas tener una segunda oportunidad? Esta obra trata, en definitiva, de responder a esta pregunta.

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