El contacto entre escritores y lectores es una de las piezas fundamentales de la Feria del Libro de Madrid. Varios colaboradores de Público contaron algunas de sus experiencias a la hora de las firmas.

Luis García Montero, que estará hoy firmando su obra, reconoce que le gusta particularmente cuando los lectores le hablan de cómo la literatura ha jugado un peso especial en su educación sentimental. 'Recuerdo que una vez dos chicas me contaron que habían aceptado su homosexualidad tras leer uno de mis libros. Son cosas que emocionan. Estoy muy conforme con el formato actual de la Feria', confiesa el escritor.

La escritora Ángeles Caso, que consiguió el último premio Planeta con Contra el viento, coincide con García Montero, aunque se muestra algo más crítica: 'A veces tengo una sensación un poco agridulce, porque tú estás dentro de la caseta y hay gente que llega, coge tus libros y los suelta con desprecio'.

Aun así, ella señala que le gusta mucho pasearse por la feria y comprar libros. 'Este año me he llevado 17', asegura. Cree, además, que la Feria es un buen sitio para encontrar algo más que novedades. 'El libro de fondo tiene mucho tirón, y hay casetas de editoriales especializadas e institucionales con cosas muy interesantes', afirma.

Otros autores apuntan a que la Feria sigue adoleciendo de viejas costumbres. 'A mí me pareció muy divertida, pero creo que todavía conserva mucho el poso de feria. Es decir, por ejemplo, en Sant Jordi la gente va a comprar libros, y en Madrid me parece que se va a monear bastante', apostilla Roberto Enríquez, que se ha estrenado este año en la Feria con su novela Mansos. En este sentido, Marta Sanz, autora de Black, black, black, sostiene que 'no estaría mal darle más peso a las editoriales independientes o crear una feria para estos sellos'. Una propuesta para un evento en el que también participaron Manel Fontdevila y Luna Miguel.