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"Aquí estoy, chicos"

Pedro Almodóvar se reconcilia con la Academia del Cine al aparecer en la gala

C.P. / S.B.

El director manchego Pedro Almodóvar esperó hasta el último momento para dar un golpe de efecto y convertirse en el gran protagonista de la noche de los Goya. El público de las gradas del Palacio de Congresos de Madrid se puso en pie y aplaudió entregado para recibir al cineasta más reconocido de la industria del cine español. El director de Los abrazos rotos abandonó en 2005 la Academia por considerar que no recibía en su país el mismo trato con el que se le acoge fuera de España.

Apareció por sorpresa para presentar el Goya a la mejor película del año, según los miembros de la Academia, Celda 211, la gran triunfadora de la noche con ocho premios en total. La aparición de Pedro Almodóvar se interpreta como al vuelta del realizador al seno de la institución.

Álex de la Iglesia lo consiguió. Cuando aceptó el puesto de presidente de la institución del cine español dijo que una de sus prioridades era traer de vuelta a Pedro Almodóvar a la Academia. La platea rompió en aplausos cuando apareció en el escenario, presentado por la actriz Rosa María Sardá y el presentador Andreu Buenafuente. La sorpresa fue mayúscula: no había pasado por la alfombra verde y no hubo filtraciones. No faltaron los comentarios sardónicos del director sobre las escasas nominaciones y los pocos premios de Los abrazos rotos.

El perdedor de la noche fue Fernando Trueba, que no recibió ni un solo Goya por las nueve nominaciones que tenía su película El baile de la Victoria, que incluía una de las dos candidaturas que tenía Ricardo Darín en la noche de ayer. Darín también se fue de vacío. Pero la aparición de Almodóvar hizo olvidar, por un momento, hasta a los vencedores.

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