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El Chojin: “Me indigna que se llame ‘refugiados’ a quienes esperan tras una valla sin que se les dé refugio”

El rapero de Torrejón, flamante premio afrosocialista Pedro Zerolo, carga contra la política de refugiados europea: “El problema no lo tiene Europa, lo tiene el que se ve obligado a emigrar o a pedir refugio”.

El rapero de Torrejón y premio afrosocialista Pedro Zerolo, El Chojin.

CRISTINA S. BARBARROJA

MADRID.- “No pongo el dedo en la llaga; hago la llaga donde pongo el dedo”, rapeaba en su primer disco. Quizás lo segundo sea cierto. Cuesta creer lo primero de un artista como él, que gusta de hurgar en las heridas más profundas.

Dice que el rap es de izquierdas porque el rap tiene que ser “contestatario”. A El Chojin (Torrejón de Ardoz, 1977), que empezó a contestarle a todo y a todos a finales de los años 90, acaban de darle el premio afrosocialista Pedro Zerolo por su compromiso: contra la desigualdad, contra el acoso escolar, contra el racismo, contra mil causas entre las que se encuentra el desgobierno político, que también tendrá unas rimas en su próximo disco.

Ya tiene once en su discografía el licenciado en magisterio, hijo de extremeña y ecuatoguineano, ¡que además escribe!. Porque es cualquier cosa menos simple, después de contarse a sí mismo en ‘Rie cuando puedas, llora cuando lo necesites’, El Chojin está a punto de publicar su primera novela: una revisión de Orwell, nada menos.

Sólo le falta inventar algo. ¿Qué?

Un descubridor de mentirosos.

Para eso no tiene más que poner el Telediario.

Verlos, los vemos. Pero ellos se amparan en que hay que demostrarlo. Una máquina que demuestre sus mentiras. Aunque también les daría igual, para qué engañarnos.

¿Entonces, que un partido político le dé a uno un premio es…?

Si hubiera sido un premio de un partido político, probablemente no habría ido a recogerlo. Pero era un premio que se da dentro la comunidad afrodescendiente. El foro me daba igual. Lo importante es la gente que estaba allí, los premiados, la reunión... que tengamos visibilidad.

Sabe que en el PSOE están a tiros. Confiese ¿cómo estaba el ambiente en la fiesta?

No lo noté. Se dejó de lado todo el discurso político porque la inmensa mayoría de los que allí estábamos éramos afrodescendientes. El lugar era lo de menos. El organizador también.

Premio afrosocialista Pedro Zerolo. ¿Por qué se lo merece El Chojin?

No me lo merezco. Tengo engañada a mucha gente. A ver cuánto me dura. Ellos entendían que por el compromiso que muestro en mis letras.

Dijeron de usted que es un "poeta".

Me ha dicho cosas peores.

¿Como que es "el chico bueno del rap"?

Esa incluso hay momentos en los que me molesta. A veces la gente confunde las formas con el fondo. Soy bastante duro en las cosas que digo, lo que pasa es que intento decirlas de forma bonita. Y al final algunos terminan viendo la poesía que hay en lo que estás diciendo y puede ser que olviden el contenido de  lo que dices.

¿Con qué, o con quién, tendría que ponerse duro ahora?

Ahora mismo estoy muy enfadado y descreído con la política, como entiendo que la mayoría de la sociedad. Además, me indigna el trato que se está dando a los que llaman "refugiados " sin que se les dé refugio. Eso me pone los pelos de punta. Me enfada. mucho.

Primero, la política. ¿El rap es de derechas o de izquierdas?

De izquierdas. El rap tiene que ser contestatario, se tiene que revelar con el poder establecido y contra el sistema de castas que existe.

¿Y dónde está la izquierda? ¿Igual sólo en el rap?

Buena pregunta. Está en la calle. O está esperando que ocurra otra cosa para volver a estar en la calle. Es muy difícil encontrar la izquierda que queremos en las instituciones.

¿Qué le gustaría a El Chojín que pasase de aquí al día de Navidad?

Algo lo suficientemente grande como para que todo tiemble. Estamos tan vacunados contra la corrupción, contra las malas praxis, que estaría muy bien que estallara un escándalo tan enorme, que afectara a tantos de los de ahí arriba, que de verdad hubiera una limpia de arriba a abajo.

¿Sobre Rita Barberá igual ya ha escrito alguna rima?

Uff. No tengo ninguna escrita, pero no se merece una rima sino un disco. Es lo que digo: cuando ves que la clase política son los que no son capaces de desprenderse del puesto, aunque se lo pida todo el mundo, te preguntas “¿ y esto es lo que estoy votando yo?”

¿El nuevo asesinato de un afroamericano en Charlotte, EEUU, para qué le daría?

Eso da para estar muy tristes. Cuando lo vi fue como si me hubieran matado a mi. No mataron a ese hombre por ser ese hombre. Lo mataron por ser negro. Hubieran matado a cualquier negro que hubiera estado en su lugar. Poco antes había estado escuchando un debate sobre terrorismo y sobre el estilo de vida americano. ¿Ese es el estado de vida que hay que defender?

¿Y en España? ¿Es el nuestro un país racista?

Sí. Siguiente pregunta.

¿Lo ha sufrido El Chojin?

La pregunta no es si lo he sufrido. La pregunta es si lo sufro. El racismo es algo que te acompaña constantemente. En el trato del otro, en la mirada…

¿Por ejemplo?

Si cuando voy a entrar a un banco, la mujer que va delante de mí pita, le abren la puerta. Si yo pito, no me abren la puerta. No es necesario que te apunten con una pistola o quemen una cruz en la puerta de tu casa para notar el racismo. Las pintadas que vosotros no veis, yo si las veo: ‘Negros, iros a vuestro país’. El racismo es el día a día.

Decía antes que le indignaba el comportamiento de Europa con los refugiados…

Lo que ocurre en Melilla, Ceuta, Turquía o EEUU es todo lo mismo. Todo habla de una gente que considera que tiene una especie de privilegio divino. Estadounidenses, europeos, con su pasaporte pueden ir a cualquier parte del mundo; nadie les va a preguntar nada. Pueden ir donde quieran, llevarse todos los recursos naturales, y no pasa nada: eso no son invasiones ni oleadas. Sin embargo, el que se queda sin sus recursos naturales porque se los han quitado, el que no tiene educación porque las antiguas metrópolis se han asegurado que el sistema sea un desastre, y viene para acá… ese sí es un problema.

Un problema que no se quiere afrontar…

Si algo me molesta es que Europa tenga el morro de decir “tenemos que lidiar con el problema de la inmigración”. El problema no lo tiene Europa, el problema lo tiene la persona que se ve obligada a emigrar o a pedir refugio. Es muy complicado encontrar en los medios de comunicación, cuando hay un naufragio en el Mediterráneo, la palabra ‘persona’. Se les llama refugiados, inmigrantes, clandestinos… Nunca personas. Y es la mentira del lenguaje: no son emigrantes porque no han llegado a donde querían llegar. No son refugiados porque están en un campamento, detrás de una valla, sin que les den refugio.

El debate sobre el uso del velo islámico, burkini, etc… ¿A favor o en contra?

La prohibición me parece fatal. No se puede ser más ateo que yo. Y yo no entiendo porque el velo o el burkini es importante para ellos. Pero la convivencia no consiste en aceptar a las personas que piensan como tú, sino en aceptar a las que piensan distinto. Luego, si para ellos es importante, te callas. ‘¿Qué derecho tienes tú a decirme cómo tengo que vivir?’

Hay quien argumenta que la prohibición es una forma de liberar a la mujer. Y usted es un defensor ultra de la igualdad.

Por eso. El que se siente superior a esa mujer debería mirárselo. La lucha por la igualdad pasa por conseguir que cada uno pueda tomar las de cisiones que considere oportunas. No, por sustituir una imposición por otra.

‘Ríe cuando puedas, llora cuando lo necesites’. ¿Llora o ríe más El Chojin?

Depende de la época. Intento reír más de lo que río y me gustaría llorar menos de lo que lloro.

¿Qué le hace llorar ahora?

Pues todo esto. Soy muy sensible con el dolor humano, con la deshumanización de las personas. Me saca de quicio, sobretodo porque no veo un camino corto para acabar con eso.

¿En qué está ahora El Chojin?

Estoy escribiendo mi nuevo disco, que saldrá en abril. Pero lo que más me ilusiona es mi primera novela que saldrá el dos de diciembre.

Seguro que también comprometida.

Sí, claro; soy un pesado. Es una revisión de ‘1984’ de Orwell. Se llama ‘En 2084’. Hago lo que hizo él, pero con mi talento, que sobra decir que es inferior al suyo. Lo que hago es prever cómo va a ser la sociedad de 2084.

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