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Un cubano en la Academia del cine de los EEUU

Jorge Perugorría, protagonista de películas como 'Fresa y chocolate', es el primer cubano, residente en la Isla, en ser nombrado miembro de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de Estados Unidos

El periodista Fernando Ravsberg entrevista al actor Jorge Perugorría

FERNANDO RAVSBERG

LA HABANA.- Cuando llegamos a casa de Jorge Perugorría, en las afueras de La Habana, no nos encontramos al flamante miembro de la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas de Estados Unidos, sino al “Pichi” afable y sencillo, al mismo de siempre. Nos recibió en short y chancletas, sin ningún protocolo. Conversamos en el patio de la casa, tomando un cafecito en familia, como ocurre en el hogar de cualquier cubano.

¿En qué pensaste cuando supiste que eras miembro de la Academia estadounidense?

Fue una gran sorpresa, no me lo esperaba. Lo primero que me vino a la cabeza fue Tomás Gutiérrez Alea y Juan Carlos Tabío porque fueron los que me abrieron las puertas del cine y todo lo que ha pasado en mi carrera es a partir de Fresa y Chocolate. Seguí pensando y me aparecieron Humberto Solá, Julio García Espinosa, Alfredo Guevara, Santiago Álvarez, todos esos grandes del cine cubano. Porque este reconocimiento a mi trabajo es también un reconocimiento al cine cubano.

Pero no te hacen miembro de la Academia por una película, por muy buena que sea como es el caso de Fresa y Chocolate.

Así es, creo que es un reconocimiento a toda mi obra, después de Fresa y Chocolate hice más de 60 películas. Una carrera no solo vinculada al cine cubano, también he trabajado en Brasil, Argentina, Colombia, Panamá, Costa Rica, Chile y en Europa, fundamentalmente en España pero también en Italia o Portugal. Esa proyección internacional debe haber pesado a la hora de elegirme.

Su obra más famosas es 'fresa y chocolate'

Su obra más famosas es 'fresa y chocolate'

¿Qué implica ser miembro de la Academia?

Yo pertenezco a la Academia de Cine Español y es algo que exige una enorme responsabilidad porque te conviertes en alguien con un voto para decidir los nominados a los Goya y los ganadores. Ahora en el caso de Hollywood es el mismo proceso pero con los Oscar, lo cual implica un gran compromiso con el cine. La Academia estadounidense está en un proceso de reestructuración a partir de las protestas durante las últimas entregas de los Oscar. La reacción de la academia ha sido bastante rápida, una institución tan prestigiosa pero también tan antigua y ortodoxa ha sido capaz de reestructurarse para ser más inclusiva a la hora de elegir los miembros. La membrecía era mayoritariamente de hombres blancos, ahora las mujeres, los latinoamericanos, los españoles van a tener más presencia.

¿Hay otros cubanos en la Academia?

Yo no sé si alguno de los que vive fuera es miembro pero de los que vivimos en Cuba yo soy el primero.

¿Presides el Festival de Cine Pobre, ¿cómo va eso?

Fue una idea de Humberto (Solá) cuando filmábamos Miel para Ochún. Era la primera película que se hacía en digital en Cuba y como rodamos en el pueblo de Jibara lo hicimos ahí. Era para apoyar las producciones en digital pero después todo el cine se hace así. Humberto trató que fuera un festival interactivo que sumara otras artes como la música, la danza o la pintura. Después de la muerte de Humberto el festival se empezó a perder y como yo conocía el proyecto desde el inicio me pidieron que me pusiera al frente y a mí me pareció importante trabajar para que ese festival no muriera. Entre otras cosas porque ha tenido un impacto enorme en la población de Jibara.

"Yo nunca me desvinculé del cine cubano ni de nuestros directores, incluso teniendo que renunciar a proyectos internacionales interesantes"

¿Desde la proyección internacional que tienes, qué puedes hacer por el cine cubano?

Seguir trabajando. Yo nunca me desvinculé del cine cubano ni de nuestros directores, incluso teniendo que renunciar a proyectos internacionales interesantes. Yo les decía que no a directores con los que me hubiera gustado trabajar y a películas que funcionaron muy bien porque me llamaba Titón (Tomás Gutiérrez Alea), Humberto o Arturo. Para mí el cine cubano siempre ha sido una prioridad.

Aunque sea cine pobre.

Ja, ja, ja, sí, aunque sea cine pobre. Y siempre he tratado de usar mi influencia afuera para apoyar a cineastas cubanos en sus proyectos y para que tuviera más visibilidad el cine cubano. Siempre lo hice y lo continuaré haciendo.

¿En este momento el cine cubano está intentando reestructurarse?

Sí, hay todo un proyecto sobre la gestión cinematográfica. Los cineastas se han reunido y creado una nueva ley de cine, una propuesta de ley de cine al Ministerio de Cultura y al Instituto Cubano de Cine (ICAIC). Cada vez los cineastas cubanos están más informados de cómo funciona el cine afuera y son más independientes a la hora de gestionar sus proyectos y buscar financiación. Se está trabajando en esa ley, aun no se ha aprobado pero creo que hay conciencia de la necesidad de escuchar por parte de los que dirigen el ICAIC, quienes siempre están presentes en las reuniones. Creo que en algún momento esa ley se hará posible, a la par de los cambios que están ocurriendo en el país.

¿Qué futuro tiene el cine en Cuba? ¿Se seguirá haciendo o se convertirá en un set de Hollywood?

La presencia y el interés de productoras americanas para venir a rodar a Cuba es una realidad, ya está sucediendo. Eso no debe asustar al cine cubano porque son cosas que van en paralelo, lo que hay que hacer es aprovechar todos los recursos que puede generar una industria de servicios a esas grandes productoras para apoyar y producir el cine cubano, para reinvertirlo en nuestra propia producción cinematográfica.

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