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La cultura pide un pacto con la empresa

Todos los sectores de las artes firman mañana el Pacto Social por la Cultura para fomentar una Ley de Mecenazgo que anime la inversión privada en tiempos de recortes públicos

PEIO H. RIAÑO

A la cultura no le salen las cuentas. Los tijeretazos en los presupuestos del Ministerio de Cultura y los recortes de las empresas en sus inversiones hacen temblar al sector. Mañana, más de 60 entidades dedicadas a la cultura firmarán un pacto histórico en este país para aclarar cómo hacer que la cultura sea capaz de resistir a la poda. Los sectores profesionales del libro, el patrimonio, las artes audiovisuales, las escénicas, la música, las artes plásticas o el diseño se unen en la sede madrileña del CaixaForum durante dos días, en la Conferencia Estatal de los Sectores Profesionales y Empresariales de la Cultura, con la intención de aportar nuevas ideas para acercar el mundo de la empresa al de la cultura.

El Pacto Social por la Cultura es un pacto de necesidad. No son las fundaciones, ni las empresas las que se unen para confirmar su vocación filantrópica. Son las víctimas que se revuelven para 'aprovechar la potencia de la creatividad en beneficio de todos los sectores de la economía', según el pacto. En él se desarrollarán 11 puntos en los que se pide mayor transparencia, responsabilidad y coordinación a la política cultural institucional, así como el impulso de la modificación de la actual Ley de Mecenazgo y Patrocinio Cultural aprobada en 2002, con una nueva norma con más ventajas fiscales para quienes inviertan en cultura.

Alberto Anaut: 'No podemos pretender que el Estado lo pague todo'

El pasado noviembre, Alfredo Pérez Rubalcaba, vicepresidente primero del Gobierno, anunciaba la reforma de la ley durante el primer cuatrimestre de 2011, y esta semana volvía a insistir en ella. 'Tenemos una buena Ley de Mecenazgo, pero hay motivos para modificarla', aclaraba ayer a este periódico el director de La Casa Encendida de la Obra Social de Caja Madrid, José Guirao. 'La cultura pide más ventajas fiscales para animar al sector privado y han surgido nuevos modelos de trabajo en el sector que necesitan ser actualizados en la norma Pero son malos tiempos para mejorar la fiscalidad', cuenta Guirao, que celebra ocho años al frente de la institución cultural.

'El problema actual de la ley es que no estimula a las empresas a meterse a este mundo. No creen que esto sea una buena inversión y prefieren eventos como el Xacobeo o la World Cup Race, porque la exención de impuestos es mucho mayor', explica Alberto Anaut, director de La Fábrica, empresa que se dedica a la creación de programación cultural tanto de instituciones públicas como privadas. Anaut propone un entendimiento entre lo privado y lo público. Dice que la única solución es la mixta para estimular a los inversores: 'No podemos pretender que el Estado lo pague todo y, además, el apoyo no tiene que ser siempre una subvención', aclara.

'Son malos tiempos para mejorar las ventajas fiscales', cuenta José Guirao

Pero la filantropía tiene un precio para llenar los vacíos que ha dejado la financiación pública. El director de La Fábrica asegura que no se pueden crear estímulos para que la sociedad invierta en cultura 'si no se les ofrece reconocimiento', además de las ventajas fiscales mencionadas. 'La sensación que tienen muchas empresas es que sólo interesa su dinero. Hay que promover una cultura de reconocimiento para los que invierten en la sociedad', confiesa.

Precisamente, en esa línea se expresó hace unas semanas el ministro de Cultura inglés, Jeremy Hunt: 'Hay que lograr un reconocimiento público más visible de los donantes. Se puede crear un sistema de honores para los mecenas', declaró. Entre las medidas legales que va a desarrollar su Gobierno para fomentar la inversión privada en las artes se encuentra la protección de la inversión extranjera.

Hunt también es partidario del 'desarrollo de posibilidades de recaudación del sector de las artes', y del 'fomento de la inversión de las empresas en grandes eventos de 2011'. El pliego de medidas para hacer frente a un recorte del 30% de los presupuestos de su gabinete confirma la tradición anglosajona en los vínculos entre empresa y cultura. Incluso, avanza vagamente el anuncio de una norma que obligara a donar el 10% de las herencias a la cultura y caridad.

'Desde luego, no se trata de privatizar la gestión', aclara José Luis Melendo

De hecho, en nuestro país, con la Ley de Mecenazgo actual, las donaciones individuales desgravan un 25% del IRPF y un 35% del impuesto de sociedades si se trata de empresas. En Francia, llegan hasta el 66% y el 60% respectivamente. El caso de EEUU es extraordinario, donde las aportaciones pueden desgravar hasta el 100% de lo donado.

El director general de Fundación Telefónica desde hace seis años, Paco Serrano, duda de la tradición de mecenazgo en España. 'El reconocimiento filantrópico de empresas privadas no está bien visto en este país. Estamos muy lejos de la práctica anglosajona', cuenta Serrano, que desconfía que a un año de las elecciones vaya a haber algún cambio en la política fiscal del Gobierno en estos momentos. Es un mal momento para todos, pero un momento en el que se pide como agua el estímulo de la acción privada. El director de Fundación Telefónica resume la situación de la siguiente manera: 'Los privados quieren verse más reconocidos y los públicos recibir cheques para administrarlos ellos'.

Luis Calvo señala que hay que educar a las marcasen la inversión

Los colectivos piensan que es un momento de cambio, para señalar que hay que olvidarse de lo vivido. El debate entre si la cultura debe ser más privada o más pública está abierto en plena crisis económica, con las arcas del Estado bajo mínimos. 'Las cosas tienen que cambiar', reconoce José Luis Melendo, coordinador de la Conferencia Estatal de los Sectores Profesionales y Empresariales de la Cultura, para quien la gestión de la cultura debe estar implicada en los sectores productivos de la sociedad.

'La reforma de la Ley de Mecenazgo es muy importante para que la inversión de la sociedad en cultura sea más fluida. De esta manera, la iniciativa pública se dedicará en exclusiva a fomentar valores como la creatividad y el talento', explica Melendo. Avisa de que habrá más recortes y que los tiempos pasados no volverán.

Paco Serrano: 'El reconocimiento a las empresas aquí no está bien visto'

'Tenemos que cambiar nuestra forma de gestionar, porque ¿cómo va a emerger sino la cultura en el momento por el que pasamos? Desde luego, no se trata de privatizar la gestión, sino de llegar a un acuerdo razonable entre todas las partes sociales: el Estado, la sociedad civil y la empresa', cuenta. Pero reconoce el peligro que supone la utilización de la cultura como soporte de campaña de comunicación: 'La Ley debe patrocinar proyectos de largo alcance. Además de garantías fiscales, hay que establecer responsabilidades culturales. Cuando hablamos de cultura, no podemos hablar de comercio'.

Luis Calvo, director del festival de músicas del mundo Pirineos Sur, que este año celebra 20 años en activo, cumple con sus presupuestos, a partes iguales, con la Administración, el sector privado y las entradas de los espectadores: 'A las empresas hay que enseñarles que la cultura es un valor añadido, para que valoren dónde invierten. En ningún caso, Pirineos Sur será lo que quiera el patrocinador, ellos saben en qué invierten'. La censura, como dice José Guirao, es excepcional y se da en todas partes: 'Lo público tampoco es sinónimo de garantía total, mira el MUVIM de Valencia'.

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