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'¡Dejadme llorar! El genocidio olvidado', un documental sobre la huella de los crímenes franquistas 

Con el telón de fondo de esos horrendos crímenes, que nos recuerdan por su brutalidad a los que hoy se dan en Irak o Siria, esos niños, hoy ancianos, nos cuentan como tuvieron que crecer y vivir durante los cuarenta años de dictadura marcados y sin derechos.

Fragmento del documento ''¡Dejadme llorar!El genocidio olvidado'

JORDI GORDON *

¡Dejadme llorar! El genocidio olvidado es una denuncia y, a la vez, un homenaje a las víctimas del franquismo. En este corto documental, avance de un largometraje que ya está finalizado, se aborda la huella de los crímenes franquistas en las vidas de los niños de entonces, hijos de los desaparecidos, asesinados y perseguidos por los golpistas.

Con el telón de fondo de esos horrendos crímenes, que nos recuerdan por su brutalidad a los que hoy se dan en Irak o Siria, esos niños, hoy ancianos, nos cuentan como tuvieron que crecer y vivir durante los cuarenta años de dictadura marcados y sin derechos. Además de la brutal represión que sufrieron ellos y los familiares que sobrevivieron, también tuvieron que soportar la coacción emocional y sentimental. Como dicen algunos de los protagonistas, el luto estaba prohibido, no se podía manifestar ni el dolor, ni la pena.

El régimen franquista decidió borrar todas las huellas de sus crímenes y obligó a las familias a ocultar su tragedia. Como recuerda en el documental el historiador Francisco Moreno Gómez, que ha desvelado ese genocidio oculto a lo largo de 35 años de investigaciones, la dictadura quiso hacer desaparecer totalmente a las víctimas, los documentos y la memoria. Eso explica la existencia de las fosas y enterramientos clandestinos, y que todavía hoy seamos el segundo país del mundo en número de desaparecidos después de Camboya, con más de

Desgraciadamente, el olvido y la desmemoria se han prolongado hasta hoy. La mayoría de esos niños, hoy ancianos, siguen sin poder cerrar el círculo. No han podido llorar, ni recuperar y enterrar dignamente los restos de sus seres queridos que están en cunetas y fosas comunes; en definitiva, no han podido hacer el luto por sus familiares. Aunque han pasado 40 años de la muerte del dictador y genocida, tampoco han sido reconocidos como víctimas por las instituciones democráticas del Estado, ni se les ha pedido perdón oficialmente, tal y como ha exigido la ONU en los tres últimos informes que ha emitido sobre España.

Es una tragedia y una enorme injusticia que todavía hoy decenas de miles de personas sigan siendo víctimas de segunda, invisibles y sin derechos. Las próximas elecciones son una oportunidad única para que los partidos y candidatos a la presidencia del gobierno se comprometan con el cumplimiento de las resoluciones de la ONU, como exige la plataforma por la Comisión de la Verdad y la democracia y sus instituciones reparen ese dolor con el justo reconocimiento que merecen.

* Jordi Gordon es el director del documental

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