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Villeneuve: “Para EEUU la tentación de usar la violencia es tremenda”

El cineasta canadiense dirige Sicario, un thriller sobre la guerra de la droga en la frontera mexicana, con el que busca “dar alguna respuesta sobre el mal”

Benicio del Toro,  personaje enigmático de 'Sicario'.

MADRID.- El cineasta canadiense Denis Villeneuve se sumerge en el infierno de la guerra contra el narcotráfico con Sicario, una película donde él mismo reconoce que no ofrece
“nada nuevo sobre el tema” porque su objetivo ha sido “más bien explicar cómo trata el problema EEUU fuera de sus fronteras”.

Con un ritmo ajustado a la acción que pide la historia, la película presenta un relato de violencia contra violencia, de corrupción y venganza feroz, con la que el director pretende, una vez más en su carrera, “dar alguna respuesta sobre el mal”.

Benicio del Toro, Emily Blunt y Josh Brolin protagonizan el filme, que comienza siguiendo los pasos de una agente del FBI, una mujer demasiado idealista e ingenua, que se sorprende más que el espectador de la brutalidad y la ilegalidad en la que se mueven los miembros del equipo especial creado por el Gobierno de EEUU para luchar contra los narcos mexicanos. Reclutada para una misión clandestina, su mirada se enfrenta a la de Alejandro, un tipo turbio, callado y cargado de secretos que les acompaña como asesor, y a la de Matt Graver, el oficial de estas fuerzas de élite, un hombre vencido por su cinismo.

"Cómo aprobar el mal"

“Es una historia de ‘violencia genera más violencia’, que presenta una situación en la que no se puede ya negociar, no se puede razonar. Para EEUU la tentación de usar la violencia es tremenda, aunque evidentemente esa no parezca la solución, sino solo la manera de crear ciclos y ciclos de violencia”, dice Denis Villeneuve, que consigue que su película cumpla como thriller, con momentos bastante brillantes, pero con la que se queda corto, encerrado en la historia más simple de todas las que ha contado hasta ahora.

“Es una continuidad sobre lo mismo, el mal. Con varias películas puedes hacer un cuadro más preciso de un tema, en este caso yo me pregunto cómo abordar el mal -añade el cineasta-. Por ejemplo, con ISIS, ¿con esa gente qué se hace? Son unos locos y no se puede negociar con ellos. Si no se usa la violencia se van a multiplicar por diez… Yo creo que hay que ir más allá, hay que buscar las raíces de todos los problemas para poder solucionarlos”.

Movidos por la desesperación

Sicario es para Villeneuve una manera de intentar entender el problema de la guerra de la droga, un asunto que preocupa mucho también a Benicio del Toro, en cuyas manos queda el personaje enigmático de la película, el atormentado que arrastra un pasado oscurísimo y que, es obvio desde el minuto uno, va a ser la clave de toda la historia.

“Esta es una película sobre América, no sobre México, pero en ella se vuelve a tratar el tema de siempre”, reconoce el director antes de subrayar lo “generoso” que ha sido el actor puertorriqueño al aceptar “un personaje como éste”.

“Mi personaje siente auténtico dolor, un dolor verdadero. En el tercer acto se convierte en sicario, se ve quién es y por qué le llaman así, y en esta guerra de la droga hay gente que puede entenderle perfectamente, incluso aplaudirle. Conozco muchas personas que creen que la única solución es la pena de muerte”, dice Benicio del Toro, que aunque se confiesa muy lejos de esta convicción, añade: “Esas personas son iguales a nosotros, pero a lo mejor a ellas les mueve la desesperación”.

Una guerra de treinta años

“Esta película es el punto de vista de la DEA, el FBI, la CIA… pero en la guerra del narcotráfico hay mucha gente de todos los bandos que ha perdido la vida. Esta es una guerra de treinta años en los que no ha cambiado nada –explica el actor-. En Sicario se muestra ese acto de desesperación, vamos a tirar más balas que ellos, a romper todas las reglas, casi a invadir un país para poder ganar este juego que lleva empatado 30 años”.

“Es una película de cómo EEUU se porta fuera de sus fronteras y en este caso es la guerra del narcotráfico, pero podría ser Oriente Medio o África”, insiste Villeneuve, a lo que Benicio del Toro añade: “Esa guerra que esto plantea entre lo moral y lo inmoral es fantástica en el cine y el teatro”.

“Plantea muchas preguntas, unas más profundas que otras, y una es, por supuesto, la de cuál es la solución al narcotráfico. Yo no creo que haya una sola solución –concluye el actor-. No me parece que nada se vaya a arreglar con la legalización, por ejemplo. Además, no es solo el problema de un país, es una cuestión que deben abordar muchos países trabajando juntos. Como dijo Rubén Blades hace poco, el asesinato de los 43 estudiantes de Guerrero no es un tema solo de México y lo que hace falta es justicia”.

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