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Destin Cretton: "Lo que somos tiene que ver con las elecciones de nuestros padres"

BEGOÑA PIÑA

El hawaiano Destin Cretton se ha metido a público y jurados en el bolsillo en decenas de festivales de todo el mundo (Los Ángeles, Derechos y Humanos de San Sebastián y Valladolid, entre otros) con Las vidas de Grace. Inspirada en sus propias experiencias en un centro de  acogida para adolescentes donde trabajó entre 2000 y 2003, la película muestra los efectos que provocan los traumas de la infancia y, sobre todo, los modos de encararlos para conseguir superarlos. Abusos sexuales, violencia doméstica, ausencia de cariño, alcohol, drogas... nada es tan grave ni perdura tanto como el sentimiento que ello provoca, la sensación de no ser merecedor de amor.

Cine independiente americano, la película se rodó en veinte días y con la ayuda de una beca para el guion y el impulso del Premio del Jurado recibido en Sundance a su cortometraje Short Term 12, donde ya contaba una historia similar. Brie Larson y John Gallagher son los protagonistas.

¿Tan importantes fueron los años que trabajó en el centro de acogida como para hacer dos películas sobre ello?

La verdad es que no creo que la experiencia fuera muy importante para mí entonces, cuando la viví. Pero ahora sé que es algo que ha estado conmigo todo este tiempo. Estuve entre 2000 y 2003 allí y es una experiencia sobre la que he pensado mucho luego.

¿Somos una consecuencia de nuestra infancia y nuestra familia?
En cierto modo. Ese era un tema en el que ya pensaba cuando estaba trabajando en aquel centro. Creo que una buena parte de lo que la gente es tiene que ver con las decisiones que toman sus padres. En esos centros, cada día ves las caras de chicos que se han visto afectados por las elecciones que tomaron sus padres. Es un tema que del que no me puedo evadir aunque lo intente y pienso mucho en mis hijos y en la responsabilidad de educarlos para que se conviertan en seres felices. Esa era la idea que me rondaba cuando hice la película, las acciones de los progenitores son las responsables de convertir a los hijos en un tipo u otro de personas.

Dicen que tenemos tendencia a repetir lo que hemos visto en nuestros padres, ¿es así?

Creo que es una tendencia humana. Pero también hay personas que tienden a hacer exactamente lo contrario, afortunadamente. Mi esperanza es que cada generación supere a la anterior, sea mejor, y sea capaz de crear su propia identidad por sí misma. Algunos se convierten en seres similares a sus padres y otros justamente en lo contrario. Creo que la película muestra de alguna manera diferentes formas de enfrentarse al pasado, algunos miran al pasado de forma optimista intentando superar las terribles experiencias que vivieron en su niñez.

Acoso, desprotección, abusos, violencia, drogas... ¿cuáles son las peores agresiones a las que se enfrentan estos chicos?

Desgraciadamente, hay muy diferentes clases de maldad. Todos los personajes de los chicos que hay en la película salen de casos reales. Son cosas que fui viendo o aprendí cuando estaba trabajando allí o saqué de profesionales que fui entrevistando. La cuestión que plantea la película es que, independientemente de los diferentes tipos de tragedias que hayan vivido estos jóvenes, todos deben comprender que merecen ser amados. Una sola persona puede modificar la visión dolorosa que uno tiene de sí mismo. Hay que hacer que esos chicos se enfrenten a sus miedos y para ello hay diferentes métodos.

Seguro que conoció situaciones más duras que las que cuenta en la película...

Fue fácil elegir las historias de mis recuerdos y ponerlas en la película. Pero, es verdad, no representan todas las posibilidades. Mi intención principal era mezclar emociones y no quería que la película resultara devastadora. Quería que se percibiera con esperanza. Quería risas y sonrisas, al lado de momentos serios. Toda la gente que ha trabajado en un sitio así durante un tiempo tiene alguna historia de esperanza de la que te habla. Al mismo tiempo, las personas que llevan veinte o treinta años ejerciendo esta profesión sienten un efecto devastador y, en ocasiones, deprimente, sienten los traumas de los chicos como si fueran suyos y viven una mezcla de emociones muy perturbadora. Sin embargo, todos tienen anécdotas para mearse de la risa y alguna historia inspiradora que les motiva a ir a cada día a su trabajo e intentar dar lo mejor de sí mismos.

¿Podría decirse que esta es una película en contra de la compasión y a favor de la comprensión?

Sí. Es una película a favor de la comprensión. Creo que mucha gente, y me incluyo a mí mismo, cuando empieza a trabajar en un sitio como éste, hace todo lo posible por sacar a los chicos de la oscuridad y para que aprendan a mirar el futuro con esperanza. Lo que quería mostrar en la película son los métodos que se emplean, cómo mirar a los adolescentes cara a cara y recorrer con ellos el camino diario hacia la normalidad, en lugar de venirse abajo con ellos. Se trata de intentar animarles para que se sientan motivados.

¿El sentido del humor es una de esas herramientas, de esos métodos?

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