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Fernando León: “Estamos poco acostumbrados a la verdad en la política”

El cineasta explica las claves de la película ‘Política, manual de instrucciones’ un trabajo en el que documenta el proceso de creación de Podemos, con la intención de “dejar registros de algo excepcional”

El director madrileño Fernando León de Aranoa.

MADRID.- “No los conocía. Me crucé un par de veces con Pablo Iglesias y con Monedero, pero no los conocía. Entonces empecé a pensar en que se podría hacer esto. Envié un SMS al productor, Jaume Roures, y…” Ahí empezó un año de seguimiento para documentar la creación de una nueva formación política, Podemos, en un momento excepcional de nuestra historia. Fernando León de Aranoa grabó 500 horas y luego “tuve que encontrar la película en ellas”. ‘Política, manual de instrucciones’ se estrena mañana en algo más de una veintena de salas de varias ciudades españolas. Pensada para registrar el nacimiento de un proyecto político inesperado, su historia termina con las elecciones generales del 20D. Pero la actualidad ha dado nueva vida al filme, que ahora se presenta a unas semanas de las próximas elecciones, lo que la transforma y “la distorsiona”.

La película no se hizo para estar terminada cuatro semanas antes de unas elecciones generales, pero ha ocurrido y eso la convierte en un arma electoral, ¿cómo se siente al respecto?

Eso trae cierta distorsión a la película y afecta a la mirada sobre ella. Pero es verdad que no estaba diseñada así, sino para estar terminada después de las elecciones, que es donde acaba. Esta no es una película de campaña. De hecho, cuando les propusimos hacerla, les enviamos un documento con tres propuestas y la primera era justamente esa condición, les dejábamos claro que esta no sería una película de campaña. La intención era dejar registros de algo excepcional.

Al ver la película, parece que le han dejado estar en todas partes y en todo momento, ¿no le dijeron alguna vez: “Esto no lo puedes grabar”?

Nunca. Lo que pasa es que por la educación política que tenemos estamos poco acostumbrados a la verdad y, sobre todo, a la verdad en la política. Entonces, sobresalta y asusta. Pero esa sensación, que es real, ha sido gracias a su disposición, a que aceptaran que se filmara de esa manera. Yo quería tener el proceso real. Hubo momentos en que pensamos: “Ahora es cuando nos echan”, pero, no, y eso habla muy bien de ellos.

Eso lo sabe usted y los que hemos visto la película, pero muchos de los que no la han visto aún pensarán que es una película de propaganda.

Es posible que eso pase, pero es una distorsión. No lo es. Yo quería registrar un momento excepcional y el cine documental sirve para contar procesos como estos, desde las entrañas. Pero en esta película hay honestidad y, repito, es gracias a ellos.

Al margen de la circunstancia política con la que ha tropezado, la película registra, efectivamente, un proceso excepcional, histórico. ¿Siente alguna responsabilidad como cronista de ello?

Siento el privilegio de haber hecho este trabajo, cualquier contador de historias hubiera querido hacerlo. Aquí había un doble reto, contar cómo algo nuevo estaba sucediendo y cómo se forma un partido político. Poder contar eso fue lo que me movió a hacer la propuesta. La película se podrá ver dentro de tres, de cinco o de diez años. Los documentales no tienen valor cuando se hacen, sino cuando se ven.

Al mostrar a los dirigentes de Podemos en situaciones más privadas, no públicas, su imagen cambia…

No tengo esa percepción, yo no tengo esa sensación de doblez. Todo es natural y espontáneo, mi sensación es la de realidad. Parece milagroso, pero todo lo que pasa delante de la cámara es verdad, no hay puesta en escena.

¿Diría que los indecisos que vean la película van a resolver sus dudas?

Diría que el que la gente tenga información veraz es bueno. Y si hay comprensión, mejor. Lo ideal sería que hubiera una película parecida de cada partido. Yo he hecho una película que creo que puede interesar a cualquiera con un mínimo interés en la política.

La película mantiene un tono de crónica, a veces analítico, pero hay un único flash back, cuando habla del 15-M, que salta la emoción.

Porque fue emocionante. El 15-M parte la película, no quería una narración lineal, y, además, es uno de los afluentes, un momento simbólico. Ellos hablan de su relación con el 15-M, son claves interesantes.

No sé qué relación tenía con ellos y con Podemos antes de rodar la película, pero después de pasar un año a su lado ¿le han convencido o no de alguna cosa?

Su disposición de apertura me ha seducido. Y creo que hay que ponerlo en valor. También su creatividad, inventar soluciones en cosas que parecían que ya estaban inventadas. Ha sido seductor, que es lo más inesperado en política.

De las 500 horas grabadas ¿qué siente haber tenido que dejar fuera de la película?

Mucho sentido del humor se ha quedado fuera. También me he dedicado más al proceso que al para qué, el para qué ya lo cuentan ellos. Ha sido dificilísimo seleccionar y encontrar la película en esas 500 horas.

La película tiene un tratamiento cinematográfico que se aprecia, por ejemplo, bastante en el uso de la música de Antonio Sánchez…

Es que la historia parecía escrita por un guionista de Hollywood, con los éxitos y después las crisis… era un sube y baja, como lo ha vivido mucha gente. Me interesaba hacer un documental con herramientas de la ficción y la música, la percusión es brillante. La percusión hace difícil que pueda ser algo excesivamente dramático, pero acompaña muy bien los cambios de ritmos.

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