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«¡Si fuera personaje, iría al psicólogo!»

Fernando Trías de Bes trata el proceso creativo en ‘La historia que me escribe’

GUILLAUME FOURMONT

Cuando una persona no diferencia la ficción de la realidad, cuando la imaginación es la pauta que sigue para vivir, es un psicópata. Salvo, claro está, si nos despertamos y nos damos cuenta de que todo lo que nos rodea, nuestras vidas, no son reales sino el puro producto de la imaginación. “Eres un esclavo. Igual que los demás, naciste en cautiverio, en una prisión para tu mente. Lo único que te ofrezco es la verdad”, revela Morfeo a Neo en la primera entrega de Matrix.


Casi nos perdimos, aunque dispuestos a seguir leyendo La historia que me escribe (Alfaguara), de Fernando Trías de Bes, que arranca con esa cita de la película de los hermanos Wachowski. Porque esto es así: mientras la novela parece ser de género policíaco, se adentra en realidad en el proceso creativo de un autor. Walter Néspolo cuenta su tranquila vida como escritor de éxito, hasta que le encargan escribir un libro que devora a su creador. Al menos, eso parece.


“El proceso creativo me sirve como vehículo para expresar la duda existencial que todo el mundo se plantea, como ¿quién soy?”, explica el autor. Nada nuevo. El proceso creativo de un artista ya fue tratado en libros y películas, como Swimming Pool, de François Ozon, cuando una autora vive en su propia imaginación para escribir su novela. Trías de Bes pretende ir más lejos: “El acto de crear del que trato también puede revelar a alguien que quizá viva en una ficción”, reconoce.

¿Quién es entonces Walter Néspolo? ¿Creación o creador? ¿Y quién soy yo? Los ingenuos ya dudan de la realidad de las paredes que les rodean, como Neo en Matrix. “Tengo claro que estoy vivo, que yo existo”, responde un pragmático Trías de Bes, también economista y profesor en la escuela ESADE.

El escritor dice trabajar “de forma estructurada. Tengo un plan de escritura para cada novela”. Trías de Bes se parece al Walter Néspolo de su obra: “Llevaba más de la mitad escrito cuando cambié la tercera persona por la primera”, confiesa. ¿Se identificó con su protagonista? “Nunca pasé por este tipo de delirio”, exclama.

El lector se plantea si el escritor Walter Néspolo existe o no, si la ficción manipula la ficción. Fernando Trías de Bes no lo cree, aunque considera que la frontera entre ficción y realidad es muy leve: “¿Dónde ocurre todo? ¿En la imaginación? Si descubro que soy un personaje de ficción, prefiero no asegurarme de ello y así pensar que quizá sea real”, explica. El escritor ya dijo que estaba “vivo”, que “existía”. Cuando se le pregunta qué haría si descubre, como Neo, que es personaje de ficción, lo tiene claro: “¡Iría enseguida al psicólogo!”.

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