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Hannah Montana quiere pegar el estirón

Miley Cyrus parece luchar contra todos para poder desprenderse de la piel de Hannah Montana

JESÚS ROCAMORA

Tiranías del mundo del pop: Miley Cyrus parece luchar contra todos para poder desprenderse de la piel de Hannah Montana, que durante cinco años ha marcado a una audiencia que ha crecido con ella bajo el paraguas de Disney. Compañía y la propia cantante/actriz/diseñadora y autora de best-sellers quieren que entendamos que es hora de crecer.

No basta con endurecerle el look a base de negro, eyeliner gordísimo y peinado a lo Avril Lavigne: hay una guerra civil dentro de la esta chica que va camino de los 18, como dejó ver en la rueda de prensa de ayer en Madrid. El motivo era múltiple: nueva película, disco y concierto este fin de semana en Rock in Rio.

A un lado estaba Cyrus, chica de carne y hueso que quiere dar el estirón: la película, La última canción (estreno: este viernes), no tiene nada que ver directamente con el personaje de Hannah Montana. Es la historia de una adolescente insoportable que termina encontrando el buen camino, escrita por el superventas cristiano Nicholas Sparks.

O sea: se le puede ver con actitudes que nunca se darían en la tele, pero dentro de unos límites, claro. 'Disney me ha dejado madurar un poquito', reconocía ayer. 'Estoy muy orgullosa del personaje de Hannah y de haber inspirado a muchas jóvenes. Ahora intento crear mi propio personaje, mi imagen, algo en lo que no sé si los demás tienen mucha confianza...', lamenta.

Ayuda a verle crecidita que no venga acompañada de su omnipresente padre (en la vida real y en la ficción televisiva) y escucharla hablar de temas impensables en la serie de Disney Channel, como religión y sexualidad: 'Soy una persona espiritual, pero mi religión gira alrededor del amor, que es lo que falta en el mundo. Le he dedicado una canción de mi nuevo disco a mi mejor amigo y peluquero, que es gay. Quiero que no se le discrimine', soltó.

Y al otro lado está su alter-ego de Hannah Montana, cabeza de cartel del día dedicado a la familia en Rock in Rio el domingo, donde esta evolución personal no se verá acompañada necesariamente de un salto en lo musical, y eso que ayer repitió que era fan de Radiohead: 'Mi público es de 12-18 años, y a ellos les gusta el pop', dijo. ¿Miedo al encasillamiento? 'No: no se puede satisfacer a todo el mundo. No puedo fijarme en lo que quieren los demás sino en lo que yo quiero', zanjó. Esto debe ser la cacareada madurez.

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