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"Hemos pasado de mirarnos el ombligo a mirarnos los unos a los otros"

HÉCTOR JUANATEY

Nacho Vegas (1974) está en una terraza de la madrileña plaza del Carmen con una caña. Viste claro, casi luminoso, quizás porque está de promoción por su último disco, el menos oscuro de su discografía, Resituación. Vegas, que reconoce haber pecado de bastante pesimismo hasta ahora, se descubre ilusionado, hasta optimista, con la música, con la política, con el paso de lo individual a lo colectivo.

Resituación. Suena a que antes estábamos en un lugar y ahora nos hemos situado en otro. ¿Qué sitio era aquel en el que estábamos y cuál es el actual?
Antes estábamos mirándonos mucho al ombligo y ahora estamos mirándonos más los unos a los otros. En los últimos tiempos ha habido una toma de conciencia muy fuerte de lo que es la lucha colectiva y del huir de un individualismo muy pernicioso, que era casi un imperativo vital, o así se desprendía del discurso dominante. Ahora hemos tomado conciencia. Y esto también tiene que ver con la música popular. Los que hacemos canciones, a veces muy intimistas, y que parecen sacadas de experiencias personales, debemos también orientarlas hacia la colectividad y huir un poco de ese regocijo en lo que resulta demasiado personal. Yo en algunos de los primeros discos a lo mejor me pasaba con eso. 'En los últimos tiempos ha habido una toma de conciencia muy fuerte de lo que es la lucha colectiva'


¿En qué momento sentiste esa toma de conciencia, del paso de lo individual a lo colectivo?
Fue una cosa muy extraña, porque yo siempre he sido de izquierdas y siempre he creído en las luchas colectivas. Yo fui muy pesimista por cómo iban sucediéndose las cosas, tenía esta cosa un poco derrotista, pero el hecho de ver que empezaban a coger impulso los movimientos sociales, nacían nuevas formas de autoorganización, de repente surgían centros sociales autogestionados y okupados que revitalizaban la vida cultural de los barrios, las ciudades... Todo eso me hizo creer. También me pasó que cuando empecé a escribir estas canciones tuve un momento en el que me puse a pensar en la música, en la escena indie, de la que venía. Me dio un poco de pena porque pecaba de este estilo individualista y de ser poco colaborativa. Los músicos y toda la gente se dedicaba a criticarse los unos a los otros. No existía la colaboración ni la autogestión que ves en los movimientos y centros sociales, y creo que los músicos debemos aprender de ellos. 'Siempre he sido de izquierdas y siempre he creído en las luchas colectivas'


Y comenzaste a participar en Fundación Robo.
Yo soy muy amigo de Roberto Herreros desde hace mucho tiempo. La primera vez que hablamos de Fundación Robo fue un momento un poco particular. Él había venido a Gijón para hacerme una pieza para Mapa sonoro, fue un par de meses antes del 15M, en 2011. Hablamos mucho de política y yo seguía con el pesimismo. Él me decía: 'Algo va a pasar, se está moviendo mucha gente, del Patio Maravillas...' Y yo: 'No, no va a pasar nada'. Me acuerdo de que en aquel momento yo había empezado a escribir la canción Como hacer crac. Roberto me preguntó qué escribía y le respondí: 'Una que se llama Como hacer crac, pero solo tengo la primera estrofa y estoy atascado ahí'. Luego hablamos también de la relación entre la música y la política, y en eso también era muy pesimista. Pero cuando ocurrió el 15M, volví a hablar con Roberto, que ya había empezado a colgar canciones en Robo, y le dije: 'Esto está muy guay, me gustaría hacer algo parecido, en lugar de hacer un nuevo disco, coger canciones, grabarlas de forma más casera y colgarlas en la red'. Y como era lo mismo, acabamos confluyendo. Acabé Como hacer crac, también influido por todo lo que estaba pasando, y esa fue mi primera colaboración en Fundación Robo.

Es, quizás, la canción más política que has hecho. Este, Resituación, puede tratarse, con todo, del disco menos derrotista de todos, el más claro, o menos oscuro. 
Hay una parte del disco que tiene que ver con una sensación de ilusión que creo que está en el ambiente, que se percibe, y que en otros discos no estaba. Incluso en otras canciones mías que tienen componente social hay una mirada más distanciada, incluso un poco cínica. Ahora mismo no me atrevería a volver a esa perspectiva.  'Hay una parte del disco que tiene que ver con una sensación de ilusión que creo que está en el ambiente'


No obstante, a veces la política puede llegar a ser potencialmente más derrotista que los sentimientos de uno mismo, sobre todo para la izquierda. Se da mucho más eso de ver cómo están las cosas y decir: 'Lo dejo, me voy'.
Sobre todo con la izquierda, sí. Yo siempre peco de no hacer más autocrítica, soy muy autocomplaciente, muy autoindulgente con sus errores. En realidad la crisis, aparte de la crisis económica, también ha sido una crisis de los partidos políticos tradicionales y de las instituciones, y esto es algo que ha dinamitado un poco un discurso que parecía indestructible. También está bien ser un poco pesimista, no hay por qué ser optimista si no hay razones para ello. Vale para decir que las cosas están jodidas, pero precisamente por ello, porque tenemos conciencia de ello, nos vamos a empoderar y vamos a hacer que cambien. Hace falta, a veces, ser pesimista para ilusionarte y poder ser optimista después.


En una entrevista dijiste que no habías votado en las últimas generales.
Creo que no voté, no.


Ahora estás ilusionado con Podemos. ¿Cómo ves las europeas?
¿Preguntas a quién voy a votar?


Tampoco quiero preguntarte directamente eso.
Apoyo a Podemos y voy a votar a Podemos. Acaba de nacer y todavía no se sabe muy bien a dónde va a ir, pero me gusta la forma de organizarse, que haya gente de movimientos sociales... Esta vez, además, me he leído bastantes programas y el de Podemos me gusta más que otros. Y creo que se pueden tender puentes con los sectores más críticos de Izquierda Unida, que es el partido al que había votado más veces. 'Apoyo a Podemos y voy a votar a Podemos'


Ya habías declarado que te gustaba porque apelaba al sentido más crítico de IU.
Sí, creo que hay una generación en Izquierda Unida, gente joven, que permitirá que se pueda crear una base electoral de gente de abajo, implicada en movimientos sociales, de izquierdas de todo tipo. Me gustaría.


La ilusión la mantienes.
Sí.


En una entrevista dijiste que las canciones políticas eran las más difíciles de escribir y que te gustaba cómo lo hacían, por ejemplo, los Housemartins.
Eso lo dije hace tiempo, ¿no?


En 2011.
Yo siempre fui muy fan de los Housemartins. Antes, en las canciones de temática social y política, siempre me encontraba con que tenía que distanciarme, ser cínico, y por eso pensaba que eran difíciles . Pero ahora mismo, para mí, fue natural escribir las canciones de este disco. Tiene que ver con el hecho de tomar conciencia de lo agresiva que era todo y de que en lugar de mirar para otro lado, había que estar en la realidad y contarla en las canciones. Probablemente la generación de los Housemartins, en los 80, con las políticas de Thatcher, estaban viviendo algo parecido. Por eso en todos los grupos ingleses de aquella época se alternaban las canciones de amor y de revolución. Ahora oigo canciones de los Housemartins y pienso que ahora las podría escribir alguien aquí. 'En 2011 y 2012 toqué bastante. Estaba cansado. Entré un poco en crisis'


¿No crees que debería dejar de resultar extraño que un músico haga canciones políticas?
No debería ser extraño, y creo que acabará normalizándose. Lo que pasa es que venimos de unos años, de una década o incluso de quince años, en los que tanto el pop como el rock huyó bastante de esos temas y de cualquiera que resultara problemático o en el que tuviera que mojarse un poco . Por culpa de eso ahora parece que hablar de política sea sospechoso. Siempre hay alguien que te va a decir: '¿Qué interés tienes?'


Quién te paga.
Es como un capítulo de los Simpson, en el que Burns va a la cárcel y Smithers se hace cargo de la central nuclear. Dice que va a ser un jefe justo, bueno, les dice a los trabajadores que tendrán seguro, una buena jornada laboral, etc. Entonces Lenny habla: 'Creo que hablo en nombre de todos al preguntar dónde está el truco'. Smithers responde que el truco es que un trabajador feliz es un trabajador más productivo, y entonces salta Homer: 'Siempre tiene que haber truco'. Siempre habrá alguien que te diga eso, pero se normalizará.


Hablando de trabajadores. Son los protagonistas del vídeo de la canción Polvorado.
La idea fue de Ramón Lluís Bande, director del vídeo. Él trabaja un programa en la televisión asturiana y me estaba haciendo una pieza cuando coincidimos con una manifestación de Trabajadores en Lucha, que es un colectivo en el que participan trabajadores de diferentes empresas. En Asturias hemos sufrido mucho con el tema de la reconversión pero veíamos aquello y nos preguntábamos qué empresa quedaba que no hubiera pasado por algo dramático en Asturias. No queda ninguna. Así que él tuvo la idea y allí mismo hicimos el casting. Sale gente mítica, como Samuel Fernández, sindicalista del CSI.


¿Cómo está Asturias?
Pues ahora están el tema de los Trabajadores en Lucha, que está muy bien. En Asturias, cuando era más guaje, estaban los astilleros y había muchos conflictos obreros y laborales presentes, pero en los 90 se reprimió mucho, y se consiguió que todo se viera solo como un asunto de empresas y de cuatro vándalos. Se mermó mucho el apoyo vecinal que había en los 80. Fue un triunfo clarísimo del neoliberalismo. Con los movimientos sociales, el 15M, a mí me preocupaba mucho una cosa, y era que la gente joven se desligase de la lucha obrera, de la gente de izquierdas de toda la vida, pero supieron apoyarse los unos a los otros, y la lucha obrera se recuperó un poco en la ciudad. Ahora, por ejemplo, se ha declarado inconstitucional el ERE de los trabajadores de Tenneco, que sale en el vídeo. Es una victoria que hacía tiempo que no se veía. Es un momento jodido, por como está Asturias en general, pero la lucha obrera ha recuperado el protagonismo que debe tener. 'Tengo el dilema de ver cómo hacemos conciertos solo para gente que puede permitirse pagar 20 euros'


Retomando la música, has asegurado que te lo acabaste pasando mal en los conciertos de La Zona Sucia. ¿Tuvo que ver con esta toma de conciencia?
Fue un cúmulo de cosas. En 2011 y 2012 toqué bastante. Estaba cansado de tocar, sentía que en los conciertos la banda tiraba más que yo. Si salían bien, era por ellos. Entré un poco en crisis, también estaba con asuntos personales. Pero me puse a pensar que la escena musical no estaba yendo como a mí me gustaría que estuviera, que no era una escena musical chula. Y me sentía mayor. Pensé que se había perdido la oportunidad de hacer algo bueno.


Pero ya has cambiado esa idea.
No lo sé, en lo relativo a la música, no lo sé. Debería cambiar, la gente más joven debería hacer música mirando a los movimientos sociales, la autogestión, y no depender tanto de otras cosas. Por ahí se puede avanzar. Pero no sé si hay una nueva generación musicalmente hablando. Desde que empezó el indie, yo me decía que a ver si aparecía una nueva hornada, pero siempre eran cosas puntuales y todo muy atomizado, no había conexión.

 


También es porque ahora es complicado sacar adelante un proyecto musical.
Lo ponen cada vez más jodido para que salga un grupo. Desde hace 10 años, es cada vez más complicado salir de gira, sube la gasolina, el IVA... 


¿Notas mucho el IVA?
Notamos que las entradas son más caras, muy caras. No todo el mundo puede pagar 20 euros. Tengo ese dilema de ver cómo hacemos conciertos solo para gente que puede permitirse pagar esa cantidad.


¿Puede ser un poco el pez que se muerde la cola? Es decir, bajas los precios, ganas menos, luego no puedes tocar. 
Pero se podría hacer una combinación, no sé cómo.


¿Hay que pensar nuevos modelos, como en el cine, por ejemplo?
Sí, hay que pensar, porque ahora solo tendemos a la autoprecarización. Hay que pensar en nuevos modelos, y le estoy dando vueltas. Me gustaría combinar conciertos con la banda con otros en los que las entradas no sean excesivamente caras. Yo sé que hay gente que seguro que no puede pagar los 20 euros, así que hay que ver cómo hacer otros más baratos.


¿Festivales?
No, pienso más en los centros sociales.


Como en el Patio Maravillas, donde ya tocaste.
Sí, a lo mejor vuelvo a tocar para el aniversario. Molaría hacer algo con toda la banda, no únicamente yo con la guitarra.


Otra cosa, ¿sigues componiendo con la Fórmula Uno?
¿Eso lo dije?


Sí.
Pues sí [Risas].


Perdió mucha emoción.
Hace mucho estaba bien, ahora es un coñazo, sí. Pero los domingos eran un buen día para ponerse la carrera y estar con la guitarra. '¿Por qué la gente sigue votando al PP o al PSOE? Porque sigue habiendo miedo'


En Actores poco memorables, uno de los personajes lee el ABC, pero has dicho que podría ser también El País. ¿Qué opinas de los medios?
Los medios de comunicación están ligados a poderes económicos e intereses empresariales. Pero ahora han salido muchos medios alternativos y más críticos. Yo era comprador de Público y me dio pena cuando chapó pero me di cuenta de que luego surgieron propuestas alternativas, y no solo de información general, sino como Líbero. Yo, que soy suscriptor de Diagonal, creo que en un momento monolítico del discurso de los grandes medios, tienen sentido los medios críticos, que son acusados de panfletarios, pero no lo son, desde luego no más que los otros.


Dónde está el pan, patrón, cantas en Polvorado. ¿Dónde está?
Concentrado en unas cuantas manos. Dinero no falta, pero está mal repartido.


Juan Diego Botto, en su obra Un trozo invisible de este mundo, recuerda que además de derecho al pan, hay que pedir también el derecho a las rosas.
Me recuerda a la frase de Bertolt Brecht con la que abrimos el vídeo de Polvorado: '¿Qué tiempos son estos en los que hablar de flores es casi un delito porque implica callar sobre tantos crímenes?'


En Runrún se habla de un ruido que será motivo de celebración. ¿Qué ruido sería?
Un ruido hecho por muchas personas haciendo cosas juntas, y no por diferentes individuos haciendo cosas a la vez. Algo armónico, como cantar, que es algo en lo que te tienes que poner de acuerdo, ya que no solo hay que hacerlo a la vez, sino tener el mismo tono. Mucha gente cantando junta una canción popular, que es la metáfora de lo que es el activismo político. Es un ruido que se percibe con fuerza. Quiero pensar que es así. Lo presiento así.


¿El miedo ha dejado de ser la actitud o aún falta?
Falta un poco. ¿Por qué la gente sigue votando al PP o al PSOE? Porque sigue habiendo un componente de miedo. Los cambios pueden ser dolorosos y hay un miedo a que las cosas cambien. Pero se ha conseguido que se desplace un poco. Ahora, cualquier intento de movilización es criminalizada sin disimulo.  'El disco habla de un montón de personajes que en gran medida están unidos por la indefensión'


La primera canción del disco, Indefensos, está sin letra. ¿Así es como estamos ahora, indefensos, callados?
Nunca la había visto desde ese punto de vista.


A lo mejor no tiene nada que ver.
El disco habla de un montón de personajes que en gran medida están unidos por la indefensión, están solos. Son gente vulnerable, dañada. La canción introducía eso. El título está inspirado en la película Naked, de Mike Leigh, que aquí se tradujo por Indefenso. Lo puse en plural porque aquí hablo de la colectividad.


¿Tienes miedo a que la gente que está acostumbrada a tus anteriores discos no les guste este, justamente por esa claridad?
Ya ha pasado. Hay quien me dice que qué estoy haciendo, que vuelva. Pero en la gira estoy tocando las canciones antiguas con las nuevas y funcionan bien, hay una conexión. Los descreídos podrán comprobarlo. Pero sí que ha habido esa clase de reacción, no lo esperaba pero sí, hay gente que me ha hecho unfollow [Risas].

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