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El informe del detective que siguió a La Pulquería en su concierto en Gopegi

LA PULQUERÍA

INFORME POLICIAL:

Comisaría 0026 Vitoria. Num. Expediente 4837.

La Pulquería, en Gopegi

Capitan Nutella, investigador privado: Las dos cosas que más odia un músico son ensayar y madrugar. Hoy no tocaba ensayo. Son las 8.00 a.m. y me toca salir del camarote. Con la colilla del de anoche encendí mi primer chupa-chups del día y me dirigí al cuchitril que llamo oficina. Nutella & Jhonson Private Eye, calle Kalea nº 3. Ayer, a la hora en las que las damas dejan de serlo, esperando prudentemente a que se hubiera ido Margott, mi secretaria, vino a la oficina Fátima Leary, booker, una secuaz de Rafaelle Caimanone, mánager. Venía ligera de ropa. Me encargó ir a Gopegi para investigar a un grupo de rock: La Pulquería. Malditos grupos de rock. Siempre me toca ver más de lo que debería.

Miguelito el 'anchoíta', Pirata de agua dulce: Hace días que salimos hacia el País Vasco, tierra ya archiconocida por mis lobos de mar. Navegamos con coraje y calippos por el embravecido asfalto de la AP-68. Nuestra fiel embarcación, el pulque-móvil, fue una furgoneta que en una vida anterior perteneció a los Celtas Cortos, fieros bucaneros de los mares del Norte. Y ahora nos acompaña a cambio de unos doblones de gasolina por toda la geografía ibérica. Lleva colgando de un antiguo retrovisor los amuletos que nos libran del mal fario: una foto de un poderoso chamán, un sujetador que se dejó una fan y un fémur humano sin identificar.

Johnny Carreras, feriante: Los conocí en Gopegi. Buenos chicos. Se dejaron un montón de dinero en mi puesto de pistolas de aire comprimido para poder jugar con un balón gigante de medio euro, y luego se pusieron a pegarle patadas y lo pincharon en aproximadamente 34 segundos. Rockeros. Por si no hubiera sido suficiente con la pelea de gatos desafinados que fue la prueba de sonido, el técnico nos castigó los tímpanos con Hotel California y baladitas de Michael Jackson.

'Sí, sí ,pasaron por mi lado ¡y te digo que iban drogados! ¿Lo único bueno? El cantante cuando se quita la camiseta', explica Gertrudis MacSullivan, testigo

Gertrudis McSullivan, ama de casa: Sí, sí, pasaron por mi lado ¡y te digo que iban drogados! ¿Lo único bueno? El cantante cuando se quita la camiseta.

Francis Pichonhouse, Road Mánager: No había cobertura en el pueblo, ¡qué locura! Esta gente necesita un road mánager hasta para ir a mear. Además, se adelantó el concierto, así que desastre garantizado. La mitad llegaron tarde y tuvieron que subir sin cambiarse. Pero hicieron un gran bolo. Han recuperado el show del tequila y las máscaras a petición popular. En primera fila, siempre viene bien echar un traguito de tequila.

Yo me suelo ir a dormir antes porque conduzco al día siguiente a los cadáveres que quedan de la noche anterior. Debo asegurarme de dos cosas: que lleguen vivos a casa y que se hagan la vasectomía lo antes posible.

Mapi, niña de 9 años. Estaba en primera fila, dejándome los pulmones en cada estribillo, cuando Gerard preguntó por el micrófono si alguien se sabía Plata o plomo porque estaba cansado de cantar. Levanté la mano y me subió al escenario. Qué emocionante. Estaba tan nerviosa que ni me salían las palabras, pero me las apañé para cantar la mitad del tema y el público se volvió loco en aplausos...

Fenicio del Todo, músico: Fuimos a los karts después de la prueba. Estamos enganchados. Son la forma perfecta de matar el tiempo que hay entre la prueba y el bolo. Luego nos separamos para cenar, algunos cerca del bolo en Gopegi y otros, a Vitoria. Ahora tocamos el nuevo repertorio del disco Fast Cuisine, que sale en edición física el 21 de septiembre. Los temas están funcionando muy bien a pesar de lo mal que tocamos. ¿He dicho yo eso? Perdón. Bórralo.

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