La previsión de crecimiento para el mercado español de ocio y entretenimiento es de una media anual de 7,9% hasta 2012, según un reciente informe de la multinacional Price WaterHouseCoopers. Eso sí, las cifras finales dependerán de lo largo que extiendan sus tentáculos en el hemisferio digital.

Y, en este sentido, los sectores que lo van a tener más crudo de aquí a 2012 son la industria discográfica y el cine, con un decrecimiento del 4,4% y el 1,1% en España, respectivamente. Aquí no hablamos de crisis económica, sino de crisis estructural.

Internet ha cambiado los hábitos entre los consumidores de música y cine. El sujeto pasivo se ha convertido en sujeto activo, que ya no recibe solamente información, sino que la busca y que pide flexibilidad. Ver lo que quiera cuando quiera.

Pero la Red no sólo ha cambiado al público, sino también a los artistas. El ejemplo más claro es el de Radiohead, que a finales de 2007 colgó su nuevo álbum en Internet de forma gratuita. Fue la señal que activó todas las señales de alarma de una industria al bordedel precicipio.

En cine, la tendencia a la baja en el número de espectadores no parece dar señal de querer cambiar de signo. Si 2007 se cerró con cinco millones menos de espectadores que 2006, los datos provisionales del ICAA a 31 de octubre de este año muestran que han acudido a las salas ocho millones de espectadores menos que en 2007 hasta las mismas fechas. Sin embargo, el número de estrenos sigue creciendo.

Sin datos oficiales, pero igualmente dañado, se encuentra el mercado del cine porno, cuyos beneficios se acumulan en las nuevas tecnologías, como la Red o los teléfonos móviles en modalidad streaming y descienden vertiginosamente en productos físicos como los DVD.