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'Interstellar': El espacio, la última frontera

BEGOÑA PIÑA

 

A principios de semana nos desayunamos con una terrible noticia, la Tierra tiene fecha de caducidad. Si antes del 2100 no hemos reducido drásticamente las emisiones de CO2, empezará la marcha atrás. Justo en ese punto del futuro próximo, el de la tragedia ya irremediable, se coloca el cineasta Christopher Nolan con su espléndida Interstellar. Cine de aventuras, de viajes espaciales, construido sobre las teorías del destacado físico teórico Kip Thorne y sostenido en el trabajo de unos estupendos actores, especialmente el de Matthew McConaughey.

El planeta se está quedando sin comida. 'Miles de millones de habitantes y todos queriéndolo todo', dice uno de los personajes de esta historia, un relato que comienza reviviendo el tono familiar de las películas ancladas a la tierra y que va creciendo y creciendo hasta salir de nuestra propia galaxia para volver siempre, desde lugares inexplorados del espacio (del legendario 'Where no man has gone before' de Star Trek y su 'Space, the final frontier'), hasta el reconocible rincón de las emociones, del vínculo padre-hijos. Un viaje de exploradores espaciales y un viaje también con el que el cineasta se pregunta por el significado de ser padre y por los límites del sacrificio humano.

La película también es un viaje con el que el cineasta se pregunta por el significado de ser padre y por los límites del sacrificio humanoNo hay mucha confianza en la inteligencia del ser humano al principio de esta historia. Los hermanos Christopher y Jonathan Nolan (guionistas) parten, de hecho, de cierta ruindad colectiva y de un egoísmo desatado -'La inquebrantable creencia de que la Tierra es nuestra'-que ha llevado al planeta a la situación irreversible en que se encuentra. En ese mundo creado por ellos, la NASA sigue existiendo, pero en secreto. Nadie querría invertir en investigación científica cuando no hay nada que comer. Es una miopía general que conduce al desprecio de la ciencia con sus funestas consecuencias.

Unos cuantos irreductibles, encabezados por el impecable Michael Caine, persisten, sin embargo, en su intento por salvar a la humanidad. Gracias a su ímpetu, un grupo de exploradores se embarca en una misión trascendental, la de encontrar más allá de nuestra galaxia un nuevo hogar para los hombres. Tal vez al otro lado de un agujero de gusano (un atajo a través del espacio-tiempo) recientemente descubierto se encuentre la salvación.

'El ser humano vive en este mundo futuro donde no se le permite explorar, ni ser ingenioso o hacerse preguntas importantes, y sin embargo, estos conceptos son necesarios para el sustento de la humanidad, para evitar que se extinga. Es como si a nuestra raza le hubieran prohibido tener buenas ideas', explica el protagonista Matthew McConaughey, convertido aquí en un auténtico antihéroe del cine. Piloto destacado de naves espaciales, su personaje, Cooper, es un tipo al que la Tierra se le ha quedado pequeña, pero es padre y esa será la verdadera pelea que se libre en esta historia.

Anne Hathaway, Jessica Chastain, Bill Irwin, Matt Damon, John Lithgow, Casey Affleck... completan el reparto de Interstellar, una película que, en palabras de la productora y compañera de Christopher Nolan, Emma Thomas, trata 'sobre el espíritu aventurero y explorador del ser humano, y plantea cuestiones muy importantes, pero, al final, todo se reduce a la historia de una familia y a las relaciones humanas'.

Casi tres horas de gran cine de aventuras en el que los personajes protagonizan un viaje épico con paradas en planetas singularesCasi tres horas de gran cine de aventuras, rodado en Islandia y Canadá, en el que los personajes protagonizan un viaje épico con paradas en planetas singulares -un planeta helado, otro cubierto de agua con grandes mareas...- y con trayectos a través de agujeros de gusano, agujeros negros... y en el que trabajan mano a mano con avanzados robots. Un relato que gana en autenticidad -lo que favorece la intriga, la tensión y la emoción- gracias a la decisión de Nolan de evitar lo que él llama 'el futurismo gratuito'.

'Mi regla de oro consistía en no permitir que hubiera futurismo gratuito en el plató. Los diseños se han construido combinando la tecnología actual con otros medios para crear algo que tenga sentido y que refleje cómo vuela en realidad una nave espacial', dice Christopher Nolan que apostó por la creación de tres de esas naves espaciales para la película.

Ranger, Lander y Endurance son los nombres de estos navíos del espacio, vehículos en los que el cineasta ordenó colocar palancas, interruptores, pantallas... 'Podían pulsar los interruptores y usar la palanca de control como si estuvieran pilotando en la vida real -dice Nolan-. Crecí en los años 70, y los detalles reales de películas como Alien o la primera entrega de La guerra de las galaxias se me quedaron grabados en la mente, así que los tengo como referencia para las películas de ciencia ficción'.

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