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Judaísmo light y moños colmena para Winehouse

El cuerpo de la cantante fue incinerado y despedido en una ceremonia liberal

CONXA RODRÍGUEZ

Por la cantidad de kipás que llevaban los hombres sobre sus cabezas, el funeral de Amy Winehouse, celebrado ayer en el norte de Londres, siguió a rajatabla el rito judío. Negras para los muy religiosos y de color para los menos devotos. Pero la cantidad de kipás, en este caso, no significaba ortodoxia: el pequeño y machacado cuerpo de la cantante, hallada muerta el sábado en su casa de Camden, fue incinerado a primera hora de la tarde, mientras que, según la tradición del judaísmo, debe enterrarse bajo tierra envuel-to en una sábana para que la carne se amalgame con el polvo. El judaísmo ortodoxo también prohibe el entierro de cuerpos tatuados en cementerios judíos. La familia de Amy, sin embargo, es judía liberal.

A pesar de anunciar un sepelio privado, unas trescientas personas acudieron a última hora de la mañana a Edgwarebury Cemetery, un gran recinto multirreligioso, festoneado de césped y flores. De los coches con cristales negros descendieron su padre, Mitchell, su madre, Janis, su hermano Alex, y su novio, Reg Travis, entre otros. Y acudieron también su productor, Mark Ronson y Kelly Osbourne, llegada de Los Ángeles para despedir a su amiga. Kelly era una de las que ayer se peinaron el cabello al estilo colmena, el tocado postizo que caracterizó a la artista fallecida a los 27años por causas desconocidas.

En la ceremonia estuvieron Kelly Osbourne y Mark Ronson, su productor

El que no acudió ayer al sepelio fue su exmarido, Blake Fielder-Civil, que cumple una pena de cárcel en una prisión del norte de Inglaterra. Pidió permiso 'de clemencia' para atender las exequias, pero le fue denegado. El servicio religioso fue conducido en inglés y hebreo por el rabino Frank Hellner en la sinagoga de Londres y, al más puro estilo inglés, estaba destinado a provocar lágrimas y carcajadas. 'Mitch ha contado anécdotas muy divertidas y muy graciosas de Amy en las que todos reconocían su fuerte personalidad', ha contado a The Telegraph uno de los asistentes. Mitchell Winehouse, con kipá blanca, quiso 'celebrar' así la vida de su hija, retenerla en su memoria y llorar su muerte. La ceremonia acabó con la canción So far away, de Carole King. Mitch animó a cantar la canción favorita de Amy y acabó diciendo: 'Buenas noches ángel, duerme bien'.

La comitiva fúnebre partió de Edgwarebury al mediodía hacia el crematorio de Golders Green. Sus restos serán repartidos por varios lugares: una parte irán al Caribe, donde fue feliz escribiendo música y recuperándose; otra se mezclará con las de su abuela Cyndia, fallecida en el 2006 y cuyo nombre está tatuado en su brazo.

El cuerpo fue entregado a la familia el lunes por la noche, tras una autopsia inconclusa. La artista batallaba contra su adicción a las drogas y el alcohol y los resultados de los análisis toxicológicos se conocerán en tres o cuatro semanas. El martes, el médico y vecino de la cantante, Ash Medforth, aseguraba que le advirtió hace tiempo de que corría riesgo de morir si no recibía ayuda médica. En caso contrario, 'era más que probable que no llegase a los 28 años', dijo Medfortha Rolling Stone, para quien 'el gran problema' de la cantante fue que se negó a recibir tratamiento público por su adicción. Sin embargo, según su padre, Amy pasaba por un buen momento y se había recuperado.

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