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El escritor Baltasar Porcel pierde su lucha contra el cáncer

Después de tres años con la enfermedad, ha fallecido en Barcelona a los 72 años

L. del Pozo/ A. M. vidal

“Yo soy mi obra”, dijo Baltasar Porcel cuando en 2007 recibió el 39º Premio de Honor de las Letras Catalanas. Un año antes le habían detectado un tumor cerebral y lo superó. Sin embargo, hace unas semanas, el cáncer reapareció y el escritor y periodista, nacido en Andratx, se despidió de sus lectores en La Vanguardia afirmando que su columna diaria “vive una alteración honda, ha existido durante más de veinte años gracias a la fidelidad del lector, y ahora cambia en aras de una mayor precisión”. Porcel pensaba recuperar los artículos de forma semanal en agosto. Pero no ha podido ser. Ayer por la tarde, la editorial Edicions 62 informaba de su muerte en el Hospital Clínic de Barcelona.

Isleño, lenguaraz y poco complaciente con los corrillos literarios, estuvo marcado durante los últimos tres años de su vida por la enfermedad. Cuando recibió el Premio de Honor dijo: “Me llega en un momento de la vida, en una especie de lucha mítica entre Dios y el Diablo”. A pesar de la enfermedad, Porcel nunca quiso abandonar la escritura. “Cuando me decían que tenía que dejar de trabajar, yo contestaba: ¡qué coñazo la salud y descansar! Yo soy aquel que trabaja, que escribe y que piensa”. Y en ese periodo de tinieblas y dolor escribió su última novela Cada castell i totes les ombres (Ediciones 62).

El escritor, que hasta los 14 años no había visto jamás un libro en catalán, estaba profundamente ligado a la lengua de su madre: “Era una modalidad de mallorquín que en parte habían creado mi clan familiar y mis vecinos”.

Porcel nunca ocultó sus opiniones lingüísticas poco ortodoxas. “¿Saben que Ramon Llull nunca conoció a Pompeu Fabra?”, preguntaba burlón. Normativo o no, ganó una treintena de premios, incluidos los más importantes de la literatura catalana: el Josep Pla (1969), el Prudenci Bertrana (1975 y 1997), el Sant Jordi (1986) y el Ramon Llull (2001), además del Premi Nacional de les Lletres. Sus obras se leen en castellano, alemán, inglés, francés, italiano, vietnamita, checo y eslovaco.

Tras su muerte, distintas voces destacaron su vitalidad y carisma. “Era un hombre de amistad profunda, porque tenía un gran carácter; le estoy muy agradecido”, manifestó el ex presidente de la Generalitat, Jordi Pujol. El escritor Josep Maria Espinàs dijo de Porcel que “consiguió el contacto directo con la cultura mallorquina para crear una novelística con carácter propio”. El editor Xavier Folch, ex director del Institut Ramon Llull, calificó de “irrepetible” la figura del escritor y aseguró que sus novelas son “las más importantes en catalán desde la muerte de Mercè Rodoreda”.

Sobre su profesión

'La literatura no es instalarse en un oficio; sino forzar los límites'.

Sobre el mediterráneo

'La patria mediterránea es la poesía, la sangre, la luz y el hombre como centro de todas las cosas'.

Sobre la enfermedad

«Tras estar al borde de la muerte, una experiencia no sólo gratificadora, sino transformadora, he creado un mundo nuevo lleno de energía y vitalidad».

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