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La madre de todos los montajes

'I'm Still Here', falso (?) documental sobre la retirada del cine de Joaquin Phoenix, desconcierta en el festival. División de opiniones sobre la veracidad de sus imágenes

CARLOS PRIETO

¡Extra! ¡Extra! Neil Armstrong nunca pisó la Luna y Elvis Presley vive en un bungaló brasileño... con Joaquín Phoenix. O no. La primera impresión tras ver I'm Still Here (Todavía estoy aquí), película sobre la presunta retirada de la interpretación de un deprimido Joaquin Phoenix para dedicarse al hip hop, es que se trata de un falso documental, de un montaje descomunal a la altura de la teoría conspirativa más disparatada que se puedan imaginar.

Pero no es tan fácil. No pocos de los periodistas que vieron ayer la película en la Mostra iban por ahí asegurando que todo era real. Que Phoenix se ha retirado de verdad, que I'm Still Here es en realidad un drama sobre un famoso actor de Hollywood atacado por una brutal crisis de identidad. Y la rueda de prensa posterior al pase, a la que no asistió Phoenix pese a estar en Venecia, confirmó en parte esta tesis.

'La película no es ni una broma ni una cámara oculta', asegura el director

'Esta película no es ni una broma ni una cámara oculta ni un engaño. No quiero dar de-talles específicos porque no quiero influir a los futuros espectadores, pero Joaquin ha sido muy generoso con mi cámara,se ha desnudado por completo', afirmó Casey Affleck, director del filme, hermano de Ben y cuñado de Joaquin Phoenix.

Affleck sonó sincero, sí, pero es que no le quedaba otra: si todo ha sido una gran broma hay que defenderla hasta el final, hasta que los espectadores vayan al cine a verla.

Y, para aumentar todavía más la ambigüedad que rodeó a su encuentro con la prensa, el cineasta, tras escuchar la opinión de un periodista que calificó el filme de 'montaje', aseguró estar 'muy interesado en oír ese tipo de reacciones'.

'Joaquin ha sido muy generoso, se ha desnudado por completo'

Recordemos los hechos. Supimos de este asunto en febrero del año pasado, cuando un balbuceante Joaquin Phoenix apareció en el programa de David Letterman para confirmar que se retiraba. Su aspecto barbudo, desaliñado y colocado causó sensación.

Internet se pobló de foros donde la gente discutía si todo era una broma o si Phoenix estaba tan acabado como parecía. Pocas semanas después, Ben Stiller hizo una imitación hilarante del Phoenix vagabundo en la ceremonia de los Oscar. Aquello era la locura, no se hablaba de otra cosa y nadie sabía a ciencia cierta a qué estaba jugando el intérprete, nominado al Oscar en dos ocasiones por Gladiator (2000) y Walk the line (2005).

Las respuestas al enigma Phoenix se encuentran en teoría en I'm Still Here.

La película sigue sus pasos desde que anunció en público su retirada

La película sigue sus pasos desde que anunció por primera vez en público su retirada. Le vemos comportarse de manera errática durante la promoción de su última película (Two Lovers), descuidando totalmente su higiene ante la desesperación de sus jefes de prensa, actuando en un par de conciertos desastrosos de hip hop, y matando el tiempo esnifando cocaína, follando con prostitutas y peleándose a muerte con sus colaboradores.

'Debe de ser muy duro verse así. Joaquin ha cambiado durante el año y medio que hemos tardado en hacer esta película. Espero que ese cambio tenga que ver un proceso de redención. Con esta película he querido mostrar a alguien que cae y vuelve a ponerse en pie', afirmó el cineasta.

El Joaquin Phoenix que interpreta aquí a Joaquin Phoenix está sobreactuado

Phoenix también dedica bastante tiempo de la película a explicar (de un modo no del todo convincente) los motivos de su presunta retirada: está harto de tener que interpretar a un personaje público. Quiere volver a ser él mismo.

Como falso (?) documental humorístico, I'm Still Here, que se presenta en la Mostra fuera de competición, tiene su miga. Sobre todo aquellas escenas en las que aparecen personajes famosos que creen que la cosa va en serio. Por ejemplo, cuando Phoenix intenta convencer a Sean Diddy Combs de que le grabe un disco de hip hop. La cara de horror y estupor del célebre rapero mientras escucha la maqueta del actor rapeando incoherencias y haciéndose pasar por un negro no tiene precio. También resultan desternillantes los momentos en los que Phoenix se empecina tanto con el hip hop que es incapaz de mantener una conversación sin acabar rapeando completamente enloquecido ante el estupor de amigos y conocidos.

Pero, como drama íntimo sobre un famoso actor de Holly-wood con una crisis personal de caballo, no acaba de funcionar a pleno rendimiento. Porque I'm Still Here, una premeditada mezcla entre tragedia y parodia, realidad y ficción, no resulta del todo verosímil. Una sensación que, por paradójico que suene esto, no cambiaría aunque se confirmara la retirada del actor. Por un motivo muy sencillo: el Joaquin Phoenix que interpreta aquí a Joaquin Phoenix está sobreactuado. O, si prefieren, parece que está actuando. Puede que todo sea real, pero no lo parece.

Ahora bien, más allá de su chicha cinematográfica, el documental tiene interés sobre todo por su condición de experimento imposible. Aunque todo se tratara de una broma, habría que quitarse el sombrero ante la tozudez de Joaquin Phoenix. Que un personaje popular en todo el globo, de los que no pueden tirarse un pedo sin que los medios de comunicación lo difundan en directo por tierra, mar y aire, lleve dos años intentando engañar a todo el mundo todo el rato, es una tarea titánica. Por no mencionar que Phoenix ha estado dos años sin participar en ninguna película. Sin contar I'm Still Here, claro.

Por otro lado, en el hipotético y poco probable caso de que Joaquín Phoenix se hubiera retirado de verdad y nadie se lo creyera, estaríamos ante un caso paradigmático que debería estudiarse en universidades, seminarios de comunicación y congresos de semiótica. Si esto fuera así, el drama de Joaquin Phoenix sería digno de aparecer en un relato de Borges sobre una celebrity atrapada para siempre en un laberíntico juego de espejos. Sería, desde luego, una broma antológica.

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