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Más ayudas, más turismo y más obligaciones

¿En qué consiste la distinción?

La distinción como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad es la mayor que concede la Unesco a manifestaciones culturales. Abriría la puerta a subvenciones de la Unesco, por ejemplo las dedicadas a la recuperación y ordenación de documentos y archivos, una de las áreas en las que más trabajo queda por hacer.

La Unesco vigilará que España promueve, defiende y protege el flamenco. La declaración, obviamente, obligaría a extremar las atenciones a todas las administraciones. Otro beneficio decisivo es turístico. Las autoridades andaluzas prevén un impacto positivo. La decisión se tomará previsiblemente hoy, aunque podría retrasarse a mañana.

¿Es suficiente el reconocimiento?

Hasta 2006 la declaración estaba destinada sólo a expresiones culturales en peligro. Por ello el listado incluye muchas manifestaciones difíciles de comparar con el flamenco, que se sumaría a una lista en la que ya están el silbo gomero o la Patum de Berga, expresiones de gran importancia cultural pero probablemente con menor complejidad.

Entre las músicas ya incluidas, la polifonía popular albanesa y el mugham azerbaiyano pueden presumir de gran riqueza, pero ni de lejos competir con el flamenco en proyección internacional. El flamenco entrará en el listado una vez reformados los requisitos, como en 2009 entró el tango, esta sí una cultura musical de trascendencia mundial.

¿Qué otros aspirantes hay?

Este año aspiran a la distinción el flamenco, los castellets de Catalunya y el canto de la sibila mallorquín, además de la dieta mediterránea y la cetrería (candidaturas defendidas por España y otros países). En total hay 51 candidaturas, de las 147 que se presentaron al inicio del proceso. Las candidaturas, que son defendidas por los gobiernos nacionales, no se excluyen entre sí.

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