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Micah P. Hinson vuelca su pasado en un libro

Por falsificar recetas de medicamentos pasó la primavera del 2000 en la cárcel

LIDIA PENELO

Por falsificar recetas de medicamentos pasó la primavera del 2000 en la cárcel. En aquella época Micah P. Hinson (Memphis, 1981), estaba enganchado al valium, al alcohol y todas las drogas que caían en sus manos. En aquella época mantenía una relación sentimental con la que más tardé llamó 'la viuda negra', una ex modelo mayor que él y viuda del guitarrista local. Tras salir de la cárcel, vivió unos meses en la calle, hasta que consiguió un empleo y se mudó a un hotel. Todo cambió cuando en 2004 dio a conocer ‘Micah P. Hinson and the Gospel of Progress', su primer trabajo musical. Ahora, la editorial Alpha Decay ha publicado ‘No voy a salir de aquí', una novela breve repleta de coincidencias entre la vida del autor y los personajes de esta historia triste y delirante.

¿Cómo creó a Apple y Paul, los protagonistas de la novela?

Nacieron de sueños y pesadillas, salieron del humo, de los espejos, del fuego, del hielo, del viento y de la lluvia. Los creé desde el infierno y la primavera con subidas y bajadas. Mis dos personajes vienen del sol, son una especie de radar gigante enviado desde el cielo que se ha instalado directamente en mi cabeza. Son gente curiosa, desparejada.

El tercer protagonista de esta historia es el alcohol, ¿qué le despierta esa palabra?

Sí, es cierto, es un personaje más, pero el alcohol no es algo divertido, puede matarte, y asesinar todas tus relaciones personales.

‘ You can dress me up, but you can't take me out', es el título en inglés, ¿porqué bautizó así esta historia?

En inglés es fácil contarlo, en español es casi imposible encontrar una traducción, ni siquiera ahora que el libro ha visto la luz somos capaces de traducirlo al completo. El título está lejos de tener un significado concreto. Las creaciones son algo extraño, y sus significados vienen a ti también de una manera extraña. A veces el significado no existe, y a veces nunca lo descubres. Lo que sí sé es que el título da el sentido al protagonista, al menos al principio, cuando no quiere hacer nada adecuado por la sociedad.

¿Recuerda la primera vez que sintió la necesidad de escribir?

Desde que era pequeñito. En la vida siempre he sentido la extraña atracción de crear algo, de conseguir algo permanente en mi vida y en mi entorno. Quería obtener algo que no se desvaneciera. Supongo que todo empieza cuando jugueteaba con el piano de mi abuela, o cuando sacaba del armario la vieja máquina de escribir de mi abuelo. Esos instrumentos tenían algo de infinito, tanto cuando se utilizaban como cuando estaban en silencio. Todo eso fueron intentos para sacar algo de mi interior hacia fuera. Soñaba en introducir en el mundo algo ligeramente diferente. Todavía sigo luchando para conseguirlo, y estoy bastante convencido de que lo no lo lograré completamente.

¿Cómo entiende el papel del final en una novela, qué importancia tiene para usted?

Creo que el final depende de quién lo lee, y hay historias que no necesitan final, y a veces hay finales que no son como imaginamos.

El de esta primera novela ha disgustado a algunos de sus lectores.

Muchos se han apenado, pero conduje toda la trama hacia ese final, y eso significa que mi trabajo lo hice bien, o al menos como entiendo yo esa pena me hace sentir que lo he hecho correctamente.

¿Habrá una segunda novela?

Quizás sí.

¿Cuáles son sus escritores favoritos?

John Fante, Woody Guthrie,Jack Keruoac, Charles Bukowski son sólo algunos de los que me gustan.

¿Qué opina de lo que está sucediendo en las esferas políticas de Estados Unidos?

Antes de coger el avión para cruzar el océano, las noticias decían que el 60% de los americanos no estaban de acuerdo como el presidente Obama está llevando el país. Pero voy a dejar que mis conciudadanos y conciudadanos hablen por sí mismos, sus voces son fuertes.

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