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Michelle cambia el 'glamour' de Marbella por la mezcla de culturas de Granada

La primera dama visita la Alhambra tras disfrutar de una actuación de flamenco en las cuevas del Sacromonte

LUCÍA RIVAS

Ayer no hubo compras ni hotelazo ni chiringuito. Michelle Obama cambió el glamour de Marbella por los muros de historia de la catedral, la Alhambra de Granada y un poquito de flamenco en las cuevas del Sacromonte, donde se arrancó incluso por palmas con el bailaor Juan Andrés Maya. Fue su segundo día de visita privada a España. Y tan privada. Los propios policías españoles manifestaron a los periodistas su 'profunda indignación' con los responsables de seguridad de la primera dama por el continuo cambio de planes sin previo aviso.

Con cara de decepción se quedaron la mayoría de quienes aguantaron durante horas bajo un fuego de 42 grados para dar la bienvenida a Michelle y a su hija Sasha, de 9 años. La comitiva modificó el recorrido de entrada a la catedral, donde llegaron sobre las tres de la tarde en coche. Y los curiosos, muchos guiris, se comieron las pancartas sin un saludito de mano, al más puro estilo reina. Ya dentro, ajena a los berrinches del pueblo, Michelle se interesó por los Reyes Católicos junto a su tumba. Más por Isabel que por Fernando, que todo hay que decirlo.

'Este es uno de los emplazamientos más maravillosos del mundo', aseguró

Y si Clinton, durante su visita a Granada en 1997, hizo famosa 'la puesta de sol más maravillosa del mundo' desde el mirador de San Nicolás con la Alhambra al fondo, la mujer de Obama optó por observar el mirador desde la Alhambra: 'Este es uno de los emplazamientos de castillos más maravillosos de mundo', dijo Michelle, según la traducción de María del Mar Villafranca, directora del Patronato de la Alhambra. Que no del castillo. Su hija y sus amigas realizaron una visita más amena con un monitor especializado para niños que les explicó cómo se desarrollaba la vida en palacio. E imbuida del mismo espíritu conciliador que su marido, todo un Nobel de la Paz, mostró su fascinación por la mezcla musulmana y cristiana del monumento. Puede que la Alianza de Civilizaciones de Zapatero también haya hecho lo suyo.

Poco antes, entre gitanos, en la cueva La Rocío del Sacromonte, Michelle Obama, que estaba deseando probar el gazpacho, no pudo evitar emocionarse ante las soleás de Juan Andrés Maya y su compañía. 'Es increíble, ha bailado, ha tocado las palmas, ha hecho como que tocaba las castañuelas y no ha parado de sonreír', afirmó tras la actuación el bailaor. Y o bien no lo entendió o bien le hizo gracia, pero Michelle no se molestó ni siquiera cuando una bailaora llamó al presidente de EEUU literalmente Mojama. Muy andaluz. Como el happy birthday aflamencado que le cantaron a una de las amigas de Sasha.

Surgen críticas en España y en EEUU por las lujosas vacaciones de la mujer de Obama

Era la segunda vez en el viaje que Michelle y su comitiva cantaban el cumpleaños feliz. El privilegio, la noche anterior, fue del propio Obama, que cumplía solo, al otro lado del Atlántico, 49 años. Parece que no aguantó y mientras su mujer cenaba en un lujoso restaurante marbellí junto a 13 personas, la llamó por teléfono. Michelle no es Marilyn, pero siguiendo el refranero español, a falta de pan buenas son tortas. Y todos felicitaron al presidente.

No hubo tarta, aunque la primera dama norteamericana demostró su gusto por los dulces. Nada más llegar a Granada se pidió tres bolas de chocolate en la heladería más antigua de la ciudad, Los Italianos. La pequeña prefirió el melón y las frambuesas. Avisaron de su llegada media hora antes y pidieron cerrar el local al público. Su dueña, Paula, cuenta que quisieron invitarla. No obstante, Michelle, saltándose por alto un deporte muy español, se negó y pagaron todos los helados. Tampoco aceptó un pañuelo grabado con leones de la Alhambra, aunque luego se detuvo un instante en la tienda de souvenirs.

Lo único que admitió fue unos jabones muy pequeños con fragancia del Patio de los Arrayanes y un libro de arte de la capilla de la catedral, con el testamento de los Reyes Católicos. El capellán mayor regaló a Sasha un CD de música de los siglos XV y XVI grabado en la propia capilla. ¿Lo guardará en su iPod?

No han faltado, sin embargo, las críticas dentro y fuera de España a los agasajos que está recibiendo la familia Obama. Izquierda Unida y el PP criticaron ayer a la Junta de Andalucía por haberles obsequiado con productos andaluces con todos los parados que hay en la comunidad. Y con todos los norteamericanos que lo están pasando mal, según algunos diarios de EEUU. 'La chica material Michelle Obama se pasa unas vacaciones españolas como una moderna María Antonieta', tituló ayer la edición digital del New York Daily News. En total, 60 habitaciones a 5.000 euros la noche en el hotel Villa Padierna, en Benahavís, junto a Marbella. Allí regresó anoche. A la espera de si su marido se decide finalmente a darse una vuelta por España. El domingo tienen cita en Mallorca con el rey.

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