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Mira Sorvino planta cara a la trata de blancas

La actriz es embajadora de la ONU contra el tráfico de personas

BRAULIO GARCÍA JAÉN

'Voy a entrevistarme con un antiguo traficante de mujeres arrepentido. Yo intento representar la voz de todos los implicados en el tráfico, y una de las perspectivas debe ser la de quien ve a los demás seres humanos como si fueran mercancías. No entiendo cómo alguien puede abusar tan calculadamente de otra persona, como quien hace negocios. Así que quiero entenderlo'.

Mira Sorvino, que ganó el Oscar a la mejor actriz de reparto en 1995 interpretando a una prostituta en Poderosa Afrodita, dirigida por Woody Allen, había pedido que la entrevista tratara de prostituídas de verdad, quién sabe si como algunas de las que, a media mañana, se asomaban a las bocacalles de la Gran Vía en Madrid. Que sobre todo era de eso de lo que quería hablar.

'Yo vivo en EEUU y pensaba que la esclavitud había sido abolida'

'Mi principal función es representar las quejas de las víctimas y expresar sus historias cuando no pueden ser oídas de ninguna otra forma', explicó sobre el cargo de embajadora de Naciones Unidas para luchar contra el tráfico de personas que ostenta desde febrero de 2009.

Tráfico no sólo de mujeres y no sólo por razones sexuales, aunque ese es el segmento que abarca la campaña Corazón Azul de la ONU y que ella (junto a su colega Belén Rueda y la escritora Lydia Cacho) promociona ahora. Unas 60.000 mujeres son introducidas anualmente en Europa, víctimas de la explotación sexual, según el informe de la ONU que había presentado la ministra de Igualdad, Bibiana Aído, el martes. 'Siento no conocer las cifras reales para España', admitió Sorvino. En el ministerio tampoco las saben: 'Estamos trabajando en ello'.

Sorvino (1967), licenciada en Harvard, colaboró por primera vez con una campaña de Amnistía Internacional en 2004. 'Antes no sabía nada del tráfico de personas. No sabía que la esclavitud existía todavía. Yo vivo en Estados Unidos, y pensaba que la esclavitud había sido abolida en el S. XIX', cuenta. Ese año también tuvo al primero de sus tres hijos.

'Voy a entrevistar a un traficante de mujeres arrepentido'

Trabajando en esa campaña fue cuando le llegó la oferta para actuar en Human Trafficking, un telefilme del año siguiente. 'Yo creo que esa película sirvió también en parte para introducir este concepto de tráfico de personas', que resulta tan extraño a la gente en mi país. Al igual que yo, la mayoría de la gente no sabía nada de él'.

¿La ficción puede ayudar a luchar contra este problema tan real? 'La gente quiere involucrarse emocionalmente, pero no tanto con una historia verdadera, viendo a gente real, quiero decir. Es demasiado obsesivo. Yo creo que los documentales a veces son demasiado sombríos, mientras que la ficción, incluso si no se trata de hechos reales, [...] creo que es una forma efectiva de movilizar a la gente', explica.

Antes que en España, Mira Sorvino ha estado en México, el otro país oficialmente adherido a la campaña, escuchando también historias de boca de las víctimas. 'Allí son mucho más jóvenes', destaca. De España, subraya que las víctimas no siempre son creídas por las autoridades, y que a veces no denuncian por miedo a ser deportadas.

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