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Las misiones de un utópico

Val del Omar participó en las Misiones Pedagógicas que llevaron el cine a todos los pueblos

S. B.

Val del Omar vio las expresiones de asombro cuando se embarcó en las Misiones Pedagógicas, fundadas por Manuel Bartolomé Cossío, en 1932. De pueblo en pueblo, de Las hurdes a Murcia y de ahí a Galicia, el cineasta granadino llevó el cinematógrafo y los cortos de Charlot a lugares recónditos de España, hasta cuatro casas que ni siquiera tenían electricidad. Hizo entonces más de 40.000 fotografías y 40 documentales, la mayoría perdidos durante la Guerra Civil. En un mes, una de esas películas, Estampas, será editada en el DVD que preparara Cameo.

Toda su obra, su pensamiento y su mecamística estuvo dirigida a revivir esa primera emoción, ese primer asombro del espectador frente a la imagen en movimiento. Para él, el cine era el único arte capaz de hablarle al instinto en su mismo idioma, una herramienta esencial de liberación y la pieza principal de una nueva pedagogía. En 1932 impartió la conferencia Sentimiento de la Pedagogía Kinestésica en la Institución Libre de Enseñanza, donde oponía a la educación normativa, una liberadora e instintiva, que serviría para hacer a la gente más libre.

'Val del Omar no era comunista, era comunalista', asume Gonzalo Sáenz de Buruaga, heredero del legado del cineasta (cinemista) y también su amigo y yerno. En efecto, la preocupación por el prójimo que marcó su obra tiene mucho que ver con su experiencia en las Misiones.

Gran parte de las películas que rodó Val del Omar durante su periplo por España están perdidas. Es posible que estén en el George Eastman Institute de Rochester, ya que Kodak pedía una copia de cada uno de los rollos que cedió para las Misiones. Allí, junto a los negativos de la maleta mexicana de Capa, podría estar un pedazo esencial de la historia de España, y de la obra del visionario que quiso hacer del cine una experiencia trascendental. Quién sabe.

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