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El Museo Oteiza presenta el arte frente al juego

Monta una exposición de 75 obras del último siglo que se aleja de la perspectiva historicista para ser más didáctica

GUILLERMO MALAINA

El arte visto como un juego. El Museo Oteiza acoge desde ayer, y hasta el próximo 13 de febrero, una exposición que se aleja de la perspectiva historicista tradicional para tratar de mostrar al público los procedimientos de los artistas contemporáneos en sus creaciones desde el juego.

La muestra Homo Ludens. El artista frente al juego incluye una selección de 75 obras representativas de los movimientos de vanguardia del siglo XX de autores tan dispares como el propio Jorge Oteiza, Pablo Picasso, Norman Mclaren, Marcel Duchamp, Joan Fotcuberta y el joven Diego del Pozo.

La gran aportación de esta exposición es que se aleja del planteamiento prefijado ampliamente en las pinacotecas de presentar muestras que aspiran a mostrar obras de artistas coetáneos o de disciplinas artísticas similares. La comisaria de Homo Ludens. El artista frente al juego en el Museo Oteiza, Aitziber Urtasun, explica que su propósito es enseñar el arte desde un punto de vista didáctico como puede ser el juego.

Se trata de una aspiración poco usual, pero en absoluto reciente. El referente en esta ocasión del Museo Oteiza, incluso para dar nombre a la exposición, es el filósofo e historiador holandés Johan Huizinga. Allá por los años 30 del pasado siglo, cuando era el rector de la Universidad de Leiden, presentó una tesis en la que afirmaba que la cultura procede del juego. 'De acuerdo con Huizinga, queremos con esta exposición romper esquemas, porque el juego se asocia habitualmente al mundo infantil. Pero, no es siempre así. Muchas obras de arte también surgen del juego', afirma.

La muestra se abre en el área Poéticas Visuales con el libro de Stéphane Mallarmé Un coup de dés n'abolirá pas le hassard (1897), punto de partida de la transformación de la página en blanco en la composición del poema. La exposición tiene tres áreas más. En la segunda, Fragmentos de realidad, se presenta al artista frente al material y ofrece historias desde el mundo del circo y el teatro con figuras como las de Alexander Calder. El tercer apartado, titulado Juegos, hace referencia a la creación de juegos de azar, puzles o rompecabezas. Y, finalmente, en el estadio Ludosofías críticas, se muestran creaciones de autores que invitan a jugar, como del joven Diego del Pozo.

El Museo Oteiza ha contado con la colaboración del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid, del Centro Georges Pompidou, del Museo Picasso de Barcelona, del IVAM de Valencia y del Raster Gallery de Varsorvia, entre otros.

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