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Rock esquizofrénico de la edad de piedra

Queens Of The Stone Age visita España esta semana y cuelga el «no hay entradas».

JESÚS CENTENO

Este grupo podría ser el último reducto del rock, pero es que “el rock’n’roll no necesita que lo salven. Está bien. No se está ahogando”. Eso dijo hace ya algunos años el californiano Josh Homme, cantante, guitarrista y cerebro de este grupo del underground americano cuando le ensalzaron como “el hombre que ha revivido el verdadero rock”.

Pero no, el rock no ha muerto y aunque desconocemos si QOTSA lo salvará, no extraña nada que en sus conciertos confluyan heavies, alternativos, punks, metaleros y grunges irreductibles en busca de la esencia de una música aparentemente olvidada desde hace casi una década pero capaz de colgar el cartel de “no hay billetes” en todo el mundo.

Así ha sucedido en España, donde el grupo presenta esta semana su último disco, Era Vulgaris (2007). Esta noche actúan en la sala Rockstar Live de Barakaldo, mañana en La Riviera de Madrid y el sábado en la Razzmatazz de Barcelona.

En el fondo, QOTSA es una de esas bandas hard clásicas pero disfrazadas de melodías excesivamente saturadas. Un grupo intenso y bien trabajado, nacido de una extraña fórmula consistente en mezclar la psicodelia de los sesenta con la subversión del rock alternativo y los riffs más tradicionales del heavy. El resultado, un sonido tan denso y pesado que en ocasiones alcanza lo enfermizo.

Esquizofrenia y delirios
Aunque Homme no quiere saber nada de etiquetas, este experimento pasará a los manuales como stoner rock –un género en franco declive al que aún intentan sobrevivir– por sus referencias obvias al consumo de THC. En cualquier caso, el cantante asegura que en sus letras no sólo habla de marihuana, sino también de éxtasis, nicotina, tranquilizantes y alcohol.

Pero en la cabeza de Homme hay algo más que drogas y medicación. Este músico nacido cerca del Palm Desert de California tiene cierta fijación  por los personajes marginales de la sociedad norteamericana y sus textos han sido calificados por propios y ajenos como “no aptos para menores de edad”.

Homme formó el grupo en 1997, dos años después de disolver Kyuss, su anterior grupo. Cuando entró en el estudio de grabación por primera vez, el productor, Chris Goss, le dijo: “Ese bajo tan grave y envolvente que tenéis os hace sonar como reinas de la edad de piedra”. Y el nombre se quedó. Desde entonces, QOTSA han editado cinco discos de estudio y ha sufrido varios cambios de formación –en su batería se ha sentado hasta el mismísimo Dave Grohl de Nirvana–.

Sin embargo, la baja más significativa fue la del excesivo bajista Nick Oliveri (con Homme desde Kyuss), expulsado  en 2004 tras capítulos tan esperpénticos como lanzar botellas al público, tocar desnudo o estrellar su instrumento contra un micrófono. Esta noche, ya nadie le echará de menos.

UNA DISCOGRAFÍA NO APTA PARA MENORES

1
‘queens...’ (1998)
Gracias al sello de Stone Gossard (Pearl Jam), QOTSA consigue debutar. Las radios alternativas no dejan de pinchar ‘If Only’.

2
‘rated r’ (2000)
Éxito total con un single, ‘Feel Good Hit Of The Summer’, con sólo siete palabras: nicotina, valium, vicodina, marihuana, éxtasis, alcohol y cocaína.

3
‘Songs for the Deaf’ (2002)
Inspirado en los paseos de Homme por el desierto, consiguieron que  Dave Grohl al fin retomara las baquetas.

4
‘Lullabies to Paralyze’ (05)
Rabioso, sencillo y pegadizo, fue el primer LP sin el bajista Oliveri.

5
‘Era Vulgaris’ (07)
Retorcido, y meticulosamente elaborado, su último disco es el más fuerte y denso del grupo.

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