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"No sabía demasiado sobre los palestinos"

Julian Schnabel. Pintor y director de cine. Compite en Venecia con 'Miral'

BEGOÑA DONAT

Al pintor neoyorquino Julian Schnabel siempre le ha caracterizado la estridencia positiva en los brochazos y conflictiva en las palabras. En las crónicas de sus exposiciones, aún resuena el exabrupto con el que se autodefinió en el arranque de su carrera: 'Soy lo más parecido a Picasso que podréis tener cerca en vuestra jodida vida'. Con idéntica modestia, el artista se proclamó estos días en Venecia la persona idónea para llevar a la pantalla el libro biográfico de Rula Jebreal, Miral: 'Como judío americano cuya madre fue presidenta de Hadassah (la Organizacion Sionista Femenina de América), era responsable de relatar la historia del otro lado, la vida de los palestinos entre el nacimiento del Estado de Israel en 1948 y los acuerdos de Oslo de 1994'.

'Esta cinta es una aproximación intuitiva a algo que que desconocía'

Tras glosar las vidas del artista underground Jean-Michel Basquiat, del disidente cubano Reinaldo Arenas y del redactor jefe de Elle Jean-Dominique Bauby, confinado por una embolia a una parálisis física casi integral, Schnabel participa a concurso en la Biennale con la vida de tres mujeres ligadas al orfanato de Jerusalén Dar Al Tifl, hogar que ha dado esperanza a más de 3.000 niñas en los territorios ocupados.

En su faceta como cineasta acostumbra a tomar vidas particulares para relatar conflictos de calado colectivo. ¿Qué es Miral' desde ese punto de vista?

Miral es una aproximación intuitiva a una situación que desconocía. No soy un experto en política, de modo que no sabía demasiado sobre los palestinos. Esta película subraya la importancia de la educación. Hind Husseini (fundadora del orfanato) da la clave en una secuencia: la diferencia entre el orfanato y un centro de refugiados es que en el exterior no existe libertad y compromiso. Miral se involucra en el conflicto porque siente sobre sus hombros una carga de responsabilidad social que le impele a actuar. Los críos allí crecen muy rápido. La película muestra cómo no nacen con ese ímpetu violento o político.

'Tres días antes de rodar, un grupo de niños yacían muertos en la calle'

La periodista palestina y guionista Rula Jebrea atesora la experiencia personal y usted la frescura del desconocimiento del conflicto. ¿Cómo llegaron a una visión conjunta?

Esta película es el resultado de la persistencia de Rula. Cuando nos conocimos en 2007, durante mi exposición en el Palazzo Venezia en Roma, ya había vendido los derechos del libro, pero no quería que el material cayera en las manos equivocadas y terminara convertido en una película mediocre para televisión, así que me pidió que echara un vistazo a su guión. No me gustó, pero sí el libro. Tenía ganas de hacer una película sobre mujeres y el tema me parecía trascendental, así que compramos los derechos, no sin mucho dinero y esfuerzo, y tras largos debates escribimos el guión.

¿Cuán ajustada a la historia real es esta película?

Mi intención era rodar en los espacios donde la verdadera historia tuvo lugar. Lo logramos. Filmamos en la casa donde Nadia fue violada por su padrastro, en el Hotel American Colony y en el orfanato, de modo que la geografía de la trama es muy fiel.

¿Cómo consiguió que judíos y árabes trabajaran en armonía en el rodaje?

Tres días antes de arrancar, un grupo de niños yacían muertos en la calle en un charco de sangre. Allí están en guerra, así que no puedes pretender entrar de repente con los walkies en un vecindario árabe hablando en hebreo. Para evitar suspicacias y ser respetuosos con los habitantes del lugar, pedimos al equipo que hablase en inglés en el set.

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