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¿Un nuevo Velázquez? Posibilidades y límites

FERNANDO CHECA*

La aparición de un 'nuevo' cuadro de Velázquez, esta vez una posible obra de su periodo sevillano, ha conmocionado el ambiente de especialistas, a pesar de la reciente aparición de otro cuadro atribuido al mismo maestro en el Metropolitan de Nueva York hace pocos meses.

Sin embargo, antes de echar las campanas al vuelo, ha de imponerse la cautela. Una atribución de tal importancia, más allá de la noticia periodística necesariamente inmediata, debe ser estudiada y ponderada desde muchos puntos de vista. El primero de todos, la investigación de posibles documentos o noticias que avalen en cierta medida lo sensacional de la atribución. El segundo, un rastreo lo más minucioso posible de la historia y procedencia de la pieza, ahora hallada en los depósitos de una universidad americana. Luego, los análisis técnicos que establezcan la composición de sus pigmentos, la materialidad de su soporte, la técnica utilizada por su autor a la hora de aplicar las pinceladas, etc.

A la vez que se establezcan el mayor número posible de datos 'objetivos', han de entrar en juego los historiadores del arte especialistas en Velázquez y realizar los correspondientes estudios, fundamentalmente comparativos, no sólo de las evidencias materiales comentadas, sino del análisis estilístico con las obras de Velázquez conservadas correspondientes a su etapa sevillana que no ofrezcan dudas acerca de su autoría, ya que de este momento de su carrera existen varias obras en las que se vacila entre la autografía o la ejecución en el taller.

Aunque en buena medida las obras velazqueñas de esta primera etapa se encuentran fuera de España, sobre todo en Inglaterra, no cabe la menor duda que el lugar donde, por razones obvias, mejor se conoce la obra, el estilo y la técnica de Velázquez es el Museo del Prado, que, además, en las últimas décadas ha realizado un esfuerzo restaurador de su ingente colección de obras del maestro sevillano. Es, pues, esta institución quien debe liderar el estudio y la posible atribución definitiva de esta pintura que, de confirmarse su autoría, sería el descubrimiento velazqueño más sensacional de las últimas décadas.

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