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Pedrita Parker: “Odio el concepto de emprendedor. Lo venden bonito, pero no lo es”

Después de su primer libro, 'Esa cosa (extraña) llamada amor', ahora publica 'Tómatelo con Karma', que reflexiona con humor sobre el destino y el karma como elementos que cambian nuestra vida.

Pedrita Parker

ANA I. BERNAL TRIVIÑO

@anaisbernal 

MÁLAGA.- Estefi Martínez, una joven malagueña, me acerca hasta su nuevo estudio donde trabaja de ilustradora. Es una casa en mitad del campo, rodeada incluso de un huerto. Allí espera concentrarse para dar vida a nuevos personajes. En cuanto se abre la puerta del estudio queda claro que la reina Pecas es la auténtica protagonista y que estamos dentro del “laboratorio” de la ilustradora Pedrita Parker, su nombre artístico. Todas las paredes de la vivienda están decoradas con la típica tipografía de sus ilustraciones, junto a algunos vinilos con sus dibujos más queridos. Una de esas estancias es donde Pedrita Parker se encierra para dar forma a sus ideas.

Empresas como Coca Cola, Beefeater o Aquarius han solicitado sus trabajos. Después de su primer libro, Esa cosa (extraña) llamada amor; ahora publica Tómatelo con Karma (Ed. Lumen), que reflexiona con humor sobre el destino y el karma como elementos que cambian nuestra vida.

Para ella todo ha ido demasiado rápido. En apenas un par de años ha pasado de ser una desconocida a convertirse en empresaria, con una tienda online que le ha permitido avanzar en su negocio. Y, a pesar de eso, odia el concepto de emprendedor. Su próximo objetivo: ser más irónica y escribir sobre mujeres que, como ella, no han cumplido los cánones que dicta la sociedad.

Pregunta. Justifica que el libro da respuesta a esas preguntas que todos nos hemos podido hacer en la vida, como por qué nos merecemos algo o por qué nos ocurren determinadas cosas. ¿Qué ha hecho Pedrita Parker para merecer el éxito?

El libro intenta, al menos, reflexionar sobre ello y tomarse las cosas con humor. A veces puede ser el destino o el karma pero que, por mal que nos vaya, no hagamos un drama. En mi caso, todo lo que ha ocurrido es resultado de trabajar duro, después de tocar fondo en un momento de mi vida. Decidí que no me iba a quedar ahí y seguí intentando dibujar, hacerme un hueco. Cuando toqué fondo era porque me había vuelto de Estados Unidos, de estudiar un máster, después de empezar el doctorado. De vuelta en España, todos me decían que con ese currículo me iba a comer el mundo… y no ocurrió. Además, tuve un problema médico, con un riñón que estuve a punto de perder… Con 28 años te crees que te vas a comer el mundo y no es así. Entonces decidí crear a la reina Pecas y su frase: “cuantas más piedras encuentre en el camino, más alto construiré mi castillo”. Las redes sociales hicieron el resto. Ellas fueron las que han hecho que yo merezca esto, o eso parece.

P. ¿En usted hay más de destino, de karma, de serendipia…?

Hay algo de destino porque gracias a él, un amigo me presentó a mi marido y compañero de trabajo, Javi. Y también mucho de karma porque siempre digo que, en la línea de mi personaje, una buena reina no necesita cortar cabezas para abrirse paso, no hay que pisar a nadie. Yo siempre he ido de frente y soy honesta con mi trabajo, y creo el mundo me lo devuelve poquito a poco.

P. Una de las fortalezas de sus ilustraciones son las frases positivas, en un momento de crisis como vivimos...

"Es difícil hacer humor en este momento de crisis, pero siempre intento ver la parte positiva, sin llegar a ser conformista, pero no dejar que todo esto nos domine"

Sí, las frases son el 50% de la fuerza de la ilustración que realizo, tienen voz propia. Las frases, al arrancar todo esto, fueron definitivas porque coincidió con el boom de la crisis. Pero fue casual. Aquella frase y dibujo lo hice para mí, por mí, pero se hizo viral. Y así con cada frase. Si alguien las ve por Internet, me relacionan y me identifican con rapidez. Es difícil hacer humor en este momento de crisis, pero siempre intento ver la parte positiva, sin llegar a ser conformista, pero no dejar que todo esto nos domine. Hablo por mí, de cuando toqué fondo y no veía salida. Sé lo que es. Y la reina Pecas es, en parte, reflejo de lo que yo soy.

Pedrita Parker

P. En definitiva, ¿la reina Pecas fue resultado de un rebelión interno?

¡Claro! Yo el fondo lo toco en unas Navidades. También acababa de terminar con un trabajo precario, con una jefa que no aguantaba y me sentía explotada. Muchos jóvenes te pueden contar la misma historia. Y a raíz de ahí, me operaron del riñón, y pasé unas Navidades complicadas. Me ponía a echar la vista atrás y todo lo que había conseguido en mi formación, mi esfuerzo y que aquí, en España, no me lo valoraban. No me abría nadie ninguna puerta. Y la gota que colmó el vaso fue que no me llamasen para un congreso de ilustración de Málaga con la excusa de que yo no dibujaba infantil. Por eso creé la reina Pecas. Fue un cúmulo de casualidades. Al final no ha sido un personaje infantil sino para adultos también. Jamás pensé que mis pocos 120 seguidores de Facebook, a partir de ese día, comenzarían a crecer.

P. ¿Considera que los jóvenes, como usted, son una generación especial por las circunstancias que les han tocado vivir?

"Eso de un 'contrato fijo' es algo extinto. Hay que adaptarse a los tiempos, dando lo mejor que sepas hacer"

Creo que somos todos jóvenes muy bien formados, con bastante sentido común, y muy adaptables a este continuo entorno cambiante. No tenemos otra opción. Creo que hemos aprendido, con esto de la crisis, que ya nada es para siempre, como creían nuestros padres. Que eso de un “contrato fijo” es algo extinto. Y que hay que adaptarse a los tiempos, dando lo mejor que sepas hacer. Somos también la primera generación usando las redes sociales para impulsar tu negocio, cosa que aún no entienden del todo nuestros padres, pero que para nosotros es parte indispensable e imprescindible de la empresa.

P. ¿Y cómo ha ido solucionando todos los contratiempos que ha tenido por el camino?

Creo que este ha sido mi principal aprendizaje: confiar primero en mis posibilidades para superar retos a los que no me había enfrentado nunca. Y, más adelante, a confiar en otros para que me ayuden a gestionar una marca, sin que pierda este toque tan personal. Eso han sido dos pilares importantes.

P. ¿En qué momento se plantea que su ilustración no fuese sólo una imagen viral, sino un negocio?

Al principio no te lo planteas. Sólo te preguntas… ¿qué está pasando aquí?! En las redes compruebas que funciona y pruebas, haces otra viñeta. Y luego, otra, y otra. La gente me preguntaba si yo vendía láminas y ellos crearon esa demanda.

P. ¿Cómo comenzó?

No tenía mucho dinero ahorrado, no llegaba a 1000 euros y creo que encargué cincuenta láminas de seis modelos. En láminas sí que podía invertir. No me iba a pasar nada y, a unas malas, las vendía en el mercadillo a un euro. Puse una tienda online gratuita con seis productos. No fue un gran riesgo. Es cierto que necesitas la ayuda si te planteas un gran proyecto, pero si sólo quieres saber si una cosa funciona, no necesitas una gran inversión inicial. Una vez vendidas todas las láminas me preguntaron si hacía tazas. Entonces saqué un modelo de taza… y ahora tenemos 18 modelos de taza.

P. Visto desde fuera, parece que todo fue fácil...

¡No! Dificultades tuve todas… Todo el mundo me dice que mi trabajo es de coña, porque estoy siempre dibujando. Pues no, no es así, porque tienes que gestionar redes sociales, todos los emails, peticiones por mensaje privado y correo, hacer los envíos, ser gestora, porque no sabía ni hacer una factura…

P. Complete la frase: “ser autónomo es…

"Ser autónomo es …¡una mierda como un piano! Estamos muy mal y eso que mis padres han sido autónomos toda la vida"

…¡una mierda como un piano! Estamos muy mal y eso que mis padres han sido autónomos toda la vida. Mi padre siempre fue un buscavidas y siempre me decía… “tú monta un quiosco de pipas, que trabajando para ti siempre vas a ganar más que trabajando para otro”. Cuando me metí en esto a cualquiera les parecería una locura, pero él me decía… “niña, tú trabaja para ti, y las horas extras que ganes van a ser para ti”. Trabajo de lunes a domingo, no hay vacaciones, ni tienes paga extra, ni te puedes poner malo… No hay garantías, es como lanzarse a una red.

P. ¿Y la fiscalidad para las ilustradores…?

Yo veo clarísimo que quiero un sistema como el británico. Para mí allí están de los mejores ilustradores, junto a los franceses y canadienses. Y en el Reino Unido se factura en función de lo que ganas. Eso sería ideal para un ilustrador, sobre todo en los comienzos, porque no ingresamos lo mismo todos los meses y es muy difícil arrancar. Ese sistema nos permitiría pagar en función de lo que vamos ingresando. Yo ahora mismo tengo la cuota de autónomos y la de sociedad limitada, y espera que contrate a alguien… A eso le añades que los clientes te pagan a 90 días, ves que sale dinero y que no entra, y te encuentras con una mano delante y otra detrás. Es difícil comenzar algo con tan pocas facilidades.

P. Pero emprender es el concepto estrella de estos años.

Odio el concepto de emprendedor. Lo venden bonito, pero no lo es. Emprender es un autónomo de toda la vida, como fueron mis padres. Con esa cuota de autónomo apenas se puede emprender, es una aventura arriesgada. La realidad del día a día es que hay muchos gastos, de luz, Internet, mensajería… Y luego hay que mantener la tienda online, que la gestionen, pagar proveedores, pedir pedidos, administración… Y se supone que tengo que diseñar. Yo tengo un cartel en mi anterior oficina que me recuerda si he dibujado hoy o no. Así me obligaba a coger el lápiz, aunque estuviese cansada. Y una persona creativa, como yo, necesita aislarse. Si me aíslo se me ocurren cosas; pero no puedo si estoy pensando que si le pago a tal, que si tengo que mandar una mercancía, un tema de logística, si alguien me ha ingresado un dinero que necesito para poder hacer otro pedido… Si yo no creo nada, no hay productos y se va el negocio. A veces he tenido que rechazar campañas porque todo me desbordaba… Y ni las campañas ni los libros me dan para comer, mi fuente de ingresos es la tienda online y requiere de mí al 100%.

P. El IVA en España es cosa aparte, ¿no?

Cuando trabajas con grandes superficies tienes que pagar el IVA por adelantado y, o tienes un colchón detrás o es una gran inversión. Es otro de los mitos del emprendimiento. Yo tuve de colchón a mis padres. No lo tuve que usar pero si te caes, sabes que estás protegida y eso es primordial o te quedas con una mano delante y otra detrás. De hecho, a nosotros casi nos salvan pequeños puntos de venta. No nos centramos sólo en grandes superficies, porque ese pequeño comercio también ha tratado mi producto con mucho cariño.

P. La reina Pecas es el centro de sus ilustraciones, con sus frases positivas. ¿Ha pensado arriesgar y salir de esa zona de confort?

Pedrita Parker

Sí, mi tercer libro quiere salir un poco del tema. Poco a poco trato de despegarme de la reina Pecas. Sé que a la gente le encanta y sé que esa línea no la voy a poder desechar. Pienso en un libro más personal, sobre mi edad y las ideas que circulan sobre la mujer y sus metas en la vida, como si todo estuviese programado. Quiero reflejar mi experiencia. Por ejemplo, si me siento en una mesa de bodas casi mejor hablar con los niños pequeños porque con el resto de mujeres no encajo en sus conversaciones. Porque ni busco traje de novia ni carrito para bebés. Y, al fin y al cabo, mis creaciones son mis críos. Y yo soy periodista. Me permite crear una crónica de mi realidad a través de mis textos y dibujos. Esas son mis historias.

P. ¿Ha pensado en algún momento crear algún personaje crítico con el sistema o la sociedad?

Bueno, la reina Pecas se posicionó con humor en un momento difícil. Pero no creo que vaya en ese sentido porque no me suelo meter mucho en política. Sí que hay cosas que puedo plantear de otra manera y salir de este rollo positivo de la reina Pecas. Ha sido clave en una época de mi vida, pero este momento edulcorado tiene su sitio. Yo no soy tan edulcorada y prefiero un punto ácido e irónico. Sí me posicioné en su momento, que si había crisis había que sonreír, buscar mensajes motivadores que fueran como una tabla de salvación para la gente. Pero yo no soy ni viñetista ni artista, soy ilustradora. Yo no puedo vender un cuadro mío por 6000 euros. Es otro mundo. Pocholadas es una gran viñetista y no tiene que ser ilustradora. En el tema político hay buenos viñetistas, como Quino, pero no necesariamente un buen ilustrador. El Roto es de los mejores viñetistas pero no es ilustrador. No todos tienen que tener un compromiso político.

P. ¿Este país está preparado para pagar el precio real de la cultura?

Cuesta vender, cuesta hacer entender el arte en este país. Un ejemplo fácil. Hay un vídeo de unos chicos que comían en un restaurante y cuando piden la cuenta se quejan. Tenían que pagar 70 euros cuando en McDonalds, decían, comían por menos. El camarero le respondía que habían cenado vino de calidad y un entrecot. Y los clientes insistían en que, en otros sitios, comían más barato. Trasladado a mi ámbito, a veces los clientes no comprenden el precio de mis productos y te entra ganas de responder… ¿qué quieres, carne picada o entrecot? Pues esto es igual. Para hacer el dibujo de una persona, sin fondo, necesito un día entero; si es una pareja la que debo dibujar, tardo dos días o tres. Ese tiempo lo tengo que recuperar.

P. Ahora existe un auge de la ilustración en España, sobre todo en autores jóvenes. ¿Es una nueva época dorada?

Es cierto, pero ocurre gracias a las redes sociales. Hay gente joven haciendo muy buenas cosas, como Paula Bonet que pegó el pelotazo por las redes sociales. ¿Acaba de empezar Bonet? No, es una artista que lleva unos quince años dedicada a la pintura y trabajando duro. La red ha sido un escaparate para su talento. Pocholadas o Moderna de Pueblo, por poner un ejemplo, le deben mucho a las redes sociales también

P. Uno de los rasgos de sus ilustraciones son sus frases en andaluz...

Es mi sello, pero no hago mofa del andaluz, como siempre se nos ha dado a entender. Tengo mucho respeto con esto. Igual que puede haber tazas en catalán, y yo defiendo nuestro acento, nuestra forma. Yo soy muy malagueña y quiero que todo lleve esa marca.

P. ¿Y trabajar desde Málaga no es más arriesgado?

"Mi marca es malagueña y no se mueve de aquí. Y no porque sienta más apoyo, porque no me he sentido arropada por las instituciones"

Claro que sí. Superbritánico, que está en Sevilla, y yo lo hemos hablado. No nos movemos de Andalucía pero somos conscientes de que todo pasa en Madrid y Barcelona, empezando por empresas que se quieren reunir contigo. Todos dan por hecho que cuando empiezas a despuntar te tienes que ir allí, porque hay cosas que parecen más fáciles. Pero mi marca es malagueña y no se mueve de aquí. Y no porque sienta más apoyo, porque no me he sentido arropada por las instituciones. Pero amo Málaga por encima de todas las cosas, y yo dejé Estado Unidos para venir aquí, a estar con mis padres y mi pareja. Me podría haber buscado la vida en el extranjero, pero yo me negué. No me importa crecer más lento que la gente de Madrid, siempre que lo haga con buen paso. Y eso hace que me sienta más orgullosa. Aquí no hay ayudas ni apoyo, es muy complicado. Málaga cuesta mucho, incluso hasta para introducir el producto. Pedrita Parker ha estado antes en muchas tiendas de España y la última ha sido Málaga. Yo preguntaba… “Soy de Málaga, ¿y aquí no me va a ayudar nadie?” Y al final, en Málaga quienes la han cogido en su tienda son un chico de Madrid y otro de Galicia, nadie de mi ciudad.

P. El secreto del éxito es…

Trabajar a tope. De sol a sol. Es lo que toca. Es mucho trabajo, un tópico, pero si no trabajas duro, esto no sale. No te puedes dormir en los laureles en estos tiempos. Todas las ilustradoras sacan merchandising, y va a crecer mucho la competencia. Ahí eres consciente de que no te puedes dedicar sólo a diseñar, sino pensar qué productos lanzar, ver la acogida que tienen, qué precios ponen los otros… No eres una ilustradora sólo, eres una empresaria. Una cosa lleva a la otra.

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