Público
Público

El ovni que acabó con la depresión en Seseña

El exitoso cortometrajista Eduardo Chapero-Jackson debuta con 'Verbo'

C. P.

Si Verbo fuera cine social podría acabar así: Dorothy, el Espantapájaros, el Hombre de Hojalata y el León Cobarde invitan a los habitantes de Seseña a abandonar el residencial siguiendo el camino de baldosas amarillas, ante la impotencia de la Bruja Mala del Este (esbirra de Francisco Hernando, el Pocero). Pero Verbo es otra cosa, un filme de adolescentes que apuesta por el delirio fantástico.

El debut del célebre cortometrajista Eduardo Chapero-Jackson, que se estrena mañana tras pasar por los festivales de San Sebastián y Sitges, cuenta la historia de Sara (interpretada por Alba García), un niña de 15 años presa del hastío y la angustia de vivir en una ciudad dormitorio donde nunca pasa nada. Hasta que pasa: un amigo imaginario llamado Lírico pinta grafitis en los muros llamando a la rebelión contra la rutina. Sara intuye que existe una realidad más allá de la que se ve a simple vista. Como es lógico, profesores, padres y amigos empiezan a pensar que a la niña se le va la pinza, pero Sara está empecinada en que Lírico existe. Sólo tiene que encontrar la puerta de entrada a su mundo. Alicia en Seseña. Bienvenidos a Verbo, un ovni dentro del cine español comercial.

'Es difícil que hoy día alguien se vea representado en 'Caperucita roja''

'La idea era filmar un cuento con el que te pudieras identificar ya que hoy día es difícil que alguien se vea representado en Caperucita roja. Quería crear una mitología cercana. Un viaje iniciático sobre el despertar de una persona, algo que se ha contado muchas veces, aunque las referencias que más me gustan son El mago de Oz y El viaje de Chihiro', explica Chapero-Jackson, que se identifica con la alienación de Sara: el director creció en 'el último portal de Madrid', una ciudad dormitorio pegada al cementerio de la Almudena. Una parte de Verbo se rodó en el residencial de 5.000 viviendas construido en Seseña.

La realidad paralela de Chapero-Jackson está debajo de las alcantarillas. Un mundo de túneles oscuros donde viven unos hiphoperos encapuchados, encabezados por Miguel Ángel Silvestre y Verónica Echegui, dispuestos a acabar con las depresiones adolescentes a golpe de rima. Casi nada. 'El submundo alternativo debía ser oscuro porque representa lo que no queremos ver. Al contrario, el mundo real parece totalmente funcional. No se trata de un lugar traumático porque lo trágico está en la apariencia de normalidad. Pese a no ser marginales, a los nuevos barrios de las ciudades, donde se ha mudado la clase media, les faltan muchísimas cosas. Seseña se ha convertido en una ciudad fantasma', zanja.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?