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Pascal Plisson: “Los niños de los países ricos no quieren aprender”

El director francés muestra la historia de cuatro chicos que se juegan su futuro en una sola prueba en El gran día, película que continúa lo que comenzó con Camino a la escuela y con la que insiste en el valor decisivo de la Educación

'El gran día' dirigida por Pascal Plisson.

MADRID.- En un tren hacia San Petersburgo, el director Pascal Plisson conoció a un joven de quince años que viajaba solo con su violín. Procedente de un pueblo de Siberia iba a una audición a una gran escuela de música. Si pasaba la prueba recibiría formación y alojamiento. Su familia había ahorrado para que pudiera acudir al examen, pero no tenían dinero suficiente para acompañarle. Ya en Francia, el cineasta quiso saber qué había ocurrido con el chico y llamó a la escuela. Había superado la audición. “Entonces, quise viajar por el mundo buscando historias como las de este joven, de chicas y chicos apasionados y decididos”.

El gran día, la película documental que nació de aquel deseo, es la historia de dos niños y dos jóvenes de países pobres que se juegan el futuro con el que sueñan en un solo día. Son relatos de motivación y de esfuerzo, pero también de coraje, de pasión y de esperanza, con los que una vez más Plisson pone el acento en la importancia de la educación. La película cuenta con el apoyo de Save the Children y de la UNESCO.

Oportunidad única

India, Cuba, Uganda y Mongolia son los países de los cuatro protagonistas. La intención de Plisson no era limitarse, pero aunque intentó buscar en zonas más ricas del planeta, muy pronto comprendió que había una diferencia abismal entre los niños de unos y otros lugares. “En los países pobres la oportunidad que tienen es única y si la pierden, no van a tener otra”, explica el director, que añade: “Me interesaban esos niños que desde muy pronto saben lo que quieren”.

En el mundo occidental es urgente encontrar un sistema para motivar a los niños

“La gran diferencia entre los países ricos y los pobres es que en los nuestros no hay motivación, los niños no están motivados por la escuela, no quieren aprender. En los otros, los niños tienen sed de aprender, de estudiar, de superarse… En los países del mundo occidental es urgente encontrar un sistema para motivar a los niños, hay que encontrarlo y conseguir que tengan el deseo de aprender. Que sepan que van a la escuela a aprender, a mejorar su vida. Los otros saben perfectamente que es la única forma que tienen de mejorar sus vidas”.

30 entre 10.000

Nidhi tiene quince años, vive en Benares, la capital de Bihar, un estado pobre del Norte de India. Sus abuelos, sus padres, ella, sus tres hermanas y un hermano comparten con otras familias modestas un antiguo templo, convertido ahora en una especie de vivienda social.

La joven tiene don para los números y su sueño es convertirse en ingeniera, pero su familia no tiene medios para pagar su educación. Su posibilidad, la única, es aprobar el Súper 30, un examen de Matemáticas al que se presentan 10.000 personas, pero del que solo seleccionan a 30. Si lo consigue, podrá ir becada a la escuela y cumplir su anhelo.
Otro de los protagonistas es Albert, un niño cubano de once años apasionado por el boxeo. Para entrar en la Academia de Deporte de La Habana tiene que ganar un combate.

'El gran día' dirigida por Pascal Plisson.

'El gran día' dirigida por Pascal Plisson.

“Albert lleva trabajando para ser boxeador desde los siete años. Su madre no quería, tenía mucho miedo, pero al ver la gran decisión de su hijo, ahora le apoya completamente, aunque sufre cada día”.

“Los sacrificios que hacen los padres son importantes, pero la gran sorpresa que he descubierto es el sacrificio que hacen los niños”, dice el director, que explica cómo el pequeño Albert “pasa la mitad del tiempo en la escuela y la otra mitad con el boxeo, no tiene vacaciones, hace régimen especial, mantiene su peso… Todo porque el boxeo es su pasión. Cuando está comiendo sabe exactamente qué es lo que tiene que comer y qué no tiene que comer. Es muy grande el sacrificio para su edad. Pero sabe que la competencia es muy grande y que tiene que entrenar muy duro. Si no entra por ese combate, ya no tendrá otra oportunidad”.

Herramienta contra la pobreza

Los otros dos protagonistas de El gran día son Deegii, también de once años. Vive con sus padres y sus hermanos en una pequeña casa a las afueras de Ulan-Bator. Un día vio en televisión un espectáculo de contorsionistas (actividad venerada en Mongolia) y decidió que eso era lo que ella quería hacer. Desde entonces entrena muy duro por conseguirlo. Cada día se levanta a las cinco de la mañana y no falta jamás.

Por último, Tom es un joven de diecinueve años que estudia lejos de su familia, en el Parque Nacional Queen Elizabeth. Su objetivo es convertirse en guarda forestal y ayudar con ese trabajo a su familia, sus padres y sus seis hermanos que viven a las afueras de Kampala. Una beca conseguida gracias a sus esfuerzos en el colegio y una ayuda de su hermana mayor han hecho posible su sueño.

Con ellos, Pascal Plisson continúa lo que comenzó en Camino a la escuela, Premio César al Mejor Documental y película con la que revelaba el formidable valor de la Educación en la vida de cualquier individuo. Ahora insiste en la misma idea y pone el acento en la decisión y la pasión de estas chicas y chicos, y en el apoyo de sus familias. “La idea es dar a conocer historias de jóvenes que puedan ser inspiradoras, resaltar la importancia del esfuerzo y la perseverancia para conseguir aquello que se desea, poner en valor la educación como herramienta de lucha contra la pobreza”.

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