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Pedro I, el monarca pendenciero que creía en la libertad

El escritor Javier Moro, ganador del Premio Planeta, avanza detalles de 'El imperio eres tú'

LÍDIA PENELO

Si Pedro I hubiera sido un buen hombre exento de contradicciones, Javier Moro no habría escrito El imperio eres tú, la novela con la que ha ganado el Premio Planeta 2011. Cuando un amigo le habló del que fue el primer emperador de Brasil quedó fascinado por sus contradicciones y se guardó la historia en la memoria para escribirla algún día. 'Era un hombre sin modales que aprendió a herrar los caballos antes que a leer. Era colérico y pendenciero. Sin embargo, también era democrático. En una época de monarcas absolutos, él creía en la libertad y la Constitución', contó a Público ayer por la mañana.

Uno de los retos a los que Javier Moro se enfrentó para recrear la vida del que define como un 'héroe que a pesar de haber caído en el olvido marcó la historia de dos continentes' fue presentarlo simpático a los lectores y conseguir que le perdonen todas las 'barrabasadas' que cometió.

Tras escribir dos novelas protagonizadas por mujeres europeas que viven en lugares exóticos Pasión india y Sari rojo, el autor quiso meterse en la mente de un hombre 'mitad Don Juan, mitad Don Quijote', y confiesa que para trabajar la empatía que buscaba se inspiró en Los Soprano, porque 'los protagonistas de la serie son malos, pero los invitarías a cenar'.

Documentación maquillada

Especialista en investigar sobre el terreno los temas elegidos, el autor de Senderos de libertad es un especialista en novelar la historia: 'Lo interesante es que la documentación no se note y que prime la narración. Es un trabajo metódico y muy minucioso. Es un ejercicio de aproximación a la verdad. Por eso tardo tanto en escribir un libro'.

En esta ocasión, terminar El imperio eres tú le ha llevado tres años. Asegura que el volumen abarca muchos aspectos históricos y que mantiene vínculos con la Guerra Civil. 'La lucha que este hombre y su hermano libraron en Portugal en 1830 fue horrible. Significó una especie de ensayo de lo que un siglo más tarde ocurrió en España. El hermano era muy católico y autoritario, y Pedro I era todo lo contrario. Pero con aquello se creció y... ¡Se convirtió en un héroe!', culminó el autor.

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