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Philip Seymour Hoffman, diez películas clave de su carrera

Tras  la repentina muerte del actor a los 46 años, repasamos alguno de los papeles más brillantes en su trayectoria

PÚBLICO/ AGENCIAS

'Se fue demasiado pronto'. Esta es una de las frases más repetidas en las últimas horas tras conocer la repentina muerte de Philip Seymour Hoffman a los 46 años. Una brillante carrera truncada abruptamente que nos dejó trabajos inolvidables. Repasamos algunos de ellos.

Aunque su debut en pantalla data de 1991, cuando se coló en un capítulo de Ley y orden, y su primer papel en una cinta importante fue en 1992 con Esencia de mujer, hemos querido comenzar el repaso con su papel de Scotty J, el joven que bebía los vientos por la estrella porno a la que daba vida Mark Wahlberg en la cinta de Paul Thomas Anderson.



En la sórdida comedia negra de Todd Solondz el buen hacer de Philip Seymour Hoffman ya destacaba en su encarnación de Allen, un tipo desaliñado y con una presencia repulsiva cuya mayor afición era hacer llamadas telefónicas obscenas a las mujeres... Especialmente a la vecina a la que daba vida Lara Flynn Boyle.



En una de las películas más emblemáticas de los hermanos Coen, el actor dio vida a Brandt, el asistente de un millonario vehemente y vengativo en silla de ruedas. Un memorable lameculos que toreaba ni más ni menos que con El nota, el inolvidable personaje que interpretaba Jeff Bridges.



En una nueva colaboración con Paul Thomas Anderson, en esta intensa película de tramas paralelas ambientadas en el Valle de San Fernando, en Los Ángeles, Hoffman intepretaba a Phil Parma, un enfermero que intentaba localizar al distanciado hijo - Tom Cruise - de un moribundo, el hombre arrepentido al que daba vida Jason Robards.



En la película sobre el mundo de la música, que no musical, de Cameron Crowe el actor estadounidense daba vida a Lester Bangs, un crítico amargado y misántropo que pone la nota cínica en este mundo de luces y excesos ante el optimismo desmedido y el empuje del joven periodista al que da vida Patrick Fugit.

El gran reconocimiento le llegó metido en la piel del escritor y periodista Truman Capote. Sumergido en truculentos y terribles crímenes consiguió su primer y único Oscar por este trabajo que firmó a las órdenes de Bennett Miller.

Su segunda nominación al Oscar le llegó por dar vida al agente de la CIA Gust Avrakotos que se asocia con el renegado congresista al que encarnaba Tom Hanks para ayudar con armamento estadounidense de alta tecnología a los combatientes de la resistencia afgana que luchan contra la URSS a mediados de los años 80.

Seymour Hoffman también vistió sotana. Fue en La duda, la cinta sobre los presuntos abusos sexuales cometidos por un cura con la que logró una nueva nominación a los premios de la Academia de Hollywood. La del padre Flynn fue una interpretación inquietante, opaca y magistral que además nos dejó algunos cara a cara memorables con la hermana Beauvier, interpretada por Meryl Streep.

En la cinta de Paul Thomas Anderson firmó uno de sus trabajos más aclamados dando vida a Lancaster Dodd, el fundador y líder de la cienciología. Ganador de la Copa Volpi en el Festival de Venecia, junto con Joaquin Phoenix, y nominado con él de nuevo al Oscar (él como secundario y Phoenix como protagonista), puede que The Master fuera, sin saberlo, el último gran trabajo de Philip Seymour Hoffman.

Su complejo personaje de Plutarch Heavensbee apareció en la segunda entrega de la hipertaquillera saga basada en los libros de Suzanne Collins... Y su presencia es una de las claves de lo que sucede y de lo que está por venir. La escena del baile de gala que protagoniza junto a Jennifer Lawrence es una de las más geniales de toda la saga. Sinsajo, el colofón de la franquicia que se dividirá en dos películas, tendrá que continuar sin él.

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