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Rafael Chirbes, Premio de la Crítica: "Miro el futuro con un desánimo total"

El escritor se siente "desconcertado" ante este premio porque la novela es "desesperanzada". Sin embargo, refleja su forma de ver la vida: "Tengo 65 años y no espero del futuro más que cosas malas".

Rafael Chirbes, autor de la novela 'En la orilla'./ EUROPA PRESS

EFE

MADRID.- Rafael Chirbes, ganador del Premio de la Crítica por su novela En la orilla, se siente "desconcertado" ante este galardón porque la novela premiada "es muy amarga y desesperanzada", y él no esperaba que "tuviera recorrido". Una amargura con la que también mira al futuro y lo hace "con un desánimo total" "Tengo 65 años y no espero del futuro más que cosas malas. Cuando uno abre el periódico, solo ve la miseria por todos lados volviendo a caballo, y se tiene la sensación de que todo el mundo vive peor que hace diez años", decía Chirbes (Tabernes de Valldigna, Valencia, 1949), en una entrevista con Efe, minutos después de saber que había ganado este premio.

El desconcierto, y la amargura con que mira al futuro, no ha impedido que el escritor valenciano se mostrara "muy contento" tras saber que había merecido este galardón, que no esperaba "en absoluto" y que, además, "tiene un gran prestigio".

Este nuevo reconocimiento le llega a Chirbes tras el aplauso unánime de la crítica y de los lectores por esta novela, que fue elegida como el mejor libro de 2013 por varios suplementos literarios y que ha ganado también otros premios, como el Francisco Umbral al libro del año.

Sin embargo, Chirbes decía hoy que tuvo "muchas dudas" con esta novela desde que empezó a escribirla: no le "gustaba nada". Y, de hecho, cuando se la entregó al editor de Anagrama, Jorge Herralde, le dijo que, si le hacía "cambiar una coma", la metía "en un cajón".

"No me gustaba nada, y todavía no sé si me he reconciliado con ella o no. Me dio mucha guerra y me causó desazón, mal humor", aseguraba este escritor, que también mereció el Premio de la Crítica por su novela Crematorio, de 2007, en la que recreaba la riqueza que generó la burbuja inmobiliaria.

Lo cierto es que esas dudas las ha tenido con todos los libros que ha publicado: "Yo no soy un escritor profesional, y cada libro que hago me parece un milagro que salga, aunque no me dedico a otra cosa", señalaba en conversación desde su teléfono móvil. "El fijo se lo llevó la crisis", apostillaba.

Chirbes creía que En la orilla no iba a gustar, pero "cada época tiene una atmósfera concreta y novelas que hace siete u ocho años resultaban desagradables porque eran duras, hoy, como ha cambiado la situación, los lectores se sienten más identificados con esos temas".

El tiempo presente "siempre es cristalización de épocas pasadas" y, cuando este novelista empezó a escribir En la orilla, la concibió como una novela de "personajes que se habían quedado fuera de la historia", mientras que en Crematorio los personajes "eran triunfadores".

La novela es la vida de un tipo que tuvo "oportunidad de ser un sesentayochista colocado, como sus compañeros de generación, y que ha acabado siendo un carpintero, quizá por pereza, por inercia, porque le faltó valor, le faltó desvergüenza", explicaba.

También refleja en esa novela el mundo que se ha quedado al margen. Si en Crematorio era "la primera línea de la playa", en En la orilla recrea el pantano, "ese cordón pantanoso que hay a lo largo de todo el Mediterráneo y que parece que estaba abandonado desde hacía muchos años".

"Nada está al margen de la historia, y el pantano tampoco lo estaba, era un coágulo de la historia", subrayaba Chirbes antes de contar que a ese pantano "han tirado los muertos y la basura desde tiempos inmemoriales".

En la posguerra sirvió para que se escondieran los maquis. Fue escenario también de sus muertes a manos de los guardias civiles; años más tarde vendría "el desarrollismo, y finalmente, las armas y los coches que tiran los mafiosos al pantano para esconderlas".

"Los últimos setenta años están ahí reflejados", ha afirmado Chirbes, que espera que "En la orilla", una novela "sobre el mundo en que vivimos y sobre el ser humano", no deje de interesar "cuando pase la crisis. Sería muy triste que tuviera su futuro atado a la crisis", ha añadido. 

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