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El regreso de ‘Expediente X’ explicado en cinco claves

Un estilo muy de los noventa, la búsqueda de redención de Chris Carter, Mulder y Scully fieles a sus orígenes, referencias a la actualidad y una trama enrevesada componen la tarjeta de presentación de ‘Expediente X’ en su regreso. Esta noche (a partir de las 22:20 horas) en 'Fox'.

La búsqueda de redención de Chris Carter, Mulder y Scully fieles a sus orígenes, referencias a la actualidad y una trama enrevesada componen la tarjeta de presentación de ‘Expediente X’ en su regreso.- FOX

MARIA JOSÉ ARIAS

MADRID.- La verdad sigue estando ahí fuera y Fox Mulder (David Duchovny) y Dana Scully (Gillian Anderson) vuelven para dar con ella y destapar esa conspiración gubernamental que lleva años fraguándose sin que la opinión pública sea consciente. Después de años intentándolo, Chris Carter resucita al fin a dos de los personajes más icónicos de la pequeña pantalla en los años noventa con un nuevo caso que les obligará, no sin algún que otro tira y afloja, a regresar al servicio. Seis capítulos por delante para deleitarse con lo mejor de una ficción que supuso un antes y un después en la televisión y que elevó el fenómeno fan a niveles antes desconocidos.

El primer episodio lo vieron casi 13,5 millones de espectadores este domingo en Estados Unidos. En España, Fox, cadena que emitirá Expediente X cada martes a partir de las 22:20 horas, ha optado por un estreno doble programado para esta misma noche. Un día antes mostraron a unos pocos el piloto y de su visionado y disfrute pueden extraerse cinco claves que harán las delicias de los millones de seguidores de Expediente X que ansiaban el regreso de Mulder y Scully.

Para empezar, la pareja protagonista se mantiene fiel a sí misma, a su filosofía de vida. Sí en las nueve temporadas anteriores (aunque en las dos últimas estaba más desaparecido que presente) él era el creyente, en su regreso no podía ser de otra forma. Un nuevo caso despierta en él al agente dormido de hace años y comienza a cuestionarse todo aquello que dio por hecho y demostrado. ¿Y si nos están mintiendo? ¿Y si todo fue una patraña? Un Mulder aislado del mundo, descuidado en su aspecto físico pero con el mismo ímpetu de antaño no deja de repetirse una y otra vez la misma pregunta.

En el otro lado de la balanza, ella. La agnóstica que acabó por convencerse de la existencia de los alienígenas a fuerza de pruebas vive ahora dedicada a la cirugía, alejada del mundo de los Expedientes X. Hace tiempo que dio carpetazo a esa etapa de su vida. O al menos eso cree. Scully es, como siempre, la racional. Mulder, el sarcástico angustiado por encontrar la verdad que está ahí fuera. Su regreso, todo sea dicho, sigue el clásico de agentes retirados que se ven obligados a volver por un caso que solo ellos pueden resolver. Una forma estándar de recuperar a agentes fuera de servicio que por efectiva siempre es válida sin que usarla suponga un aspecto negativo.

La pareja protagonista se mantiene fiel a sí misma, a su filosofía de vida

A la espera de ver cómo evoluciona esta miniserie en los seis capítulos que la componen, se puede decir que el principal cometido de Chris Carter, su creador, es el de buscar la redención. Y esta sería la segunda clave. El responsable también de The After corre un tupido velo sobre la segunda película –esa que muchos quieren olvidar y otros tantos lo han hecho con el tiempo– y vuelve a los orígenes de Expediente X, a sus temporadas de más calado y presencia. Recupera lo que funcionó y obvia, en teoría, lo que no.

La temporada de Expediente X que ahora se estrena es nueva, han pasado catorce años desde la última, pero es como las anteriores. Es de los noventa, con sus pros y sus contras. A quienes se acerquen por primera vez a ella les costará entrar acostumbrados a otra estética, a otra ambientación, a otro ritmo. Sin embargo, quieres fueron capaces de seguir durante aquellos años en los que no era tan fácil mantenerse al día con la emisión en lineal agradecerán ese aire noventero que la serie rezuma en cada plano. Hasta la cabecera ha sido respetada. Hay cierto grado de veneración en ello que los puristas sabrán agradecer.

La cuarta clave de este primer episodio estaría en la presentación de una trama realmente enrevesada que Mulder intenta explicar con la ayuda de Ted O’Malley (una suerte de charlatán millonario con un programa de producción propia en internet que es quien repesca a ambos agentes) ante la escéptica mirada de una Scully que no puede creerse que vuelva a estar pasando otra vez. El argumento, que cada uno lo descubra esta noche. Aunque el tráiler ya daba algunas pistas al respecto.

Puede que su fidelidad a la originalidad y su aire noventero no conquisten a un nuevo público, pero hará las delicias de quienes la siguieron antaño

Por último, la conexión con la realidad. Esa que hace que el 11S esté presente en varios momentos del primer episodio, que Barack Obama aparezca en un vídeo o que se pueda entrever a Snowden en un recorte de prensa. Todo eso y las continuas referencia a escándalos espías, teorías de la conspiración y hechos comprobados que han sacudido al mundo esta casi década y media de ausencia de Mulder y Scully y que prometen ser parte importante de la conspiración que intentan destapar.

Puede que su fidelidad a la originalidad y su aire noventero no conquisten a un nuevo público, pero hará las delicias de quienes la siguieron antaño. Con eso debería bastar. Sobre todo teniendo en cuenta los millones de personas que cada día se sentaron delante del televisor para seguir esta historia de alienígenas, conspiraciones gubernamentales y tensión sexual entre sus protagonistas. Todo eso vuelve a partir de este martes. Expediente X regresa fiel a sí misma, sin artificios, sin arriesgar pero, eso sí, mostrando alienígenas y naves espaciales desde casi el minuto cero.

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