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La reina de la comedia sexual se pone seria

Emma Stone viaja al Misisipi de la segregación racial en 'Criadas y señoras'

C. P.

Emma Stone (Scottsdale, 1988) tenía 3 años cuando Nirvana publicó Nevermind, pero se presenta a la entrevista luciendo chupa de leñador con capucha y actitud de andar por casa que no parece acorde con su condición de estrella emergente de Hollywood. 'Es muy satisfactorio pasar de rodar lo que sea a elegir tus papeles. Conozco a tantos actores mejores que yo que trato de no pensar demasiado en la suerte que tengo', cuenta Stone. La actriz se convirtió en un rostro conocido gracias a Supersalidos (Greg Mottola, 2007), desternillante clásico contemporáneo sobre el infierno de la pubertad, y mutó en icono sexual feminista en Rumores y mentiras (Will Gluck, 2010), punzante comedia de instituto basada en La letra escarlata que le proporcionó su primera nominación al Globo de Oro.

Pero, a sus 22 años, Stone ha decido ponerse seria. Criadas y señoras, que se estrena el viernes tras arrasar en EEUU (166 millones de dólares de recaudación), es una tragicomedia sobre la segregación racial. Sonrisas y lágrimas para contar, a lo Oprah Winfrey (es decir, en clave de entretenido e inofensivo folletín bienintencionado de las cuatro de la tarde), la relación entre unas caprichosas señoritas de Misisipi y sus oprimidas criadas negras allá por 1962. 'Habla sobre personas invisibles que están fuera de la sociedad. Se pregunta dónde encuentran la fuerza para enfrentarse a la discriminación. Es una cinta sobre la lucha por la igualdad y los derechos civiles. Es alucinante pensar que la segregación racial acabó hace tan poco. Cuando la gente se une, es capaz de revertir las situaciones injustas', dice.

Stone interpreta a Seeker, una jovencita del Misisipi de toda la vida que decide escapar a su destino de ama de casa y dedicarse a la literatura. Acabará sacudiendo el vecindario tras escribir la historia de las humilladas criadas negras de la comunidad, llevada por una mezcla de ambición, remordimientos de conciencia y rebelión ante la injusticia. 'Al principio sólo quiere tener éxito. Luego, según va escuchando a las criadas, toma conciencia. En una revolucionaria accidental', resume sobre su personaje. Sus amigas pijas, mientras, asisten escandalizadas a su buena relación con el servicio: 'No es que sean malas pécoras, que lo son, es que son ignorantes. Es muy complicado librarte de todo lo que te han enseñado. No es fácil desaprender'.

En efecto, pero al menos uno siempre puede detenerse y reflexionar. 'Estoy pasando por una etapa más introspectiva y menos guasona. Ahora no podría hacer Rumores y mentiras. No sabría cómo afrontarlo. Desde que hice Supersalidos, he rodado 16 películas en cinco años... Si no quieres acabar majara, hay que echar el freno laboral de vez en cuando para pensar en la vida, en la familia, en los amigos y en las relaciones'.

Pero Hollywood no descansa. El verano que viene veremos a Stone ligando con el hombre araña en el blockbuster The Amazing Spider-Man. ¿Corre peligro de convertirse, ay, en una mujer florero? 'Nunca, nunca, nunca jamás aceptaría el papel de chica guapa [risas]. Los tiros no van por ahí. Y no digo más: si empiezo a hablar ahora de Spider-Man, para cuando se estrene estaré hasta el moño', zanja.

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