· TODOS LOS RETOS DEL NUEVO GOBIERNO DE PEDRO SÁNCHEZ - VER ESPECIAL

Sobra decir que con los presupuestos aprobados, el margen de acción del nuevo Ejecutivo se antoja más bien reducido. Con todo y eso, se da por hecho que Sánchez recuperará los ministerios de Igualdad —que creó por primera vez José Luis Rodríguez Zapatero—, de Cultura —que desapareció en los Gobiernos del PP— y el de Industria. Y entre las prioridades a las que tendría que hacer frente ese hipotético ministerio propio encontramos aprobar el Estatuto del Artista, enmendar de una vez por toda la desigualdad en el acceso a la cultura, reformar la Ley de Mecenazgo y superar la desigualdad de género.

Si nos atenemos a las propuestas que el entonces aspirante a dirigir el PSOE —en plena carnicería con Susana Díaz— hizo allá por mayo de 2017, las líneas maestras de este nuevo Gobierno podrían ir encaminadas a profundizar en la necesidad de un pacto político y social por la cultura y en la formulación de un estatuto de las artes y los artistas. “Hay que fomentar la producción cultural en nuestro país, como industria, como generador de puestos muy cualificados de trabajo y como una actividad que es, por definición, no solamente económicamente útil, sino socialmente necesaria en nuestra sociedad”, se podía leer en las propuestas que hacía Sánchez a los suyos.

Saber si todo queda en un mero desiderátum o si por el contrario se van dando pasos en esa dirección es cuestión de tiempo. La necesidad de recuperar un tejido cultural arrasado tras el maltrato pergeñado por más de seis años de Gobierno Rajoy, hace que cualquier mejoría, por mínima que sea, tenga un notable impacto. En ese sentido, se esperan gestos por parte del nuevo Ejecutivo que permitan vislumbrar cuáles serían las intenciones de contar con un presupuesto propio. Y entre esas medidas para las que, en principio, no se requieren más que buenas intenciones, urge devolver el IVA al 10% en todas las industrias culturales —y no sólo a espectáculos en directo, discotecas, bibliotecas y museos— o solucionar de una vez por todas esa infamia contenida en el artículo 165 de la Ley de Régimen de la Seguridad Social, según la cual los creadores jubilados han de renunciar al subsidio por cobrar derechos de autor o pagar multa.

La Ley de Propiedad Intelectual es otro de esos puntos calientes cuya reforma podría emprenderse en los próximos meses con el fin —tal y como quedó patente en los planes que el PSOE tenía de cara a las elecciones generales de 2016— de hacer efectiva la “necesaria protección de la propiedad intelectual y de los derechos del creador, compatibilizándola con el mayor acceso posible al patrimonio cultural”; o la reforma de la Ley de Patrimonio Histórico para “ampliar su potencial, su protección, así como desarrollar y reconocer nuevas realidades como el patrimonio inmaterial”. Falta saber también si retomarán aquella idea presentada en 2016 que planteaba la posibilidad de establecer algún sorteo de Lotería Nacional que estuviera “destinado específicamente a la financiación del cine y otras industrias culturales como sucede en otros países europeos”.

“El Gobierno del PSOE fue el primero en la historia que planteó un modelo cultural para España, ahora será un Gobierno socialista el que desarrolle un modelo para el siglo XXI”, esgrimió en su día Sánchez frente a los suyos. Veremos si finalmente es así. Por lo pronto todo está en el aire y condicionado por unos presupuestos que, si bien aumentaron un 4,4% más con respecto a la partida destinada a Cultura el pasado año, lo cierto es que siguen resultando exiguos. En concreto 838 millones de euros —el 0,2 % del total de los Presupuestos Generales— con los que atender la emergencia de un sector especialmente malparado.

Anhelo de aperturismo en RTVE

El PSOE de Sánchez se ha mostrado proclive en los últimos meses a imprimir un cambio radical en la cúpula del Consejo de Administración de RTVE con el fin de dotar de un mayor aperturismo y pluralidad a la Corporación tal y como sus trabajadores vienen reivindicando de un tiempo a esta parte. Por el momento se suceden las negociaciones que desembocarán en el nombramiento de una nueva cúpula de RTVE, recambio que viene exigido por ley.

La actual ley impone el apoyo de dos tercios de la Cámara en primera vuelta o la mayoría absoluta con el apoyo de cuatro grupos en segunda. Si bien el PP carece de mayoría en el Congreso, en el Senado —donde han de ser ratificadas todas las leyes aprobadas— sí dispone de mayoría, lo que podría alargar la configuración definitiva de la nueva directiva.