El músico Joaquín Sabina y el poeta Luis García Montero protagonizaron ayer en Granada un acto de homenaje al cantaor Enrique Morente, fallecido el pasado 13 de diciembre, en el que lo han recordado como una 'figura clave de la cultura de este país'. 'De Enrique hemos aprendido todos, y es difícil encontrar alguien de la cultura de este país, ya se dedique al cine, a la novela, a la poesía o a la música, que no haya tenido a Enrique como a uno de sus grandes maestros', señaló García Montero en el salón de actos del Palacio de los Condes de Gabia.

El acto, en el que también participó Tato Rébora, el fundador de La Tertulia, emblemático café bar en el que se han reunido los intelectuales granadinos de las últimas décadas, comenzó con la lectura de un soneto que Sabina escribió a Morente, de quien recordó que 'tenía un finísimo paladar' y que rescató a 'cantaores que estaban despreciados como Marchena y Valderrama'.

Poeta y cantante, amigos ambos del cantaor homenajeado, intercambiaron anécdotas y lecturas de varios libros que les acompañaron en un escenario desnudo en el que apenas se podían ver dos guitarras junto a la mesa en la que se sentaron los tres contertulios con varias botellas de agua y una copa de champán. 'Era un ciudadano de los pies a la cabeza', afirmó García Montero rememorando el compromiso político y social de Morente, quien fue un referente de la Granada de los años ochenta, 'uno de los enclaves de la cultura española', la ciudad 'en la que estaba pintando Juan Vida, en la que estaban escribiendo Antonio Muñoz Molina y Justo Navarro'.

El creador de Omega animaba a 'salir a descubrir cualquier sustancia que no sea la de uno' y 'por eso tuvo ese diálogo tan especial con Federico García Lorca', recordó García Montero. 'No hay que confundir nunca la pureza con el puritanismo ni la tradición con el tradicionalismo', remachó el poeta.