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Serie HBO 'Here and Now' y el interés que despierta lo extraordinario

HBO estrena hoy la nueva serie de Alan Ball, creador de ‘A dos metros bajo tierra’ y ‘True Blood’. Un drama sobre una familia, en el sentido más amplio de la palabra, en el que los personajes conquistan desde el piloto y son tan complejos como los temas que tratan en profundidad o superficialmente.

'Here and Now', de Alan Ball, se emite en HBO.

Una escena de arranque de unos pocos segundos consistente en un sueño inquietante y perturbador pero lo suficientemente significativo sirve para adentrarse en Here and Now, una serie que pese a su envoltorio se desvela como algo muy distinto a lo que se podría esperar. No es otra ficción sobre una típica familia americana. En lo nuevo de Alan Ball, creador de A dos metros bajo tierra, la normalidad y la perfección no tienen cabida. Todo gira en base a lo extraordinario en un guión que se despliega con sutileza y fluidez merced a unos protagonistas y secundarios que atrapan. Solo el piloto, disponible desde hoy en HBO España, ya consigue plantear más reflexiones y desarrollar los personajes más que otros títulos en temporada y media.

En una primera capa Here and Now es la historia de la familia formada por Greg (Tim Robbins) y Audrey (Holly Hunter). Él es un profesor universitario de filosofía atravesando la crisis/depresión de los sesenta. Ella, una madre obsesionada con el control que trabaja en un instituto y que no deja escapar de su radar a ningún miembro de una familia que completan cuatro hijos, tres adoptados y una biológica. Ashley (Jerrika Hinkon), relacionada con el mundo de la moda, es de Liberia. Duc (Raymond Lee), motivador personal, nació en Vietnam. Ramón (Daniel Zovatto), colombiano, se dedica a diseñar videojuegos. Y, por último, la más pequeña de los tres y única hija biológica de la pareja: Kristen (Sosie Bacon), una adolescente en pleno descubrimiento de su personalidad.

Hasta ahí, todo ‘normal’. Salvo porque tres de los hijos entrarían en la categoría de minorías en una sociedad como la estadounidense. Los Black podrían haber sido la típica familia de serie ideal en la que todo el mundo es feliz con sus minidramas ocasionales y que el público adora. Sin embargo, en Here and Now eso sobra. Lo edulcorado no entra. Lo interesante es todo eso que subyace bajo la estampa idílica de familia de clase media americana de catálogo. Cada miembro atraviesa su propia crisis, su calvario personal y lidia con él en solitario intentando mantener esa fachada de fortaleza e integridad que muestra ante los demás. Y, mientras cada uno convive con sus demonios internos, uno de ellos, Ramón, sufre un extraño episodio que hace que sus hermanos y padres enciendan el botón de alerta, especialmente su madre.

La primera escena de Here and Now, una pesadilla, y la última, una visión, marcan el núcleo central de la serie y la premisa de la que parte, lo que desencadena todo. Ramón ha comenzado a ver/percibir cosas que el resto ni se imagina no. Tiene sueños inquietantes que le persiguen y un número se ha convertido en su obsesión. ¿Es un problema neurológico? ¿Una enfermedad mental? ¿O ha desarrollado algún tipo de habilidad extrasensorial? En realidad, eso es lo de menos. Da igual cuál es la razón por la que tiene esas visiones. No importa de la misma manera que en The Leftovers, donde el componente fantástico o sobrenatural era secundario. En la serie de Damon Lindelof y Tom Perrotta, también de HBO, llegaba un punto en el que dejaba de tener sentido hacerse preguntas y querer saber porqué había desaparecido una parte de la población. Ese es el espíritu con el que hay que afrontar Here and Now. Así se disfrutará más.

Aunque se quiera saber a qué se deben las alucinaciones de Ramón –si es que son alucinaciones–, lo realmente interesante es ver cómo ese hecho extraordinario es manejado por el resto de la familia y por él afectado en sus ya de por sí complejas vidas y personalidades de fachadas autoimpuestas de adultos realizados y felices con su vida. ¿Cuánto tiempo puede durar una fachada? La de matrimonio sólido y duradero, la de madre felizmente casada y desarrollada profesionalmente, la de adolescente en fase de ensayo/error, la de joven de éxito célibe y la de artista creativo y algo bohemio. La última, la de Ramón, es la primera que se cae. Las de los demás se van descubriendo paulatinamente a lo largo de un primer episodio que absorbe con un final que es verdad que invita a querer saber más del porqué de las visiones, pero sobre todo de los personajes.

Con una habilidad para la escritura que queda patente en cada conversación, Alan Ball consigue que todos y cada uno de los protagonistas de Here and Now desprendan cierto carisma y magnetismo. Los secundarios, también. Atrapan y algunos de ellos inspiran cierta fascinación. No son ni normales ni perfectos. Son extraordinarios por partida triple. Por lo que les define, un pasado ligado a traumas infantiles y un presente de inconformismo con sus vidas. Por su presentación y desarrollo llenos de matices introducidos con habilidad. Y extraordinarios también en el sentido de estar fuera de lo ‘ordinario’, de representar a minorías y no solo en cuanto a lo racial se refiere.

Con la apariencia de drama familiar con componente fantástico o no, eso está por ver, Ball se adentra en temas realmente complejos que retratan una sociedad tan llena de contradicciones como la americana. A lo largo de los cuatro primeros capítulos –facilitados a los medios por HBO antes de su estreno este lunes–, se tocan asuntos tan complicados como la discriminación racial en las comisarías estadounidenses, las enfermedades de transmisión sexual, la infidelidad, el racismo, la prostitución, la identidad de género… Se pasa sobre ellos sin profundizar demasiado, es cierto, pero dejando la semilla plantada para que cada uno piense sobre ello por su cuenta. De especial interés resulta la reflexión que se hace sobre la religión, no solo el Islam (aunque sea la que da la cara). Un tema recurrente a lo largo de todos los episodios vistos, especialmente a partir del segundo, y que promete tener cierto desarrollo a lo largo de los seis capítulos restantes de la temporada.

En Here and Now nadie es perfecto, nadie es ‘normal’ (si se considera como tal lo mayoritario) y por eso inicia su andadura como una serie que puede llegar lejos mientras se busca a sí misma. Muchas veces ocurre que lo ordinario y la perfección gozan de un estatus sobredimensionado y lo realmente interesante e hipnótico es la imperfección quienes cuentan la historia. ¿Qué es en realidad Here and Now? ¿Un drama familiar? ¿Una historia sobrenatural? Da igual, y cuanto antes se acepte, mejor. Más se disfrutará. The Leftovers allanó el terreno para algo así. Y no, Here and Now no es la This Is Us de HBO con sexo como insinuaban algunos críticos al otro lado del charco. Es mucho más que eso, por suerte para todos.

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