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Las series mandan en la era post-Weinstein

Algo está cambiando en el llamado 'star system' y las producciones televisivas llevan la voz cantante. El triunfo de la distopía machista de 'The Handmaid's Tale', junto con las maltratadas mujeres de 'Big Little Lies' marcan el camino.

Nicole Kidman, en 'Big Little Lies'.

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La bomba estalló en el seno de la industria del espectáculo más poderosa del mundo y ya nada será igual. Su onda expansiva, avivada por el movimiento #MeToo, ha mostrado las vergüenzas de esa camarilla de depredadores sexuales que parecían campar a sus anchas. Parapetados tras un muro de silencio que se desmorona espoleado por el caso Weinstein, lo cierto es que todo indica que no estamos más que ante la punta del iceberg.

El eco de ese nuevo escenario en el que nos encontramos reverberó con fuerza este domingo durante la gala de los Globos de Oro. Con duros y sentidos discursos como los de Oprah Winfrey o Nicole Kidman pero también con chistes ácidos como los del presentador Seth Meyeres, se evidenció que algo está cambiando de una vez por todas en el llamado star system.

Son múltiples los interrogantes que se plantean en este nuevo escenario post-Weinstein. La agenda cultural se traslada este año, también, a los tribunales. Más allá de estrenos y farándulas diversas, los medios y las redes sociales dan paso ahora al terreno judicial donde está por ver si la mermada influencia de estos abusadores de alto standing puede seguir imponiendo su ley del silencio.

El gran atril cinematográfico desde el que Hollywood sojuzga sin rubor los vicios y desmanes de una sociedad enferma no mostró la misma determinación a la hora de señalar sus propias miserias. Tal y como señalaba vía Twitter la actriz, escritora y productora Lena Dunham: “Sí, Hollywood pone el foco en la Iglesia Católica, en el tráfico sexual… Ahora pongamos la luz sobre nosotros por un segundo, y lo que hemos perdonado”.

Sea como fuere, y tras la sucesión de gerifaltes del show business implicados en el escándalo, una pregunta irrumpe con fuerza y parece ineludible: ¿qué efectos tendrá todo esto en las obras que vienen? ¿Se revisarán los estereotipos sexistas o se perpetuarán bajo el pretexto de no esterilizar la realidad? El tiempo solo tiene la respuesta.

Las series les coronan

Por el momento, no cabe duda de que la vanguardia en este cambio de paradigma feminista corre a cargo de las series. Si algo se puede destacar de 2017 es el protagonismo de las mujeres en muchos de los guiones más destacados del año. Así se pudo evidenciar en la gala de los Globos de Oro de este domingo. Ya fuera con la distopía machista de The Handmaid's Tale, con las elitistas y maltratadas mujeres de Big Little Lies o con la singular monologuista de The Marvelous Mrs. Maisel, las mujeres de la televisión han reinado la 75 edición de los Globos de Oro.

Los motivos tienen —como casi todo— una doble cara. Tal y como apunta la directora y guionista Inés París, "podría tratarse de una cuestión de timing, ya que en cine levantar financieramente el proyecto lleva mucho tiempo, algo que se reduce mucho en en el caso de las series".  

"Hay ámbitos como el cine que por su elitismo parecen estar vedados a las mujeres", comenta la guionista Inés París

Por otro lado, hay un componente de oportunidad ante la exclusión de otros medios con mayor prestigio. "Hay ámbitos —como es el caso del cine— que por su elitismo parecen estar vedados y nos resulta más complicado introducirnos. Las series, al estar consideradas todavía hoy un medio menor han dejado que hubiera más mujeres. Te sorprendería la cantidad de mujeres que hay trabajando en televisión o guionizando culebrones".

En cualquier caso, no estamos ante un problema característico del mundo del espectáculo. Según París, "la exclusión de las mujeres del mundo del guion y la dirección tiene que ver con los mismos fenómenos de exclusión que se dan en los poderes financieros o la política".

Es pronto todavía para saber si la tendencia que parecen marcar las series se mantendrá, o mejor, si conseguirá inocular otros ámbitos del mundo del espectáculo. Es pronto para determinar si esas palabras de Oprah Winfrey que pusieron en pie a todo un auditorio —"tenemos por delante un nuevo día y cuando finalmente amanezca ese nuevo día será gracias a muchas mujeres, muchas de las cuales están en esta sala, y muchos magníficos hombres que van a luchar unidos para garantizar que llegue el momento en el que nadie tenga que decir, nunca más, yo también"— caen en saco roto o, por el contrario, los Weinstein, Spacey y Hoffman siguen campando a sus anchas fuera y dentro de la pantalla.

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