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Tagore, más allá de la poesía mística

India celebra su 150 aniversario con una muestra de su pintura

ELISA RECHE

La imagen del poeta indio Rabindranath Tagore en España evoca posters de atardecereskitsch o carpetas de estudiantes con el famoso aforismo 'Si lloras por haber perdido el sol, las lágrimas no te dejarán ver las estrellas'. Pero este proverbio no le hace justicia a la vasta obra de este pensador, educador, dramaturgo, cuentista, novelista, poeta, compositor y pintor bengalí.

India celebra desde el pasado mayo el 150 aniversario de su nacimiento (7 de mayo de 1861) con un tren que recorre el país durante un año explicando su obra. Asimismo, una exposición de 70 cuadros lo recuerda en la capital.

En la pintura de Tagore no hay rastro del idealismo de sus escritos

Tagore no se aventuró a pintar hasta cumplir los 60 años. Con un espíritu amateur y 'travieso', como él mismo denomina, decidió darle autonomía a los garabatos que dibujaba en los márgenes de algunas poesías. Pero en su pintura no hay rastro del idealismo que impregna sus escritos. De trazos expresionistas, sus retratos y paisajes con animales antropomorfos y humanos animalizados son, en muchas ocasiones, grotescos y pesimistas.

El creador nacido en Calcuta abandona el costumbrismo. 'En un periodo de nacionalismo triunfal en India propuso una creación más allá de las fronteras. Sus pinturas exploran territorios por los que nunca se aventuró con su actividad literaria', explica a Público Udaya Narayana, profesor de la Universidad Visva-Bharati, fundada en 1921 por el propio Tagore.

De modo que quedan descartados sus temores expresados en una misiva de 1930 al artista británico William Rothenstein: 'En Alemania mis pinturas han sido calurosamente recibidas. [] Hay una extraña analogía con el momento que siguió a la publicación del Gitanjali'.

'En la República, Machado elegía sus libros para las bibliotecas'

Esta antología poética, vital a la hora de recibir el Nobel de Literatura en 1913, fue acogida con verdadero fervor por los poetas británicos Yeats y Ezra Pound. Aquel entusiasmo se desvaneció con el paso de los años y el propio Rabindranath Tagore nunca se mostró satisfecho con sus propias traducciones al inglés de lo que en origen eran canciones bengalíes.

La Generación del 27, pero también poetas latinoamericanos, recibieron un impacto con las primeras ediciones de La luna nueva y El jardinero, traducidos, entre otras, por Zenobia Camprubí junto con su futuro marido Juan Ramón Jiménez.

'Durante la República, sus libros, seleccionados por Machado, iban en las bibliotecas ambulantes y fueron llevados a numerosos lugares por las Misiones Pedagógicas', señala José Paz, profesor de la Universidad de Ourense y dueño de la mayor biblioteca tagoreana con casi 30.000 volúmenes.

La mayor parte de su obra literaria, escrita en bengalí, todavía resuena en las miles de canciones e himnos que compuso tanto en India como en Bangladesh y todo un corpus de ensayos, discursos y cartas redactados en inglés forjaron un pensamiento político, social y moral basado en la libertad y la razón.

 

 

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