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Un taquillazo con trampa

China aparta a Hollywood para que no haga la competencia a su nueva película de propaganda comunista

DAVID BRUNAT

En China nadie duda de que la película La fundación de un partido, megaproducción de corte épico en la que se narra la creación del Partido Comunista Chino (PCC), será todo un éxito de taquilla. Y no por el reparto de actores, que incluye a lo más granado del panorama cinematográfico nacional (como el hongkonés Chow Yun-fat), ni por los siete millones de euros que ha costado producirla. Será un exitazo porque Pekín ha ordenado que desde el 15 de junio, día de la premiere, hasta finales del mes de julio, no se proyecte ningún otro filme capaz de hacerle sombra.

'Las salas de cine confían en que esta película marque un nuevo récord de taquilla, ya que todos los éxitos de Hollywood han sido aplazados', reconoció Gao Jun, subdirector de la New Film Association. El objetivo es alcanzar los 80 millones de euros en recaudación, un objetivo factible si se tiene en cuenta que el tradicional bombardeo veraniego de películas comerciales americanas, como las de este año, Transformers 3 y Cars 2, no tendrán espacio en China hasta que la hagiografía del Partido Comunista haya sido bien amortizada.

Pekín ha ordenado que durante mes y medio no se proyecte ningún otro filme de peso

La película es la punta de lanza de la intensísima campaña de propaganda que el gobierno chino está llevando a cabo para conmemorar el 90º aniversario del PCC, el próximo 1 de julio. El régimen quedó tan encantado con La fundación de una República, cinta estrenada en 2009 para celebrar los 60 años de gobierno comunista en el país, que volvió a encargar a los directores Han Sanping y Huang Jianxin un proyecto de características similares, un filme que supurase patriotismo y propaganda comunista a lágrima viva y glorificase tanto al PCC como a todos sus símbolos, muy especialmente, cómo no, a Mao Zedong, de quien la sinopsis dice que 'lo dio todo por su país en tiempos turbulentos'.

La cinta transita los años previos a la fundación del PCC, desde 1911 hasta su creación en Shanghai en 1921, y ha sido rodada en París, Moscú y China. Pero reconstruir la Historia para amoldarla al gusto de cientos de personas entre gobierno, censores, familiares de viejos ídolos revolucionarios, historiadores y críticos de cine no es tarea fácil. Por eso, ni los actores saben si alguna de sus escenas será finalmente eliminada de la cinta para preservar la pureza de la historia y la alta moral de los héroes fundadores. 'Hasta la fecha se han borrado las escenas de docenas de actores y actrices. Nadie sabe quién se salvará y quién será condenado hasta que la película llegue a las pantallas', expresó Jiang Defu, portavoz de la China Film Group Corporation, a la agencia AssociatedPress.

Tang Wei, actriz de Deseo, peligro', de Ang Lee, ha sido censurada por el nieto de Mao

Quien ya sabe seguro que no saldrá en la película es la hongkonesa Tang Wei, que saltó a la fama por su papel en Deseo, peligro, del director Ang Lee. Tang interpretaba esta vez a Tao Yi, una revolucionaria de la que Mao Zedong cayó enamorado en sus años mozos y que terminaría siendo su primera amante. Según varias páginas web de cine chinas, sería el propio nieto de Mao (Mao Xinyu) quien se habría negado a que Tang Wei ejerciera de amante de su abuelo. Al parecer, el nieto consideró que la actriz, célebre por sus escenas de sexo en el filme de Ang Lee, deshonra la memoria del Gran Timonel. Dicho y hecho: todas las escenas han sido eliminadas y su nombre borrado de los títulos de crédito.

Es buen palo para Tang, quien llevaba tres años apartada del panorama cinematográfico chino precisamente por sus tórridos revolcones en Deseo, peligro y que veía ahora su rehabilitación política con esta aparición. 'El papel de Tang fue suprimido porque los expertos tenían dudas sobre el rigor histórico de su personaje', expresó Gao Jung, subdirector de la New Film Association, en la que parece ser la versión oficial.

China ha cambiado mucho en los últimos 90 años. Tanto que, asociar hoy el término comunismo al país asiático es un ejercicio de fe. Sin embargo, pocos esperaban que el país estuviera tan cambiado como para permitir que General Motors, símbolo del capitalismo americano, se convirtiera en patrocinador de La fundación de un partido. Paradojas de la globalización, las estrellas de la película están realizando su campaña de promoción por todo el país a bordo de lujosos Cadillac SLS, marca propiedad de General Motors, de la que, para más chanza, el Gobierno de EEUU posee un 33% del capital desde la crisis de 2009. Por supuesto, ninguna de estas controversias ha tenido eco en los medios de comunicación chinos, volcados como andan en que nada empañe la gloria del Partido.

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