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Teddy pagó por sus teatros 50 millones más de lo que valían

La auditoría encargada a Ernst & Young desvela la dificultad para vender los espacios de Arteria a un precio que permita afrontar la deuda contraída para comprarlos

ANA FLORES

Al menos 50 millones de euros que podrían darse por perdidos. Un imperio de ladrillo del que hay que deshacerse pero que incluye no sólo varios proyectos fallidos sino teatros que, según los bancos, no valen ni un tercio de lo invertido. Y todo ello mientras hay que afrontar una deuda de 145 millones en créditos que se asumió para hacerse con dichos espacios y por la que hay que afrontar pagos de 15 millones al año avalados en gran medida por la recaudación de derechos. Eso es hoy Arteria, el megaproyecto de espacios teatrales que ideó el expresidente del consejo de la SGAE, Eduardo Teddy Bautista. Esa es la herencia con la que tienen que cargar ahora los autores.

¿Culpables al margen del expresidente y los amigos y familiares de este, de los que ya ha prescindido la SGAE? No se han buscado. El exmagistrado del Tribunal Supremo Ramón López Vilas va a cobrar 70.000 euros de minuta por pasar un bisturí que extirpe a Teddy de la SGAE de cara a la ciudadanía. La auditoría sobre lo ocurrido bajo su gestión que ha realizado López Vilas junto a Ernst & Young por encargo de la propia SGAE no ha encontrado (reconocen que ni buscado) más responsables que Teddy. Los demás, los órganos colegiados que debían haber vigilado, los cercanos o no al expresidente que siguen en la casa, estaban 'cautivos o incluso secuestrados' por el desmesurado poder acumulado por él. Bautista tomaba las decisiones, llevaba las relaciones y enfrascó a la gestora en todos los asuntos turbios con los que se la relaciona: desde la filial tecnológica SDAE, dirigida por José Luis Rodríguez Neri (presunto cabecilla de la trama de desvío), a los acuerdos cerrados con el Instituto Nóos y Strategic Innovation, las empresas de Iñaki Urdangarin, que supusieron un total de 750.000 euros.

El desvío al entorno de Neri se elevó a 87 millones de euros entre 1997 y 2011

Por un lado, según la auditoría, el desvío de fondos hacia empresas tecnológicas dentro y fuera de la SGAE controladas por Neri y su entorno (SDAE, Portal Latino y Microgénesis), se elevó a 87,1 millones de euros entre 1997 y 2011, de los que unos 40 millones habrían ido a parar directamente a Microgénesis, epicentro de la trama. Este es el foco principal de las investigaciones conocidas hasta ahora dentro de la operación Saga que instruye el juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz, aunque el sumario cifró el desvío a través de la SDAE en algo menos de 30 millones.

El teatro de Sevilla no vale ni un tercio de lo que se invirtió en él

Ruz ha vuelto a ordenar el secreto de sumario para investigar si a través de la gestora de teatros Arteria se replicó el esquema utilizado con la SDAE, si las facturas por servicios exteriores (que en este caso rondaban los diez millones al año) constituyeron otra vía de escape de fondos. La auditoría de Ernst & Young prueba de momento que los precios pagados por Arteria no se adecuaban al valor de mercado.

El caso más sangrante son los 62,5 millones cantidad 'que probablemente alcance los 78 millones' invertidos en el teatro de Sevilla, para el que 'no consta que se haya realizado previamente un estudio de mercado que explique las posibilidades de rentabilización'. Tanto es así, que lo que se puede sacar por él no es ni el 30% de la inversión. 'El informe del banco sobre la valoración de dicho espacio, en razón a la comercialización futura, es de 23,8 millones', explica la auditoría.

Otros 8,8 millones de los que se dan por 'completamente frustrados' incluyen el 'teatro de Zaragoza (1,4 millones), la Torre de Valencia (2,7 millones) y el Palacio del Infante don Luis, de Boadilla del Monte (2,7 millones)', proyectos que tuvieron que abortarse por diferentes motivos pero por los que cobraron 'honorarios los arquitectos Santiago Fajardo y Antón García Abril', que intervinieron, recuerda de nuevo el informe, a propuesta de Teddy. También se incluyen los dos millones perdidos en el proyecto Príncipe Pío.

La SGAE mantiene 145 millones pendientes de identificar al autor

A La Casona de México se destinaron 2,5 millones, cuando la valoración 'para la venta es algo más de 700.000 euros'. El Teatro Metropolitan de Buenos Aires se adquirió por un importe de 5,5 millones, pero 'la dirección económica financiera lo ha tasado en 4,6 millones'.

Sólo con estos proyectos, se estarían dando por perdidos 50,2 millones. La cifra se dispara si se incluyen los 82,9 millones de euros que se pagaron a los antiguos propietarios de los teatros Lope de Vega y Coliseum, en la Gran Vía madrileña, subrogándose ya en 2009 y sin renegociar el precio a unas hipotecas que habían sido firmadas antes del estallido de la burbuja inmobiliaria. 'Estos espacios no generan ingresos superiores a 3,5 millones anuales', reconoce la auditoría.

Además, se han invertido '12,1 millones' en el Parallel de Barcelona, a pesar de que no es un espacio en propiedad sino 'una concesión por diez años', de la que quedaban seis cuando se inició su explotación, que hace 'la recuperación de la inversión altamente improbable'.

Otros '25 millones están previstos para el Teatro Cervantes' de México, un espacio para el que 'tampoco consta ningún plan de negocio con estudio de mercado sobre la viabilidad de la explotación de dicho espacio'.

La responsabilidad de los desvíos presupuestarios recae únicamente, según la auditoría, en 'Ángel Quintanilla', amigo histórico de Teddy desde que se conocieron porque el primero vendía teclados Yamaha, y 'Emilio Cabrera', primo de Bautista. Ambos fueron elegidos por este para 'controlar la gestión de las obras' y 'de la lectura de las actas de Arteria se desprende que han sido numerosos los incrementos presupuestarios que se han planteado a los órganos de gobierno para atender nuevos requerimientos o cambios en los planteamientos iniciales, muchos de ellos fruto de decisiones personales del propio presidente'. Algunas de las contrataciones, según la auditoría, se hicieron 'sin contradicción previa de precios', es decir, sin contrastar si eran los del mercado.

Quintanilla, además, gestionaba 'el espacio CATA', un centro de grabación para audio y vídeo en el que 'se invirtieron 16 millones de euros' y que 'viene presentando pérdidas anuales de 2,5 millones'. Con razón, 'la actual dirección económica ha concluido que la explotación del centro no resulta viable'.

Todas estas dificultades se producen tras una inversión realizada de 255 millones que, de haberse llevado a término todos los proyectos que ideó Teddy, se habría elevado a 442 millones.

El informe presentado ayer incluye una serie de recomendaciones que quieren constituirse en 'Código de Buen Gobierno de la nueva SGAE', según López Vilas. Entre ellas está la ampliación de la base electoral, un punto que ya está acometiendo la gestora, así como una 'mayor apertura a colectivos de creadores, especialmente noveles'. Asimismo, pide que se agilicen los pagos de los derechos recaudados, ya que la lentitud en la localización de los autores ha provocado que actualmente haya '145 millones de euros en fase de identificación'.

La SGAE considera prescritos los derechos cuyos autores no han sido identificados o, aún siéndolo, no han reclamado en un plazo de cinco años. Esta práctica ha permitido a la gestora destinar a proyectos como los teatros de Arteria unos diez millones de euros al año.

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