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"Se tiende a premiar a aquellos por los que sentimos lástima"

El actor es uno de los grandes favoritos para el Oscar por 'Las sesiones', sobre el poeta y periodista Marc O'Brien, quien decidió perder la virginidad pese a su discapacidad

BEGOÑA PIÑA

John Hawkes, un intérprete que siempre ha estado ligado al cine independiente americano (Winter's Bone, Martha Marcy May Marlene...), se ha colado este año entre las grandes estrellas que aspiran al Oscar al Mejor Actor. Las quinielas que animan la carrera por la estatuilla mencionaron su nombre desde el principio, junto con los de Daniel Day Lewis (Lincoln), Joaquin Phoenix (The Master), Denzel Washington (Flight) y Anthony Hopkins (Hitchcock).

El mérito se debe a su trabajo en Las sesiones (The Sessions), una película de Ben Lewin inspirada en un episodio real de la vida del poeta y periodista desaparecido Marc O'Brien. El filme, que llega este viernes a las salas, ha ganado el Premio del Público en el Festival de Sundance y en San Sebastián (vídeo).

'No tengo miedo a nada salvo al rechazo. Pero también me da miedo que me acepten y me amen. Porque si sucede esto último, me maldeciré a mí mismo por haber desaprovechado tanto tiempo y tanta vida', escribió O'Brien en 1990, en On Seeing a Sex Surrogate, donde contaba las sesiones que recibió de una asistente sexual en el momento en que decidió, con 38 años, perder por fin su virginidad.

El escritor sobrevivió a un ataque de poliomielitis infantil, pero pasó la mayor parte de su vida dentro de un pulmón artificial e inmovilizado prácticamente por completo. Solo salía del pulmón unas cuantas horas a la semana. En esas circunstancias se propuso tener su primera relación sexual y para ello acudió a una asistente especial. Helent Hunt interpreta este personaje y en el reparto le acompaña William H. Macy, en el papel del sacerdote al que acude para recibir la bendición.

Se ha colocado en las quinielas de los favoritos para el Oscar...

Eso es algo que está fuera de mi control. Si tengo que elegir entre ganar el Oscar o un poco más de gente viendo la película, me quedo con esto segundo. Por otro lado, si ganara el premio, iría más gente a ver la película. Así que si lo consiguiera, sería un verdadero honor, pero no es la cosa más importante para mí.

¿Qué hay en su carrera más importante hoy?

Sentir la misma vida que tengo ahora y esto del Oscar me expone mucho más al no anonimato. Es el precio que hay que pagar por ello. Yo lo que quiero es que la gente se crea mis personajes y eso es mucho más difícil cuando el público sabe mucho de ti. No quiero sonar desagradecido, pero me gustan mi vida y mi carrera como las tengo ahora.

La Academia de Hollywood tiene tendencia a premiar a los actores y actrices que interpretan a personas discapacitadas, ¿no huele un poco a lavado de conciencia?

Espero que no, aunque supongo que se tiende a premiar a aquellos por los que sentimos lástima. Pero el punto principal de esta película es el de no tratar a los discapacitados como víctimas o como santos, sino solo como seres humanos, con problemas humanos y con todas las características de un ser humano completo, amable, cabreado...

¿Fue muy duro el trabajo físico que tuvo que hacer para interpretar este personaje?

Fue muy difícil y muy duro, muy físico. Era doloroso, pero aún así mi dolor era pequeño comparado con el sufrimiento de la gente que tiene estos problemas de verdad. Ese trabajo físico me facilitó las cosas para imitar la voz del personaje, para sentir su frustración y su tristeza. Y su dolor, un dolor que yo sentía a menudo. A veces cuando estábamos rodando y yo estaba tumbado dentro del pulmón de acero, se olvidaban de mí, me dejaban allí y el equipo ponía sus trastos de rodaje, los focos, las cámaras, sobre mi cuerpo. Fue realmente doloroso.

Cuando dice que fue doloroso ¿se refiere a esa marcada curva de la espalda que muestra el personaje?

Sí, en la vida real él la tenía muy curvada. En el rodaje inventaron una especie de espuma, que colocaban debajo de la parte izquierda de mi espalda, para que se doblara de la misma forma. Eso, aunque doloroso, me ayudó a imitar la voz. Queríamos que los que conocieron en vida a Mark O'Brien le reconocieran en el personaje que yo he hecho. Ahora me sigue doliendo la espalda, pero uno llega a una edad en la que no puedes saber si es por los esfuerzos de rodaje o porque te haces viejo.

¿Todo ese esfuerzo no le distrajo de la interpretación emocional?

Intentaba no preocuparme de los gestos de mi cara, de lo que pudiera hacer a causa del dolor o de la incomodidad, y procuraba acercarme al personaje como a cualquier otro ser humano. Creo que me sentí tan frustrado como debía sentirse Mark O'Brien y eso me ayudó a entenderle. Intenté desde el principio entender la historia y al personaje dentro de esa historia. Me preguntaba todo el tiempo cómo podía expresar el reto al que se enfrentaba este personaje y desde ahí quería relacionarme con el resto de los actores. Luego confiaba en que todo ese esfuerzo lo captara la cámara.

Usted es un actor militante del cine independiente, ¿cómo ve el panorama del cine hoy en EEUU?

El cine independiente es importante para mí, porque en Estados Unidos, los grandes estudios parecen más preocupados por hacer películas de dibujos para niños y por los grandes éxitos que por hacer buenas historias. Hace años había presupuesto también para producciones medias para adultos, pero eso hoy ha desaparecido y el cine independiente tiene que llenar ese hueco. Y ahora es muy difícil conseguir dinero para hacer cine independiente, pero éste es importante, porque busca calidad. Que películas como Las sesiones tengan éxito sirve de ayuda al cine independiente en general.


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