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'Timbuktu', la lucha en silencio contra el yihadismo

El director Abderrahmane Sissako denuncia en la gran pantalla la cruda realidad de vivir en una ciudad donde las leyes lo prohíben todo, hasta la música y el fútbol. La película, con éxito y polémica a partes iguales, llega a España el 6 de febrero

Una escena de la película Timbuktu, del director Abderrahmane Sissako

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MADRID.- Terror en Timbuktu. La ciudad ha caído en manos del yihadismo. Ya no hay paz. Los crímenes del extremismo religioso han creado un nuevo escenario en el que sólo reina la imposición. 

El miedo se refleja en las miradas de la gente. Reir ya no está permitido. Difícil vivir con normalidad con unas leyes que lo prohíben todo, hasta la música y el fútbol. 

Es la cruel rutina de hombres y mujeres que deben combatir usando la impotencia como su único arma. En silencio. Un drama real que se ha convertido en ficción bajo las órdenes del director de cine mauritano Abderrahmane Sissako.

Timbuktu, nominada a los Oscar como Mejor película de habla no inglesa, narra la historia de Kidane y su familia, alejados del caos que impera en la ciudad. No tardará en llegar la tragedia. Kidane mata accidentalmente a Amadou, un pescador que había acabado con su vaca preferida. La hora ha llegado. Es el momento de enfrentarse a las nuevas leyes islamistas y sus aterradoras sentencias.

 

El director se ha inspirado en el brutal asesinato a pedradas de una pareja en Aguelhok, en 2012, difundido en internet por los autores. Dos niños quedaron huérfanos por un delito que no habían cometido. Sus padres tampoco. Simplemente no estaban casados.

Sissako pone su empeño en humanizar la dura realidad de cada historia que cuenta. Y eso se nota. Fue una de las películas más aclamadas por la crítica en el Festival de Cannes.

Una vez estrenada, la polémica no se ha hecho esperar. Hace unos días el festival belga Ramdam, el festival de cine que molesta, que iba a proyectar la película, fue suspendido por el riesgo “particularmente elevado” de atentado terrorista. 

La reproducción de la cinta también se ha suspendido momentáneamente en las salas del municipio francés de Villers-sur-Marne, cerca de París. Tras los recientes ataques yihadistas en Francia, los galos son cautelosos ante cualquier "apología del terrorismo".

Para Sissako, la película no es más que el "compromiso por mujeres y hombres de diferentes países unidos para defender nuestros valores universales de amor, de paz y de justicia".

Un canto a la realidad y resistencia que llega a España el 6 de febrero.

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